miércoles, 27 de septiembre de 2017

Sócrates en las ramblas.

El actor catalán J.M. Pou interpretando a Sócrates 
Sócrates (uno de esos extravagantes filósofos que enseño en clase) desobedecía a conciencia la ley – con todas sus consecuencias – cuando era expresión de la arbitrariedad de un tirano, y la obedecía a rajatabla – pese a costarle la vida – cuando era la ley de todos. En el Critón de Platón, Sócrates, pese a haber sido condenado a muerte sin motivo, y aún pudiendo escapar con facilidad, no encuentra razones para desobedecer la ley. Es más racional – piensa – dejarse matar, siendo ya viejo (y sospechando la futilidad de la muerte), que poner en peligro la autoridad de la ley que, mal que bien, nos protege a todos de la arbitrariedad de los tiranos y de la voluntad de los que no tienen más razón que la de ser más (es decir, ninguna)... Sobre este asunto (y el problema de Cataluña) va esta nueva colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

El enigma de la izquierda independentista

¿Qué misterio explica que gran parte de la izquierda (la CUP y sectores de Podemos y sus confluencias) se declare afín al independentismo catalán, hasta el punto, incluso, de alinearse con partidos de ideología tan liberal o socialdemócrata (PdCAT o ERC) como la de los partidos (PP, PSOE) que descalifican como “casta” en España? De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo pulsar aquí.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Tolerancia religiosa y educación ética.

Es un profundo error marginar las materias filosóficas, o confinarlas, como se hace con la formación ética en la LOMCE, a aquellos alumnos que no cursan ninguna opción religiosa, como si fueran ellos (los que no dan religión) y no los que son educados en dogmas religiosos desde pequeños, los únicosque necesitasen ser educados en el ejercicio libre y crítico de la razón. Así, por paradójico que resulte, y pese a las constante apelaciones al diálogo y la comprensión de los credos del prójimo (incrementadas, como es habitual, tras un atentado terrorista), nuestro sistema educativo se empeña en segregar al alumnado según sus creencias religiosas o la ausencia de ellas, distinguiendo, además, y peligrosamente, la formación religiosa de la formación en el espíritu crítico y racional que proporciona la filosofía (enviando a unos alumnos a las aulas de religión y a otros a las de ética y ciudadanía). La escuela deja de ser, así, un lugar de integración y convivencia para convertirse en un archipiélago de islas separadas por muros ideológicos difícilmente franqueables...
De todo esto trata nuestra última colaboración el diario.es, esta vez junto a mi colega Ricardo Hurtado Simó.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Menos resiliencia y más resistencia. Sobre el "poscapitalismo" de W. Streeck y la ideología de la “resiliencia”.


Frente al futuro incierto y hostil que se les avecina, se empuja a las nuevas generaciones a un sobreesfuerzo formativo que parece a todas luces frustrante, pero que es promovido como paliativo al desempleo y sostenido por la ideología de la “resiliencia”, es decir, por todo el sistema de creencias que al “ethos” protestante del trabajo duro y la competencia individual añade los valores de la “psicología positiva”. Desde esta perspectiva ideológica nuestros alumnos deben formarse y competir hasta la extenuación, y entregarse luego, sin reservas ni garantía alguna, al mundo absolutamente disruptivo del mercado laboral global. Y deben hacerlo, además (¿cómo soportarlo si no?) con invencible optimismo, interpretando las nuevas condiciones laborales (tan abusivas como puedan ser las ansias de beneficio de un mercado ingobernado) como ocasión para desarrollar y poner a prueba su autonomía e ingenio, y autoculpabilizandose, por ende, de todo posible fracaso. Todo ello a cambio de un improbable empleo extenuante y mal pagado, la obligación moral (tan a la americana) de “tener un sueño” (cuanto menos realista mejor) por el que luchar sin descanso, y el consumo compulsivo de mercancias de bajo coste – incluyendo entre ellas a las relaciones humanas en red – ... De todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.