¿Es legítimo que el
sistema de salud pública (es decir, el Estado) acepte donaciones
privadas millonarias, como las de la Fundación Amancio Ortega, para
financiar necesidades sanitarias? ¿Qué coste suponen al Estado y la
sociedad aceptar estas donaciones?... Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer la noticia completa pulsar aquí.
jueves, 23 de mayo de 2019
viernes, 17 de mayo de 2019
Chamanes
Sabemos que gran parte del éxito de nuestra especie se debe a la capacidad para articular las energías individuales en estructuras de cooperación social cada vez más amplias, tanto en el tiempo como en el espacio. La condición formal para esta expansión de la vida social serían nuestra extraordinaria memoria y lenguaje (la capacidad de desplazamiento simbólico más allá del aquí y el ahora – y de nuestro punto de vista, para poder penetrar la mente de otros – ). Pero la condición material es, sin duda, la generación de un patrimonio compartido de significados acerca del origen y el sentido del orden comunitario, de su prevalencia sobre los intereses individuales, del dominio del entorno, y de la estructura espiritual que lo legitimara todo en el contexto de una concepción cosmológica integral. Una legitimación del orden social que se da desde el momento – indica Lewis-Williams – en que la propia generación de significados o conocimientos (la mitología plasmada en las cuevas y objetos artísticos paleolíticos) recae no en todos – democráticamente – sino en una élite de chamanes o especialistas religiosos, conocedores de los procesos crípticos de generación de imágenes, y que, aliados (o detentadores ellos mismos) del poder político, convierten al resto de la población en un conjunto subordinado de “fieles”.
No sé si se han dado cuenta, pero es probable que no hayamos salido aún de esa caverna – la misma que imaginaba Platón – en la que poderosos chamanes-artistas crean imágenes para la multitud. Los chamanes son, hoy, aquellos que con sus misteriosos algoritmos, sus secretas patentes y proyectos de investigación, o su masiva irradiación de representaciones, pasan por encima de nuestras cabezas haciéndonos confundir la sombra (de sus intereses) con la luz de un conocimiento compartido y sustentador de sentido.
Sobre todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
martes, 14 de mayo de 2019
Seminario sobre “arte y poder” en el Ateneo de Cáceres.
El próximo miércoles 15, a partir de las 20 horas, prosigue en el Ateneo de Cáceres (C/General Ezponda, 9, junto a Plaza Mayor), el seminario“Arte y poder” que organiza la sección de Filosofía del Ateneo y dirige el profesor Víctor Bermúdez, quien presentará la ponencia titulada “El milenario poder de las imágenes”. En la conferencia se tratará acerca del origen del arte paleolítico y su significado social y político a la luz de las teorías de distintos filósofos o arqueólogos como David Lewis-Williams y otros. Tras la ponencia se celebrará el habitual debate con los participantes. Entrada libre hasta completar aforo.
jueves, 9 de mayo de 2019
Bolsonaro contra la filosofía
El rechazo de la filosofía como saber irrelevante (o impertinente) en Brasil (y otros lugares) no es solo cuestión de ignorancia. Ni de política. Es cierto que – especialmente en Latinoamérica – algunas facultades tienen fama de “subversivas” o “izquierdistas” (entre ellas las de Filosofía), y que el gobierno de Bolsonaro amenaza con una política educativa fascistoide (control ideológico de los profesores, régimen policial en las escuelas, retirada de fondos a universidades “conflictivas”). Pero ni la filosofía es, en rigor, de “izquierdas” (ni de “derechas”), ni ha dejado de ser relativamente tolerada por estados mucho más fascistas que el de Bolsonaro (muy conscientes de la eficacia de aquella cuando se la pervierte e instrumentaliza ideológicamente).
Más que a simple ignorancia o motivos políticos, la impugnación de la filosofía obedece, en sentido amplio, a la expansión del espíritu pragmático y puritano de la cultura anglosajona. Ahí tienen, por ejemplo, la influencia cada vez mayor del evangelicalismo, no solo en Brasil (donde es la fuente reconocida de autoridad moral del gobierno de Bolsonaro), sino en toda Latinoamérica. Hay que recordar que, a diferencia de lo que ocurre en la tradición católica, las iglesias evangélicas – y, en general, protestantes – se fundan en una concepción radicalmente fideísta y anti-intelectualista de la religiosidad. A Dios – afirman – solo se accede a través de la fe (y no de razonamientos teológicos o representaciones sensibles). Consecuentemente, y a imagen del presunto cristianismo primitivo, el prototipo moral del evangelicalismo es el de una persona sencilla que se limita a trabajar, amar a los suyos, y satisfacer el resto de sus necesidades espirituales en el templo. “Ora et labora”. No hay más. La búsqueda del conocimiento per se es vana curiositas. Y la razón – como decía Lutero – la prostituta del diablo... Sobre todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
miércoles, 1 de mayo de 2019
El voto como ritual mágico
La única y modesta fuente de legitimidad que queda a los estados democráticos es el pequeño acto simbólico –y cuasi mágico– del voto («mágico» en cuanto ritual generador de la ilusión de un efecto real). Esto no quiere decir que el voto carezca de utilidad. El voto sirve, fundamentalmente, para legitimar a los estados democráticos y, a su través –y mientras sea precisa esa mediación–, al orden socio-económico e ideológico que se determina más allá de ellos. El rito del voto sirve, en fin, para legitimar un orden socio-económico e ideológico que, en el fondo, no ha votado nadie. ¿Pero se imaginan que –en justa correspondencia– nadie quisiera participar en la pantomima electoral? Una democracia puede pervivir en condiciones muy precarias, pero no con urnas completamente vacías. ¿Qué hacer para evitar ese riesgo? Una mala solución sería obligar a la gente a votar (como se hace en algunos países). ¿Pero y si se resisten? Hay una estrategia mejor: la de la crispación. Los fabricantes de bulos, que viven de ella, saben muy bien como generarla y aprovecharla. Los políticos profesionales también. La regla principal podría ser: «genera controversia, encona las posiciones, evita todo aquello que contribuya al consenso y al diálogo sensato, y producirás la sensación de que hay una apasionante (o, al menos, apasionada) vida política más acá de las determinaciones (e indeterminaciones) socio económicas internacionales y su administración burocrática e ideológica global».Esto es: crea usted que su voto para evitar el «fascismo» (o la llegada de las «hordas rojas») es poco menos que un acontecimiento histórico, o de que las decorativas políticas simbólicas y sociales de bajo coste que los partidos pueden poner en marcha (y que es, básicamente, lo que los distingue) van a determinar nuestro futuro o el de nuestros hijos. Si son ustedes capaces de creerse tal cosa, todo va como la seda... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.