miércoles, 31 de julio de 2019

Flamenco de cercanías.

Creía el filósofo Walter Benjamin que, antes de la llegada de la técnica y la cultura de masas, la obra de arte poseía una especie de “aura” o “presencia irreproducible” – para la mayoría lejana e imposible de gozar –  con la que se distinguía del resto de las cosas. Nos atreveríamos a decir que también el flamenco – cuando es fenómeno popular – tiene un aura, pero un aura que, más que la expresión irrepetible de una “lejanía” – que dice Benjamin –, se relaciona con una particular “cercanía”. “Cercanía” que no es la de la experiencia estética privada o la identidad de clase propia al arte de élites – sino la de la creación común y anónima, ajena a todo sentido de propiedad –  ni tampoco la del consumo gregario de la cultura de masas – sino la de la comunión activa, consciente, espontánea, por la que un grupo cercano de personas hacen de su propio espacio y tiempo algo extraordinario y fértil –. Por ello el flamenco – cuando no es exhibición patrimonial o mera mercancía mediática – ocurre mejor en lo vivo de la reunión, la peña, la plazuela, lejos de ese trampantojo del poder que es el gran escenario, y cerca de un público que participa  – jalea, bate palmas, cuando no se lanza al centro de la fiesta, o sus cercanías – en la creación colectiva... Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.

miércoles, 24 de julio de 2019

La política como empresa literaria

Los elementos en que se asienta la retórica del nuevo capitalismo –y la organización de sus empresas– son los mismos que podemos encontrar en la retórica y el funcionamiento de la política contemporánea: la permanente apelación al «cambio», la mercantilización y manipulación de las emociones –y, en general, de la vida psíquica– , y, sobre todo, su común naturaleza fabuladora. Lo mismo que en la economía se ha pasado del management centrado en el producto o la marca a aquel otro basado en historias (el storyteller y el gurú económico en lugar del coach o el viejo mánager), en la política se ha sustituido el discurso de los fines y la ideología por la retórica de las historias personales cargadas de emociones y ejemplaridad (de los discursos parlamentarios a la secuencia de anécdotas y gestos con las que se comunica hoy el político –en interacción constante y performativa con los medios– , del sabio consejero al spin doctor, o el story spinner). De todo esto trata esta última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.

miércoles, 17 de julio de 2019

Haced el amor...



En el relato político se toman habitualmente como sinónimos términos que, como los de “diálogo” y “negociación”, no lo son en absoluto, pero que muchas veces interesa confundir. Es lo que hacen los líderes políticos exhibiendo la retórica tramposa de la negociación y clamando, a la vez, con rictus teatral, por un “diálogo” o entendimiento “verdadero”.
En términos esenciales, “diálogo” se refiere al uso compartido de argumentos racionales para intentar clarificar un asunto. La negociación, en cambio, refiere el proceso por el que, mediante todo tipo de artimañas (amenazas y engaños incluidos), cada parte trata de imponer sus objetivos a las demás. El diálogo alude, pues, a la búsqueda – según ley racional – de una verdad o bien común. La negociación, en cambio, al logro – según ley económica –del máximo beneficio al mínimo coste para cada una de las partes.
Por supuesto que la descripción anterior es muy simple. En política, el diálogo (entre ideas o principios) se ve ineludiblemente ligado a la negociación (entre esa versión pobre y ciega de las ideas que son las voluntades e intereses particulares y partidistas). Qué le vamos a hacer. No somos ángeles de luz y razón. ¡Pero tampoco bestias dominadas por las pasiones! El diálogo siempre debe tratar de imponerse a la negociación. No de forma retórica, sino honesta y profunda... 
Sobre todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.