miércoles, 25 de octubre de 2017

Adoctrinar en banderas

Desde la perspectiva de una democracia liberal, como es la nuestra, la educación ciudadana ha de ceñirse al conocimiento de las leyes y las instituciones (con sus símbolos), así como de los valores que estas representan; pero nada más. Fuera de esto, toda formación obligatoria en valores políticos o morales concretos puede considerarse un adoctrinamiento censurable. Un ejemplo claro de este adoctrinamiento es la transmisión persistente de aquellos relatos, mitos, ideales, emociones y símbolos que se asocian a la “identidad nacional”. Este tipo de educación invade un ámbito formativo (el de las creencias, los valores y la propia identidad de las personas) que, en regímenes no totalitarios o teocráticos, debe ser competencia de cada ciudadano y no del Estado.
De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.


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