miércoles, 16 de octubre de 2024

Jóvenes, desheredados y de derechas

 

Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico Extremadura.


España se convierte, quiera o no el gobierno, en un país de propietarios ricos vs. desheredados viviendo al límite. Desheredados que irán aumentando conforme acabe de desinflarse la riqueza acumulada por ese asomo de clase media que brotó en el último tercio del siglo XX, y de cuyo menguante patrimonio viven todavía hoy, en un quiero y no puedo, gran parte de nuestros jóvenes.

Esta desigualdad en el acceso a la vivienda no es, por cierto, más que uno de los destrozos del huracán especulativo que cruza la península, dejando paisajes rurales desolados (pese a estar repletos de placas solares) o centros urbanos y costas destruidos por la plaga turística.

Este compendio de desigualdad, desolación y destrucción difícilmente va a perjudicar directamente a las generaciones mayores, la mayoría de ellas con la vida resuelta, casas en propiedad, jubilaciones garantizadas y pocas razones para temer los efectos del cambio climático, pero sí, desde luego, a los más jóvenes, cuyo futuro es la moneda con la que se apuesta en el capitalismo de casino que dirige el mundo.

Sin embargo, y a pesar de lo claro que resulta todo esto, una inmensa proporción de esos jóvenes desheredados está siendo descaradamente embaucada con discursos ultraliberales y populistas. Discursos que, a cambio de baratijas ideológicas e identitarias, abducen a los jóvenes para que presten su apoyo a los proyectos políticos que más peligrosamente comprometen su futuro.

Qué la mayoría de jóvenes desheredados o condenados a serlo vote a las derechas, e incluso adopte (en sus opiniones y poses) el estilismo conservador de los dueños del cortijo, responde a un patrón histórico e ideológico muy viejo: aquel por el que las clases bajas y de medio pelo imitan las costumbres e ideas de las idolatradas clases altas, pero con la salvedad de que los jóvenes de ahora deberían estar lo suficientemente educados como para no dejarse engañar de esta manera. ¿Estaremos equivocados en esto?

Luego está la cuestión del victimismo crónico en que chapoteamos todos. Vale con que, tras cincuenta milagrosos años de democracia en este país, creamos estúpidamente que ese es el estado natural de las cosas. Vale que parte de la izquierda se haya transformado en una troupe de curas laicos obsesionados con la moral sexual o los derechos de las minorías. Vale que se esté muy desencantado de la política. Vale con todo eso y más. Pero eso no justifica la inacción y falta de una ambición política coherente por parte de las nuevas generaciones. No vale con estar todo el tiempo quejándose. Los jóvenes son ya mayorcitos para darse cuenta de lo que se cuece. Porque en esa caldera, la carne destinada al sacrificio es claramente la suya.

5 comentarios:

  1. Educación y ambición, rara vez están en concordancia. Esto es, saberse de memoria todos los ríos españoles (educación) y otra muy diferente saber porqué en algunas zonas no llega el agua (ambición por saber la verdad)
    Como siempre, extraordinaria exposición y mucho de denuncia cultural y de hecho

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    1. Muchas gracias por la reflexión y la distinción que plantea.

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  2. Los propietarios ricos lo son, en su mayoría, fruto del trabajo y es lógico que cuiden sus intereses frente a los vagos que pretender ocupar sus casas sin pagar nada. El principal problema del precio del alquiler es que los propietarios no ponen sus viviendas en alquiler por miedo a la okupacion y a que el Estado no defienda la propiedad privada. No todos los jóvenes son de derechas, pero lo son los que han leido historia y saben donde nos lleva el comunismo y las políticas de izquierda. La riqueza la genera el capitalismo y eso es un dato, no una opinión. Solo hay que ver donde están los países del Este antes sometidos a la URSS y donde están ahora. Quien trabaja es conservador o se hace conservador. La política de ayudas y subsidios por nada es la ruina de una nación, desmotiva el trabajo y exprime a quien realmente genera riqueza frente a los que creen que merecen todo sin hacer nada.

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    1. Muchas gracias por la reflexión.

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    2. El artículo es muy interesante, como siempre, y la reflexión anterior también. Pero la reflexión de "Anónimo" tiene, creo, muchas certezas para el blog de un filósofo: ¿todos los ricos lo son por su trabajo? ¿todos los que trabajan son conservadores? ¿es lo mismo comunismo que políticas de izquierda? ¿es lo mismo fascismo que políticas de derechas? ¿es la okupación, siendo censurable, el principal problema del alquiler? Todo dicho con respeto y espíritu constructivo, por enriquecer el debate.

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