El ser humano parece un animal especialmente predispuesto y dotado para el sexo. Las razones para esta “hipersexualidad” parecen claras. Según algunos antrópologos, dado el prolongado embarazo de la hembra humana, así como los largos años de constantes cuidados que requieren sus crías, una mujer sola tendría menos probabilidades de sacarlas adelante que otra apoyada por uno o más machos adultos. ¿Como consigue la hembra el apoyo constante del macho? Fácil: ofreciéndole sexo!! No parece casual que las hembras humanas sean las únicas que no tienen celo (están siempre receptivas), o que disponen de rasgos físicos permanentes cuya única función es la de servir de estímulo sexual: los senos (siempre hinchados), el grosor de los labios, etc. (A esto hay que añadir los rasgos aniñados típicamente femeninos -menor tamaño, ausencia de vello, voz aguda-- que, en los mamíferos, parece que incitan, en general, un cierto "instinto" de protección y ternura).
El uso del sexo como instrumento de cohesión “intra-familiar” fue seguramente usado, a la vez, como instrumento de cohesión “inter-familiar”: los vínculos sexuales duraderos entre miembros de distintos grupos (los hijos de uno se unen a los hijos del otro grupo) aseguraría una mayor cooperación entre ambos y, eventualmente, la creación de grupos sociales más amplios (para algunos antropólogos, la prohibición del incesto y la obligatoriedad de la exogamia está en el origen de la sociedad y la cultura). Todo esto representa una gran ventaja adaptativa, dado el valor del "trabajo en equipo" en tareas que, como la caza, la defensa, etc., fueron decisivas para nuestra supervivencia.
El sexo es, por tanto, esencial para los humanos, sobre todo, como medio para asegurar la cooperación en tareas que, como la crianza y la búsqueda de recursos, son especialmente costosas para un solo individuo.
Y sin embargo, el sexo es una de las cosas que más tabúes y normas represivas acumula en muchísimas culturas. Por ejemplo: la virginidad prematrimonial que se exige a veces a la mujer. O, directamente, la limitación de su placer sexual (para eso se practica la ablación de clítoris). O el valor que se da a la castidad y la contención sexual (y la culpabilización de la expresión desinhibida de la sexualidad: se tacha con desprecio a ciertas personas de obsesos, ninfómanas, adictos al sexo, etc.). O la prohibición de la homosexualidad (que aunque no sirve a la reproducción, sí a la creación de lazos cooperativos entre personas). O las sospechas morales que despierta todo lo vinculado al erotismo, o al comercio sexual (la prostitución, la pornografía, etc.). O la “protección” a los menores de todo lo relativo al sexo (incluso de la información más básica relativa al mismo). Etc., etc...
¿POR QUÉ CREES QUE HAY TANTOS TABUES, NORMAS REPRESIVAS Y TANTA CULPABILIZACIÓN MORAL EN RELACIÓN AL SEXO? El uso del sexo como instrumento de cohesión “intra-familiar” fue seguramente usado, a la vez, como instrumento de cohesión “inter-familiar”: los vínculos sexuales duraderos entre miembros de distintos grupos (los hijos de uno se unen a los hijos del otro grupo) aseguraría una mayor cooperación entre ambos y, eventualmente, la creación de grupos sociales más amplios (para algunos antropólogos, la prohibición del incesto y la obligatoriedad de la exogamia está en el origen de la sociedad y la cultura). Todo esto representa una gran ventaja adaptativa, dado el valor del "trabajo en equipo" en tareas que, como la caza, la defensa, etc., fueron decisivas para nuestra supervivencia.
El sexo es, por tanto, esencial para los humanos, sobre todo, como medio para asegurar la cooperación en tareas que, como la crianza y la búsqueda de recursos, son especialmente costosas para un solo individuo.
Y sin embargo, el sexo es una de las cosas que más tabúes y normas represivas acumula en muchísimas culturas. Por ejemplo: la virginidad prematrimonial que se exige a veces a la mujer. O, directamente, la limitación de su placer sexual (para eso se practica la ablación de clítoris). O el valor que se da a la castidad y la contención sexual (y la culpabilización de la expresión desinhibida de la sexualidad: se tacha con desprecio a ciertas personas de obsesos, ninfómanas, adictos al sexo, etc.). O la prohibición de la homosexualidad (que aunque no sirve a la reproducción, sí a la creación de lazos cooperativos entre personas). O las sospechas morales que despierta todo lo vinculado al erotismo, o al comercio sexual (la prostitución, la pornografía, etc.). O la “protección” a los menores de todo lo relativo al sexo (incluso de la información más básica relativa al mismo). Etc., etc...
(Gracias a Juan Antonio por las dos primeras fotos. Os recomiendo también en su blog Cavernisofía, la entrada "Tertulia quinta (pentertulia). El sexo ¿la naturaleza prohibida?")
Hola, Víctor y cavernícolas de "emérita augusta". Aquí, en Sax, nos habría encantando poder hacer una tertulia o debate con vosotr@s sobre este tema (y sobre otros, claro). Podríamos estudiar lo de las videoconferencias...
ResponderEliminarEn todo caso me alegro de que hayan coincidido en el tiempo vuestro tema y el nuestro, y estoy seguro de que nosotros escucharemos lo que escribís aquí, y lo consideraremos como una especie de tertulia no paralela sino convergente en este espacio de internet (que la gente llama, erróneamente, creo yo, "virtual").
Besos (no (muy) eróticos, que está prohibido)
Ola!
ResponderEliminarParece ser que el tema del sexo es un tema bastante peliagudo hoy en día. ¿Pero por qué esto es así y sobre todo afecta a las mujres? Yo creo que todo esto tiene mucho que ver con la cultura como otras tantas cosas (y aqui entra sobre todo la religión).A parte de unir vínculos también pueden ser la excusa perfecta para crear rivalidades.¿Cómo? Muy sencillo: aquel que se casa con una mujer y quiere enemistarse con su familia (sobre todo antiguamente) le basta decir que su conyuge no era virgen en la noche justo después de contraer el matrimonio,sin embargo habría que probar también la castidad de este hombre (¿igualdad de condiciones no?). Con esto ya se aseguraba que la familia cayera en deshonra.
No obstante, hay casos que aún llegan más allá. En la Edad Media cuando se celebraba la boda de algún campesino, la mujer estaba obligada de por ley a pasar la noche que le sigue a la ceremonia con el noble o señor de la zona, y claro está, al marido no le hacía ni pizca de gracia que su mujer yaciera con un hombre detestable que se cobijaba bajo leyes sin ningún sentido.
Y ahora viene la religión y la Iglesia. Aquí si que podemos encontrar de todo. El cura que más predica de honradez y castidad seguro que ni él mismo puede mantener ese voto (solo hay que mirar la cantidad de casos de violaciones por parte de eclesiásticos).
En fin, este tema da para bastante más de lo que se puede decir aqui.
Un saludo.
Hola Juan Antonio y las tribus de Sax y alrededores (habría que inventar otra identidad para nuestras tribus cavernarias, pues la caverna que habitamos es la misma, una luz más arriba o más abajo). El sexo es un poderoso vínculo de unión, y así nos vemos ahora, bajo una misma obsexión, seguramente propiciada por la oscuridad de estas cuevas. A ver que sacamos en claro de este negro pozo.
ResponderEliminarUn bexo (prohibido leer lo que se piensa al leerlo)
Hola Ángela.
ResponderEliminar¿Pero crees que es bueno generar rivalidades mediante esos tabues sexuales? ¿"Funciona" así la sociedad mejor? Algunos afirman que es todo lo contrario: los tabues sexuales servirían, justamente, para asegurar que no haya demasiados conflictos en torno a algo tan "pasional" como el sexo. Por ejemplo, el tabú de la fidelidad sexual tendría sentido porque, dado que los hombres tenían que cazar o guerrear juntos confiando unos en otros, hubiera sido peligroso que existiera demasiada rivalidad entre ellos, caso de compartir las mismas hembras. ¿Qué te parece?
El caso del derecho de pernada es muy curioso. En muchas culturas humanas, el jefe o poderoso tiene un claro derecho a disfrutar de todas las mujeres del grupo (tal como en las manadas de leones o monos), pero esto puede provocar demasiadas tensiones, de ahí que este "derecho natural" se convierta en tabú (el alcalde Quimby de los Simpsons, o Bill Clinton, se creen seguramente con ese derecho, pero lo hacen a escondidas, es tabú).
Lo de la Iglesia es más complicado. Pero creo que no hay diferencias sustanciales entre religión, sociedad y Estado a este respecto: todos se esfuerzan por establecer un rígido sistema de normas y tabúes en torno a la conducta sexual. Incluso la gente que no participa de creencias religiosas ve escandalosas y perversas las conductas sexuales que se salen de esas normas, o cree que la prostitución es un oficio más denigrante que, por ejemplo, la abogacía...
¿No te parece?
Un saludo!!
¡Hola cavernarios! Vuelvo a tener tiempo para dar mi opinión. ¿No puede ser qué la sociedad nos haya transmitido ese tabú con el objetivo, apoyado por la religión, para que consigamos mejor los objetivos que ella busca? Es decir, la sociedad lo que busca (y como dicen muchos antropólogos) es la propia subsistencia y aumento de ésta mediante los matrimonios y la descendencia controlada.
ResponderEliminarDe ahí que haya una concepción negativa ante todas las personas que salen de ese orden social. Un ejemplo claro serían las prostitutas, cuyo oficio no pienso que sea denigrante pero así nos lo han vendido.
En el caso de todo esto, ¿la sociedad verdaderamente apoya al individuo? Pues si concebimos el sexo como nexo entre personas y la sociedad tamiza lo que el sexo significa, ¿no es posible que la sociedad lo haga para, también, verse justificada su propia existencia?
Un saludo!!!
Claro que es posible generar rivalidades que no son buenas en el sentido de mantener a un grupo unido. Pero el caso es que las hay. Además, no es lo mismo la prehistoria del ser humano a la sociedad de hoy en día respecto a ese sentido ¿no crees?
ResponderEliminarEn cuanto a que el sexo sea un tema tabú para muchas personas religiosas o no depende (como todo) de la educación y de la ideología que una persona (o sociedad) tenga. De hecho, recuerdo haber leído que existían ciertas agrupaciones religiosas (a las que se las podría considerar sectas) que utilizaban "procedimientos" para poder experimentar a Dios en su cuerpo. Estos procedimientos consistían en establecer relaciones sexuales en sus "misas" o reuniones para a través del orgasmo poder tener experiencia de Dios.
También es cierto que a pesar de estar considerado un tema tabú, se usa y se ha usado además con mucha frecuencia para pagar deudas o conseguir favores (sobre todo las mujeres) y seguro que esa persona no decía que no aunque considerara el sexo como algo tabú. ¿Que prediquen con el ejemplo no?
Un saludo.
Hola Jauría. Tus dos argumentos me parecen excelentes.
ResponderEliminarEn cuanto al primero de ellos, creo que tienes razón: se culpabiliza el sexo no reproductivo, porque el objetivo de casi toda sociedad es crecer (demográficamente hablando). Esto explicaría porque es tabú la educación sexual o porque es moralmente sospechosa toda actividad cultural que implique sexo: si se convierte el sexo en cultura, su valor biológico o reproductivo ya no sería el único (tendría que competir con el cultural y, quizás saldría perdiendo...)... Es curioso, añado, que incluso el sexo reproductivo esté rodeado de tabúes (virginidad, matrimonio, fidelidad, etc.). Pero fíjate que esto sólo ocurre en las clases medias y pudientes (en las que conviene, por razones patrimoniales --la herencia-- tener pocos hijos y tener claro de quién son). En las clases bajas y obreras, los tabúes se relajan muchísimo (¡hay que tener muchos hijos que aporten dinero y que sean mano de obra barata y abundante --barato y abundante son dos adjetivos que van de la mano, como todo el mundo sabe, en el capitalismo--!). Al menos, esto era así hasta hace poco.
En cuanto a tu segundo argumento, es aún mejor y más profundo. Una educacíón sexual liberada de tabúes daría toda la libertad de elección a los individuos o personas. Y quizás esto se presienta como una amenaza a la sociedad (o, mejor dicho, a cierto tipo de sociedad). ¿Te imaginas una sociedad en la que las personas "gestionaran" libremente su sexualidad, sin normas ni tabues morales ni legales? ¿Sería posible un mundo así?
Un saludo!
pd. léete el artículo de Vargas Llosa que pongo a continuación, a ver que te parece.
Hola Angela. Toda la razón en todo.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que cuentas de las religiones en las que el sexo era medio para acercarse a Dios, no son pocas (en la antiguedad, en la Edad media, en oriente...), aunque aún en todas esas había también tabues y normas. Amén de que muchas veces eran aplastadas por religiones más poderosas en que la visión de lo humano separaba más o menos radicalmente el alma del cuerpo.
En lo segundo que dices también tienes razón. Muchas mujeres (por ejemplo) logran sus propósitos (una posición económica y social acomodada, un buen trabajo, la fama, etc.) comerciando con su belleza física, casándose con alguien rico, ofreciendo sexo, etc., y nadie las denigra como prostitutas (eso queda para las más pobres y miserables). ¡Cuánta hipocresía!
Un saludo!!!
Hola Angela. Toda la razón en todo.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que cuentas de las religiones en las que el sexo era medio para acercarse a Dios, no son pocas (en la antiguedad, en la Edad media, en oriente...), aunque aún en todas esas había también tabues y normas. Amén de que muchas veces eran aplastadas por religiones más poderosas en que la visión de lo humano separaba más o menos radicalmente el alma del cuerpo.
En lo segundo que dices también tienes razón. Muchas mujeres (por ejemplo) logran sus propósitos (una posición económica y social acomodada, un buen trabajo, la fama, etc.) comerciando con su belleza física, casándose con alguien rico, ofreciendo sexo, etc., y nadie las denigra como prostitutas (eso queda para las más pobres y miserables). ¡Cuánta hipocresía!
Un saludo!!!
Bueno, pues no logro encontrar un enlace directo al artículo que quería que leyérais. Simplemento poned en el buscador "El placer está en tus manos" y "Vargas Llosa", y ya aparecen varias entradas para leer el artículo (se publicó en El País, el 21 de este mes). Trata del asunto de los supuestos "cursos de masturbación" en Extremadura. A ver qué os parece. A mi me resulta increíble la forma en que Vargas Llosa defiende los tabúes sexuales (¡Para que no se pierda el encanto de lo prohibido y sagrado!)...
ResponderEliminarHola, cavernícolas:
ResponderEliminarla verdad es que Vargas LLosa no está solo... En nuestra tertulia nos llegó a parecer claro que si el sexo no estuviese tan misterizado (si, por ejemplo, fuesemos desnudos) tendría mucho menos gancho. Pero es curioso que usen ese argumento (que así nos parece más gustoso por morboso) quienes, en verdad (huele a la legua) lo que piensan es que es sucio y... morboso.
Pero lo cierto es que ese no es el argumento de los que (como Platón o la Iglesia) ven el sexo como algo si no directamente feo y malo, como muy difícil de mantener de forma "pura". Y tampoco es su principal argumento el crecimiento demográfico, o cuantitativo, de la sociedad: también y sobre todo arguyen el crecimiento cualitativo, moral...
"El sexo sólo es sano y normal entre los animales y las plantas"
ResponderEliminarEsta es la frase que yo destacaría de todo el artículo y que, sin lugar a dudas, resume claramente la opinión del autor (y además desvela la intencionalidad e ideología ocultas entre sus palabras).
Además, me resulta desternillante. ¿Qué clase de sexo tienen las plantas? (Este señor debería plantearse seriamente escribir comedia, seguro que sin pretenderlo le salía mucho mejor). Y en el caso de que se refiriese al sexo masculino y al sexo femenino, ¿cómo es posible que sea más o menos sano (y ¡normal!) el tener sexo masculino o femenino? Apabullante... realmente apabullante. En cualquier caso, por el contexto creo que se está refiriendo a la acepción anterior de la palabra "sexo", y aquí sí que me resulta asombroso que afirme que "el sexo fue sano y normal entre nosotros cuando aún no éramos humanos del todo". ¿Acaso no es sano mantener relaciones sexuales?
Sinceramente, me he quedado sin palabras al leer este artículo (y¡con la boca bien abierta!). No alcanzo a entender (bueno, sí que lo entiendo, otra cosa es que lo comparta) cómo en un periódico pueden publicarse cosas semejantes. Tendría que informarme (por fuentes fiables, claro está, no por periódicos inmersos en esta horrible guerra política), pero dudo mucho que el taller fuera de masturbación; según he leído se trataba de talleres de sexualidad en los que se hablaría de afectividad y sexualidad en general (que todas las personas pueden disfrutar de su sexualidad, sin importar la edad o la cultura, en solitario o en grupo, hombre(s) o mujer(es)..., que una familia no tiene por qué estar formada por un padre, una madre y los hijos, etc.) de las enfermedades de transmisión sexual y los métodos anticonceptivos, de los falsos mitos que existen acerca del tema (masturbación, la inciciativa es del hombre, los chicos no lloran...), etcétera.
En definitiva, cualquier persona es dueña de su sexualidad y tiene todo el derecho del mundo (y más) de disfrutar de ella libremente.
Y es una triste (tristísima) desgracia que la política utilice estos temas como un campo de batalla sobre el que intentar ganarle terreno a sus "enemigos" (cuando en realidad deberían ser aliados por un mismo objetivo: el bien común)
Un apesadumbrado saludo,
Jack D.
Hola Juan Antonio.
ResponderEliminarTienes toda la razón (qué sí, no desconfies). El sexo nos importa tanto por la enorme carga simbólica que conlleva. Lo que ocurre es que Vargas Llosa (y tantos otros, como tú dices, incluyendo gente más "progre" que el peruano) defiende en el artículo un simbolismo pobre, en el que se hace virtud (literaria y romanticoide) de la necesidad de los tabues más castrantes.
Los tabues sexuales, como dices, tienen también la función de procurar el crecimiento moral. Pero, ¿no parecen sumamente ineficaces en esa función? Dan lugar a una sexualidad morbosa y culpable, y no se vé que proporcionen un desarrollo moral significativo (¿están "moralmente" más desarrollas las culturas más puritanas?).
Una cuestión interesante sería la de cómo hacer al sexo una vía de perfeccionamiento moral, no mediante tabues y sacralización, sino "civilizándolo", haciendo explícitos sus misterios y educando en su uso como vehículo para los fines morales. En cierto modo, es lo que pretende la sexologia y los que hacen talleres de masturbación (si bien en un sentido muy pobre, claro, y sacralizando ahora a los fines, a la manera de la "materia oscura" de la que está hecho lo individual).
Saludos!!
Hola Jack D.
ResponderEliminarTienes mucha razón, pero date cuenta de que mucha gente piensa igual que el Vargas Llosa, incluyendo muchos que se sienten liberados de tabúes religiosos y sociales. Piensan que hay algo de "sagradamente y misteriosamente interesante" en el sexo, y que la asepsia científica y racional mata al enfocarlo. ¡La ciencia desacraliza el mundo, y hace que éste sea, sí más racional y controlable, pero menos "encantador"! Esta idea es un tópico de nuestro tiempo. Muchos (románticos) piensan que sobre los temas que más nos importan: el sexo, el amor, la moral individual, la belleza... no cabe ciencia alguna. ¡Eso no es matemáticas! --arguyen--. ¡Ni tiene que ver con la lógica o la "cabeza", sino con el corazón y los sentimientos, con algo indefinible y misterioso, que es lo que le da "encanto"!... Cuando todo esto (el amor, el sexo...) lo "normaliza" la ciencia, se acabó, se pierde lo "humano", pues lo humano no es científico, sino que está más allá... ¿Qué te parece? Yo he escuchado a supuestos ateos como catedrales clamar al cielo y sentirse ofendidos porque la ciencia y la razón se atreva a ocuparse de esas facetas "íntimas" y "sagradamente" irracionales de lo humano. La mayoría de la gente (no sólo Vargas LLosa) comulga hoy con este tópico. Dios, lo sagrado y lo irracional no han muerto, sólo se han mudado de lugar. Ahora están en el interior del individuo, en sus inexplicables criterios emotivos, en su sacrosanta libertad que cree que no ha de dar explicaciones a nadie, en su romantico gusto por el morbo, en la defensa a ultranza de la intimidad frente a la "invasión" de lo público, los datos, la ciencia... Si esto es lo que piensan casi todos, el artículo de Llosa es perfectamente coherente con esta mentalidad.
¡Y esta mentalidad la que habría que atacar y desmontar, por opuesta a la razón! ¿No te parece?
Un saludo.
Pd. Por cierto, si queréis saber con más detalle de lo que habla Vargas Llosa cuando reivindica el gusto por lo prohibido, leeros o releeros su novela erótica: "Los cuadernos de Don Rigoberto" (es de lo mejor del género).
¡Vuelvo! En cuanto a esa hipótesis de una sociedad sin tabúes sexuales pienso que es lo mejor. Pienso que los tabúes no son nada racionales y que limitan nuestras acciones. En general son mandatos que no vienen dados por nosotros y que no buscan el bienestar del individuo. Por otro lado, los que están a favor de esos tabúes sexuales (en este caso) podrían argumentar que sí se eliminan, el sexo podría "gastarse" (algo así nos viene a decir Vargas Llosa) de tanto usarlo. En términos científicos: sí el sexo (en lo más básico del acto) es energia, no desaparece. Puede ser, si nos dejan, más racional...
ResponderEliminar¿Qué os parece?
Centrandome más en el artículo veo que al autor le "tira" mucho el ámbito privado y ve dañino extrapolar el sexo en ese ámbito a lo público, como sí lo público estuviese unido a lo negativo. Vamos que lo sexual para el autor es algo intimo y nada vinculado con el exterior a nosotros. Si el sexo forma parte de nuestra cultura (macrocultura) no se puede reducir su campo en nosotros mismos (microcultura).
¡Un saludo!
Hola Jauria. De acuerdo contigo en que en el sexo no se pierde nada si se vuelve más racional (y se eliminan los tabúes que lo rodean). Aunque quizás así, el sexo se desvele como un medio para otros fines (la comunicación a un nivel más profundo con los demás), y no como un fin en sí mismo, que es como quieren verlo muchos. Si el sexo se entiende como valioso de por sí, como un fin en si mismo independiente de otros aspectos de la relación con las personas, entonces supongo que sí que hay que echarle morbo (y por tanto quizás tabúes, pues vulnerar el tabú es muy morboso), y lo que sea, para que tenga algún interés por sí mismo. ¿No te parece?
ResponderEliminarTu segunda idea también me parece muy oportuna. Nada humanamente importante es reducible al ámbito de lo íntimo y privado. Esto es empobrecerlo. De hecho, me temo que la gente se está haciendo mucho más humanamente pobre de tanto adorar la intimidad y lo privado. Lo que es de verdad valioso ha de serlo públicamente, y compartirlo confirma y multiplica su valor.
Un saludo!!
Víctor, en primer lugar decirte que esta semana estoy por aquí (lo digo por si preparáis alguna reunión o algo). Nuestra segunda idea queda clara. En cuanto a lo primero decir que no se puede ver al sexo como un fin, hay que verlo como un medio para conocer aún más a los demás. Pienso que vulnerar los tabúes es morboso pero... ¿no crees que quizá más morboso es no tener tabúes? ¿más morboso y además más correcto?
ResponderEliminarUn saludo. Por cierto, ahora ya me puedes llamar Fernando o mejor, Nando. Un saludo!!
Hola Nando. Quizás sea mejor, o más correcto no tener tabúes. Pero más morboso, no sé. Algo morboso es algo que nos gusta de manera un tanto enfermiza, obsesiva, apasionada ("morbo" y "pasión" son palabras relacionadas con el concepto de enfermedad, al menos en su origen)... Aunque quizás para tí signifique otra cosa. ¿O qué?
ResponderEliminarTal vez organicemos una reunión este jueves o viernes, aprovechando que también está aquí mi colega bloguero Juan Antonio. Si puede ser, lo anunciaré mañana en el blog.
Un saludo!!
Totalmente de acuerdo, Víctor. Sin duda, lo más correcto es no tener tabúes de ningún tipo y apostar por la generalización de nuestros actos (esto lo dicen muchos filósofos a lo largo de la historia...). Espero poder ir a la reunión, aunque a lo mejor llego un poco más tarde.
ResponderEliminarMuy interesante la entrada jeje y las imágenes bastante explícitas XD
ResponderEliminarGracias, Nerea. Pues nada, si queréis más información iros a los libros de D. Morris que os cité. En cuanto a las imágenes igual me pasé un poco, pero en fin...más se pasa la realidad misma. Un saludo.
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