Vivo en uno de los países más ruidosos del mundo y, por increíble que parezca, todavía hay quienes piensan que el nivel
anormal de ruido que soportamos no solo es tolerable, sino que es una
expresión natural de nuestra alegre manera de vivir, cuando lo que
realmente refleja es, simple y llanamente, una falta asombrosa de
todo tipo de educación... Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
miércoles, 26 de septiembre de 2018
miércoles, 19 de septiembre de 2018
¿Entonces, no hay que vender armas?
¿Es moralmente lícito que un Estado permita que se fabriquen o vendan armas y, además, que se vendan a un régimen tiránico que mata a civiles inocentes en una guerra injusta?
La primera respuesta simple (y falsa) a este dilema es: sí, es perfectamente lícito, en general, vender armas a quién lo demande y pueda beneficiarnos en el trato. Al fin y al cabo, ¿quién es el Estado, o nosotros mismos, para juzgar o responsabilizarnos moralmente de lo que haga nadie con lo que le vendemos? Las guerras son, por otra parte, un fenómeno inevitable, consustancial a la realidad humana, tal como lo es el ansia de poder o de riquezas. Nadie va a cambiar eso. Así que, ¿que hay de malo en hacer lo que (en el fondo) hacen todos y sacar provecho de ello?
La otra respuesta simple, opuesta a la anterior (y también falsa), declara que el comercio de armas es, por principio, pernicioso, tal como son las guerras a las que sirve, por lo que hay que oponerse tajante e inmediatamente a él. Fabricar y vender armas supone convertirse en cómplice de aquellos que las usan. Mucho más si se trata de guerras de dudosa legitimidad (como son la mayoría) y en la que sufren civiles (como pasa en casi todas).
Estas dos respuestas son, decía, además de simples (o justamente por eso), falsas. La primera es el tipo de realismo político que enarbola el liberalismo radical. La segunda el tipo de rigorismo moral que exhibe a menudo la izquierda. El primero es falso porque reduce lo que “debería ocurrir” a lo que “ocurre” (pero la política no consiste simplemente en justificar lo que ocurre, sino en intentar que ocurra lo que debe). El segundo por negar lo que “ocurre” en nombre de lo que “debería ocurrir” (pero la política no consiste simplemente en enunciar lo que debería ocurrir, sino en hacer, realmente, que ocurra). El realismo ultraliberal suele degenerar en el crudo cinismo de quienes no creen ni defienden más que sus intereses inmediatos; y el moralismo testimonial de la izquierda en la retórica huera de quienes puede clamar en términos absolutos contra todo (la guerra, el capitalismo, la prostitución…) porque ni dependen para sobrevivir de tan turbios negocios (o eso creen) ni, en verdad, corren ningún riesgo de tener que llevar a cabo sus propósitos.
¿Qué hacer entonces?... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer la noticia completa pulsar aquí.
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miércoles, 12 de septiembre de 2018
Móviles: ¿prohibir o educar?
miércoles, 5 de septiembre de 2018
El sinsentido del viaje.
Que el viaje proporciona experiencias
estéticas únicas es el argumento favorito de los turistas con
más vocación. Según ellos, contemplar in situ tal o cual obra de
arte, monumento o paraje supone una vivencia singular que solo el que
ha estado allí (es decir, tropecientos mil) ha podido tener. Así,
es curioso oír a ateos como catedrales delatando con religioso
arrobo su «síndrome de Stendhal» al encontrarse con tal o cual
famoso cuadro, monumento o lugar emblemático «que hay que ver»,
que han visto ya miles de veces en la tele, y que vienen a ver en
sincronizada peregrinación sucesivas manadas de mirones. Es curioso,
digo, que en la época de la reproductibilidad técnica, que decía
Benjamin, y de la circulación masiva de información, persista aún
este tipo de fetichismo. ¡Como si una obra de arte tuviera que estar
aquí o allí, o ser «el original» –un original que el turista
jamás distinguiría de una copia– , para provocar una vivencia
estética!...
Sobre las razones para dejar de hacer viajes turísticos trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí. Y para escuchar la tertulia radiofónica sobre el mismo tema en Canal Extremadura Radio pulsar aquí (desde minuto nueve).
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