Ética para noruegos
Algunos de mis alumnos de Ética se escandalizan cuando les hablo
del sistema penitenciario noruego: condenas muy breves, prisiones que
parecen pueblos idílicos, presos que, además de estudiar o
trabajar, esquían, pasean en bici, cocinan o usan el ordenador en
espaciosas celdas individuales a las que acceden con su propia
llave... Como el objetivo fundamental es la rápida reinserción de
los reclusos, se les permite vivir casi como si estuvieran en
libertad. Mis alumnos no dan crédito. Cuando añado que el índice
de reincidencia en Noruega es el más bajo del mundo (un 20%, a
diferencia de países como EEUU, donde llega al 76%), algunos se
muestran indignados. «Sí –me dicen–, es posible que el sistema
noruego sea más eficaz; pero no es justo». «¿Por qué? –les
pregunto yo–». «Muy sencillo, profe: porque los criminales tienen
que sufrir, tal como han hecho sufrir a los demás».
Estas dos ideas de justicia, la «ley del talión» que citan mis
alumnos, y el principio de reinserción de las cárceles noruegas, no
solo están en las antípodas en cuanto a cómo hay que responder al
mal (con lo mismo –la venganza–, o con lo otro –el bien de
rehabilitar al preso–), sino también en cuanto a cómo interpretar
ese mismo mal.
Para tratar este asunto empecemos por un sencillo dilema. Veamos... (Para leer el artículo completo pulsar aquí).
Muy interesante tu defensa del siempre polémico intelectualismo moral socrático. No puedo evitar que a veces me rechibe, pero confieso que la premisa de que siempre buscamos el/nuestro bien, me parece irrefutable. Otra cosa es que seamos verdaderamente conscientes de lo que es el bien. De ahí que solo se actue mal por ignorancia. En fin, creo que me declaro fan de Sócrates.
ResponderEliminarA.
Cierto, Anónimo, pese a su aparente irrefutabilidad, el intelectualismo es siempre un asunto polémico. ¿Por qué será?
EliminarGracias por tu comentario.
Hay que esperar un tiempo para valorar mejor el sistema penitenciario noruego. Lo que me llama la atención es la baja reincidencia. Parece ilógico si tenemos en cuenta que bastantes me parece que viven mejor en la "cárcel" que en libertad. De todos modos dudo mucho que sea extrapolable a muchos países, a otras culturas muy distintas.
ResponderEliminarY, sobre todo, no creo que valga para países de bajo nivel económico. Son demasiado caras para esos países y, sobre todo, sería un absurdo que se viviese tan bien en ellas en contraste con el subdesarrollo del país. Incluso incitaría a delinquir.
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