La insistencia en ciertas
metodologías es sospechosa. ¿Habrá cosas más potencialmente
manipuladoras que un juego, un dibujo, una canción, o una dinámica
de grupos? La palabra y el diálogo permiten la autorreferencia y la
reflexión. La imagen o el arte (a no ser que luego se dé la
palabra) no. Por eso son medios fabulosos para infundir de forma
dogmática e inconsciente todo tipo de ideas (porque la asepsia
ideológica que se pretende es, por supuesto, imposible: todo –
incluso no decir nada – es ideología)... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
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