Las posibles respuestas a estas preguntas están obviamente relacionadas con lo que entendamos que es la esencia humana. Si entendemos (desde la antropología más materialista) que el ser humano es esencialmente un animal, su ser no tendría mucho más sentido que el propio a un animal: la supervivencia, el éxito biológico. El modelo humano a seguir (si es que desde esta perspectiva “natural” cabe hablar de “modelos” o valores) sería algo así como el del hombre fuerte, sano, instintivo, astuto, sensual, vitalista, etc. Algo así como el guerrero homérico, según la interpretación de algunos filósofos, o como el “superhombre” nietzschiano.
Si entendemos que la esencia humana reside en su dimensión social y cultural, su ser estará orientado entonces a la realización y el éxito social. El modelo sería entonces el del hombre socialmente adaptado o acomodado (el bienestar, la felicidad…). Naturalmente, este éxito social está en función de los fines y valores de la cultura de que se trate. En nuestra cultura, el modelo de ser humano es algo similar al burgués moderno: el empresario rico, el profesional prestigioso, el artista famoso...
Pero si entendemos que la esencia de lo humano está en la libertad y la moral, su ser estará orientado a la virtud, a las buenas acciones (convengan o no desde una perspectiva biológica, y concuerden o no con los valores de la cultura vigente), al heroísmo (incluso anónimo), etc. El hombre modélico sería aquí el héroe, el santo, a menudo incomprendido por los demás; es decir, el que busca lo bueno, incluso por encima del instinto y de la felicidad o bienestar, y, por lo mismo, cambiar el mundo con sus obras…
Finalmente, si entendemos (con la antropología más espiritualista) que la esencia de lo humano anida en la búsqueda racional de la verdad, su ser estará orientado hacia el saber y el vivir de acuerdo a la razón. El modelo sería, entonces, el filósofo, el sabio...
Claro está que habría multitud de casos intermedios (si no casi todos). Por ejemplo, el guerrero (modelo 1) suele ser también un tipo de triunfador social (modelo 2), y el empresario rico (modelo 2) contiene cualidades (astucia, afán de poder, etc.) propios del guerrero (modelo 1). De otro lado, entre el modelo 2 y el modelo 3 pueden situarse el artista más genuino (el que atiende al puro ideal de belleza, aunque éste sea incomprendido por la sociedad) o al político más honesto (en el que la búsqueda de la justicia está por encima del apoyo popular o de la presión de los poderosos). Entre el modelo 3 y el modelo 4 estaría el científico (el mago, el chamán en otras culturas), movido a veces por intereses más pragmáticos (transformar el mundo) que puramente teóricos…Etc.
Pero por muchos que sean los casos intermedios, en cualquiera de ellos deberíamos encontrar una finalidad más esencial que las demás… Ahora, pensad un poco en la pertinencia de este esquema e intentar situaros vosotros. ¿Cuál es el sentido fundamental de vuestra vida (al que se subordinan los demás)? ¿El éxito biológico? ¿El triunfo y el bienestar social? ¿El afán de bondad y belleza? ¿La búsqueda de la verdad?... ¿Qué tipo de ser humano o persona quieres ser?