miércoles, 27 de marzo de 2013

Presentación de Diálogos de educación, de Juan Antonio Negrete



El lunes 1 de abril, a las 19.30h, en el Ateneo de Madrid (sala Nueva Estafeta), presentaremos el nuevo libro de nuestro amigo y cavernicolega Juan Antonio NegreteDiálogos de Educaciónpublicado por la Editorial Manuscritos. Intervendrán el autor, el profesor Luis Martínez de Velasco y yo mismo. (También está invitado el ministro Wert, aunque de venir, lo hará seguramente disfrazado de tarima o de monólogo sordo). También se leerán dramatizadamente varios fragmentos de los diálogos, y se propondrá un espacio de preguntas y debate acerca de la cuestión del libro, la filosofía de la Educación. La dirección de la presentación estará a cargo de Victoria Caro Bernal.


He aquí unas palabras del autor sobre la obra.

Diálogos de Educación, no solo no es un libro de ciencia: tampoco es un libro de filosofía escolar o académica, sino una obra “literaria” o de “creación”. En él recorro cuatro posibles filosofías de la Educación, buscando sus fundamentos antropológicos, morales y ontológicos, siguiendo aquella recomendación de Sócrates, que casi he convertido en lema, según la cual debemos investigar qué somos, para saber qué nos corresponde por “naturaleza” hacer y padecer. Por supuesto, hay una filosofía, muy “de moda” en tiempos modernos, que dice que no hay nada que por naturaleza o esencia seamos ni nos corresponda. Esta es, precisamente, la primera propuesta que se discute en el libro. Después se pasa a considerar una concepción sentimentalista, según la cual nuestro centro de gravedad es la emotividad y la razón solo es “la esclava de las pasiones” (según decía Hume), y que también tiene muchas versiones modernas en pedagogías tanto alternativas como convencionales; en tercer lugar, se discute una concepción “kantiana”, en la que la Voluntad como Ley es situada en el lugar más alto; solo al final se llega a la concepción socrático-platónica, con la que más afín me siento, y para la cual la maldad es fruto de la ignorancia y nuestra mayor ignorancia es, precisamente, no conocernos y confundirnos con un ser esclavo. Aunque este pensamiento no carece, desde luego, de su "dialéctica"; es más, la busca y la ejercita, pero la envuelve en la "solución" (no disolución) del Amor o Analogía. De las cuatro teorías o concepciones antropológico-pedagógicas intento extraer lo mejor, interpretadas de la manera más optimista y halagüeña que he podido, antes de señalar sus aporías. Algunos fragmentos del libro pueden leerse aquí.

Todos los que estéis por Madrid estáis requeteinvitados a asistir y participar.


domingo, 10 de marzo de 2013

Razones para creer en el "más allá". El "trascendentalismo".


Para muchos cavernícolas no hay otra realidad que esta que ven (o que creen que ven, o que creen que creen que ven, o...). Se trata del misterioso "más acá". Los que creen tamaña cosa (prácticamente todo el mundo, científicos y buena parte de los filósofos incluidos) afirman que la realidad consiste en el conjunto de las cosas y procesos físicos y psíquicos observables (si es que los psíquicos no son también eventos físicos reducibles, todos ellos, al funcionamiento del cerebro). No hay más que eso: el universo. La caverna del mundo que observamos (y la caverna interior, la de la mente, si es que no son una y la misma). Ahora bien: ¿Será esto cierto? ¿Cómo no ha de serlo? Pensemos. 

Supongamos que existen las cosas del "más acá". Todas ellas están en el espacio y el tiempo (esa es la definición de "más acá": lo que está en algún aquí y ocurre durante algún ahora). Ahora bien: para que estas cosas (o procesos, o eventos, o lo que sea) sean cosas (o procesos, eventos, o lo que sea) han de poseer cierta unidad e identidad. Es lógico. Han de ser una cosa (sean la que sean: una lombriz, un girasol, un átomo), y han de ser idénticas a sí mismas, e identificables como tales, como lo que son. ¿Quién se atrevería a discutir esto? Pero es ahora cuando aparecen los problemas. 


Para poder ser lo que son (para tener unidad e identidad) las cosas necesitan un cierto límite (digamos, espacial) y una cierta permanencia o constancia en el tiempo. Necesitan, por decirlo así, de una especie de "estructura" que resalte su identidad sobre el espacio y que resista durante un cierto tiempo al paso del tiempo. Y ahora viene lo más extraño. Dado que esta "estructura" (o "esencia", o "forma" como dicen a veces los filósofos) ha de DISTINGUIR a la cosa del espacio y el tiempo, dicha estructura ha de ser ella misma DISTINTA del espacio y el tiempo, es decir: incorpórea e intemporal. Pensad que si esta estructura fuese ella misma espacio temporal, necesitaría tanto como las cosas de algo (otra estructura) que las delimitase y fijase en el espacio y el tiempo. Y así una y otra vez, hasta el infinito...


Atención, pregunta: ¿En qué consiste esta estrafalaria “cosa” (estructura, esencia, forma...) ajena al espacio y al tiempo? ¿Dónde está? ¿En qué sentido ocurre? Fijaos que no puede estar en ningún sitio (pues carece de espacio), ni puede ocurrir en ningún momento (pues carece de tiempo)… ¿Entonces?...

Algunos filósofos han pretendido demostrar que esta extraña “estructura” no es más que una suerte de “regularidad” en el comportamiento de las cosas físicas. Pero una “regularidad” consiste en una misma manera de suceder de algo, y esa misma manera, ¿qué es sino un “patrón” o estructura sobresaliente al tiempo y destacable en el espacio?.. Otros han querido pensar que tales estructuras no son sino conceptos producidos por la mente. ¿Pero como la mente, que es un conjunto de procesos temporales, podría crear algo tan diferente de sí misma –es decir: algo tan absolutamente carente de temporalidad— como son estas extrañas  "estructuras"? Imposible. Esto ha conducido a otros tantos filósofos a reconocer que EXISTE EL “MÁS ALLÁ”, es decir, que esas “estructuras” (esencias, formas, Ideas...) existen más allá de las realidades espacio temporales. Y que tales formas son las que prestan identidad al resto de las cosas, y también las que permiten conocerlas (formalizarlas con conceptos, describirlas mediante leyes y fórmulas)… Y que incluso si no existieran cosas físicas o psíquicas a las que dar estructura o forma, dichas estructuras (esencias, formas o ideas) continuarían existiendo igual, en ese más allá al que pertenecen (Pues: ¿cómo podría afectarle que el mundo del "más acá" existiera o dejara de existir?). ¿Raro, eh? ¿Pero podemos reprochar algo a todos estos argumentos?



A estos filósofos, por cierto, que admiten la realidad independiente de estas estructuras o formas, podemos denominarlos, en general, trascendentalistas, pues trascendente es la condición de todo aquello que no pertenece al dominio del espacio y el tiempo.

domingo, 3 de marzo de 2013

De cuando y por qué es Legítimo lo ilegal.

¿Hay derecho a saltarse el derecho? ¿Es legítima, en algún caso, y en el marco de un régimen democrático, la ilegalidad? Llegamos a la conclusión de lo publicado en el  libro colectivo  Reflexiones sobre el #25S (Ed. Manuscritos. Madrid, 2013).  


¿Son legítimas acciones del tipo de las del 25S (rodear el congreso) y otras por el estilo, realizadas por una pequeña minoría concienciada y que rozan o incluso incurren en la ilegalidad? Si lo que buscamos en ellas es una legitimidad relativa al primero de los componentes antedichos de lo que es “legitimidad” en Democracia (el respaldo de la voluntad popular), la respuesta es, obviamente, la que ha querido propagar el gobierno: la legitimidad de un acto (de tal cariz simbólico como es “rodear el congreso”) del que se responsabilizan y participan apenas unos miles de personas, es muy limitada. Ahora bien, si recurrimos al segundo de los componentes de lo que significa “legitimidad” Democrática (el valor ideológico de un acto, en el doble sentido que ya explicamos), la respuesta es , el valor simbólico de “rodear el congreso” pacíficamente para expresar demandas políticas de interés general posee ya toda la legitimidad Democrática posible, sin necesidad de contar con un respaldo popular masivo. Es más, dada la relativa mayor trascendencia de este segundo componente de la legitimidad, el acto del 25S resulta más legítimo que cualquier exhibición masiva del poder popular de contenido ideológico más limitado (por ejemplo, una manifestación en defensa de intereses corporativos cualesquiera).

     En conclusión. A nuestro juicio, los cauces de disensión que hemos descrito en el punto (2) de la entrada anterior –los no sujetos a los procedimientos democráticamente establecidos para disentir— son legítimos cuando (A) tienen suficiente apoyo popular y, más aún, (B) cuando fomentan todo aquello que hace legítima cualquier medida de apoyo popular y que constituye, en el fondo, el verdadero motor de una Democracia: la información objetiva, el debate abierto y racional, la libertad de criterio y de expresión, la responsabilidad, el respeto crítico al “otro”, etc.  En este sentido, el acontecimiento del 25S, o la mayoría de las acciones promovidas recientemente por el movimiento 15M y otros por el estilo, son perfectamente legítimos (en el segundo de los sentidos expuestos), legitimidad esta que no se ve en ningún caso disminuida por la presunta ilegalidad de dichas acciones (ilegalidad que, por cierto, acarrea consecuencias punitivas que, también legítimamente, toca soportar). Naturalmente, esta no es más que nuestra opinión (legítima también solo en cuanto al segundo de los elementos de legitimidad que hemos mencionado). 

Nosotros creemos, sin pecar de excesivo optimismo (pero tampoco del pesimismo por defecto en que estamos instalados) que acciones y movimientos sociales como los que se han visto durante estos dos últimos años en este país son eficaces para mejorar nuestra democracia y, consecuentemente, la vida de la mayoría de nosotros. Su valor no está en su carácter masivo (ni falta que hace) sino en su labor promotora del debate y las ideas. Todo el mundo (incluso los más críticos) ha reconocido la relevancia de estos movimientos, no simplemente porque las calles y las plazas se llenaran de gente coreando eslóganes sino, más aún, porque se llenaran de gente en diálogo abierto con otros, participando en foros, talleres o conferencias, a la manera de una “universidad popular de campaña”, generando la simiente de una sociedad civil fuertemente armada de argumentos con que interpelar al gobierno y a las clases dirigentes. Esto solo puede ser Democráticamente bueno y justo. No hay mayor problema en cualquier democracia que el silencio indiferente de la mayoría (ese mismo, nos tememos, que irresponsablemente demandaba el Presidente de nuestro gobierno frente a las protestas de los concentrados frente al congreso). Y ese silencio ideológico, esa casi total ausencia de debate público, resulta infinitamente más peligroso que cualquier crisis económica o cualquier defecto formal o procedimental. Ojalá que eventos como el 25S sirvan, como pienso, para empezar a conjurar esa “desustantivación” política que amenaza nuestras democracias y tiende a convertirlas en oligarquías revestidas y defendidas por un legalismo tan ilegítimo como, al cabo, demagógico y tiránico.





Entradas por categorias

acoso escolar (1) alienación (6) alma (7) amor (24) Antropología y psicología filosóficas (92) Año nuevo (4) apariencia (1) arte (54) artículos ciencia (8) artículos ecología (19) artículos educación (142) artículos educación filosofía (58) artículos educación religiosa (3) artículos estética (28) artículos Extremadura (5) artículos libertad expresión (16) artículos nacionalismo (9) artículos parasofías (2) artículos política (185) artículos prensa (70) artículos sexismo (24) artículos sociedad (45) artículos temas filosóficos (26) artículos temas morales (126) artículos toros (3) Ateneo Cáceres (20) belleza (4) bioética (13) Blumenberg Hans (1) bulos (1) Byung-Chul Han (1) cambio (1) carnaval (6) carpe diem (1) ciencia y religión (11) cientifismo (5) cine (2) ciudadanía (6) conciencia (4) conferencias (4) Congresos (2) constructivismo social (1) consumo (2) Conversaciones con el daimon: tertulias parafilosóficas (2) Correo Extremadura (49) Cortazar Julio (1) cosmopolitismo (1) creativamente humano. (1) Cuentos filosóficos (21) curso 2017-2018 (1) Curso filosofia 2009-10 (1) Curso filosofia 2010-11 (47) Curso filosofía 2011-2012 (73) Debates en la radio (1) decrecimiento (3) Defensa de la Filosofía (38) deporte (5) derechos humanos (1) Descartes (1) Día mundial de la filosofía (2) diálogo (3) Diálogos en la Caverna (19) Didáctica de la Filosofía (7) dilemas morales (17) Diógenes (1) Dios (4) drogas (2) dualismo inmanentista (4) dualismo trascendentalista (1) ecología y derechos de los animales (29) economía (19) Educación (254) El País (3) El Periódico Extremadura (279) El Salto Extremadura (1) eldiario (31) emergentismo (2) emotivismo ético (2) empirismo (2) enigmas lógicos (4) entrevistas (3) envejecimiento (2) Epicuro (1) Epistemología (13) escepticismo (1) espacio (1) Estética (83) Etica (7) Ética (211) eurocentrismo (1) Europa (2) evaluación (1) Eventos (1) existencialismo (3) falacias (2) familia (2) fe y razón (7) felicidad (8) feminismo (32) fiesta (4) Filosofía (29) Filosofía de la historia (3) filosofía de la religión (13) Filosofía del derecho (3) Filosofía del lenguaje (7) filosofía fuera del aula (1) Filosofía para cavernícolas en la radio (15) Filosofía para cavernicolas. Radio. (1) Filosofía para niños (5) Filosofía política (285) Filosofía social (52) filosofía y ciencia (17) filosofía y patrimonio (1) filósofos (1) flamenco (3) Gastronomía (1) género (21) Hermeneútica (1) Hipatia de Alejandría (1) Historia de la filosofía (4) Historietas de la filosofía (2) horror (1) Hoy (2) Humano (1) Humano creativamente humano (4) Humor (7) idealismo subjetivo (2) ideas (3) identidad (4) ilustración (1) Imagen y concepto (6) inmigrantes (5) intelectualismo moral (5) inteligencia artificial (5) Introducción a la filosofía (30) Juan Antonio Negrete (5) justicia (7) Kant (4) laicismo (1) libertad (5) libertad de expresión (20) libros propios (3) literatura (1) Lógica (9) Los Simpsons (2) Marx y marxismo (3) matemáticas (4) materia y forma (5) materialismo (13) Medios de comunicación (495) memoria histórica (3) mente (7) metáfora (1) miedo (4) mito de la caverna (1) Mitos (11) modernidad (9) monismo inmanentista (10) monismo trascendentalista (2) movimiento (1) muerte (4) multiculturalismo (2) música (5) nacionalismo (22) natalidad (1) naturalismo ético (5) navidad (9) Nietzsche (2) nihilismo (2) nominalismo (1) ocio (1) olimpiadas (2) Ontología (46) orden (1) Paideia (2) pansiquismo (3) Paradoxa (1) Paradoxa. (1) parasofía (2) Parménides (2) PDFEX (10) pensamiento catedral (1) pensamiento crítico (6) Pensar Juntos (1) platonismo (16) podcasts (1) positivismo (1) postmodernidad (1) pragmatismo (2) Presocráticos (2) problema mente cerebro (6) prostitución (5) psicopolítica (14) publicidad (1) público-privado (1) racionalismo ético (3) rap (2) Red Española de Filosofía (1) relativismo (4) religión (26) respeto (1) Reuniones en el cavernocafé (28) Revista Ex+ (2) romanticismo (1) ruido (2) salud mental (1) Schopenhauer (1) Semana santa (3) sentido de la vida (6) sexismo (20) sexo (4) Sócrates (3) sofistas (2) soledad (1) solipsismo (1) Taller estética (6) Talleres filosofía (5) teatro (9) tecnología (14) Teología (7) terrorismo (5) tiempo (2) tolerancia (1) Trascendentalismo (6) turismo (3) utilitarismo ético (1) Vacío existencial (1) viajes (2) violencia (16)

Archivo del blog

Cuevas con pasadizo directo

Cavernícolas

Seguir en Facebook