Justificar la censura del cuerpo o la
ropa de alguien «porque provocan emociones y acciones que no podemos
controlar» equivale a eximirnos de nuestra condición humana y
concebirnos como un autómata. Es, además, el mismo argumento que
emplean los defensores del «burka». O –en otro orden de cosas,
pero que siempre viene muy al pelo– los enemigos de la libertad de
expresión: «como eso que dices, o de lo que te ríes, vulnera mis
sentimientos o mis creencias, te callas»... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí
Según entiendo, el artículo de referencia, comienza como siendo poseedor de una postura ingenua. Sintéticamente: el problema es el patriarcado (arma arrojadiza moderna de muchos políticamente correctos y feminazis).
ResponderEliminarAhora. Si bien, seguidamente parece percatarse de que ese sería un pésimo análisis de situación. Concluye que: no deberían, existir normas de conducta ni de vestimenta que, por no restringirla, se debería extender a todo entorno social – incluido en salones de clases –. Sin percatarse siquiera de que: está identificando, una distracción en el ámbito educativo debido a la elección de vestimenta y conductas, con la elección de llevar el burka en público. Dicha identificación, se me presenta como siendo de una ingenuidad manifiesta, que linda, con un análisis de situación de un crio. Sin mencionar, el intento de incrementar el poder de convencimiento de su argumento, al mencionar, que desconoce dicha distracción entre profesora y alumnos. Que, por otro lado, a mi entender, es una muestra más, de la escasa capacidad de análisis de situación, al ponderar incorrectamente la influencia de la selección sexual en el homo sapiens (en general: somos mucho más fáciles que las hembras de la especie), así como, el reducido estigma sexual moderno, implicado en situaciones donde una mujer “de poder”, “se aprovecha” de un adolescente.
En síntesis: salvo por el párate, que entiendo, se pretende dar a cierta forma de feminazismo (aunque no sé si abarcaría al mamarracho de la ideología de género). Ni su ejemplo inicial, ni su solución inconsecuente, ni su pretensión de que somos más que animales – y en ello, que toda decisión racional adolece de aspectos emocionales –, me parecen como producto de un análisis de situación valido. Ni que decir, de una conclusión conforme tal. Una pena.
PD: no sé, si será norma, este tipo de análisis erróneos de situación o de soluciones inconducentes o ingenuas, en este blog y sus fuentes. Pero, por lo relativamente poco que he podido leer de ellos, parecen estar creados por personas que podrían mejorar y mucho, sus análisis y sobre todo sus soluciones.