domingo, 23 de abril de 2017

Educación concertada en Pionyang

Me había pasado inadvertido, pero me lo recordó, el otro día, un perspicaz compañero: la jornada reivindicativa de la escuela concertada del pasado miércoles fue lo más parecido que se pueda ver por aquí a las típicas demostraciones de adhesión incondicional a una idea o un líder. Se interrumpieron las clases, se hizo formar a los alumnos en el patio – la mayoría de uniforme y con globos blancos – y, tras la lectura del consabido manifiesto, se ordenó a los niños soltar los globos mientras restallaban los flashes de la prensa y los aplausos. Una coreografía perfecta. Y una muestra, no menos acabada, de falta de escrúpulos e impotencia por parte de los promotores de la protesta.

Digo falta de escrúpulos porque se precisa de mucha relajación moral para instrumentalizar a 25.000 niños de primaria y secundaria en defensa de tus intereses o/y tu ideología, y sacarlos al patio a exhibirlos junto a las pancartas que previamente les has hecho escribir. Y esto va tanto por los directivos y equipos docentes como por los padres que lo permiten. Y, por supuesto, por todo aquel que manipula a los niños y adolescentes, sea por la causa que sea, para intentar legitimar con la más abyecta demagogia sus particulares reivindicaciones...


Sobre la educación concertada trata nuestra última colaboración en el diario.es. Para leer el artículo completo pulsar aquí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario