Cada vez que se pone en cuestión la
educación concertada (esto es: la subvención pública de los miles
de colegios privados que hay en nuestro país) la respuesta de la
Administración, y de influyentes sectores de la sociedad, es la
misma: “la escuela concertada – dicen – no se opone, sino que
se complementa con una escuela pública de calidad”, y, por encima
de todo, es “la condición del ejercicio de la libertad de los
padres para elegir el tipo de educación que desean para sus hijos”.
Ambas cosas son un disparate. Pero se repiten como un mantra
en los argumentarios que los actores políticos se aprenden de
memoria... Sobre esto trata nuestra última colaboración en el diario.es Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
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