Supongo que ya lo saben. El Parlamento
ruso, a propuesta de dos parlamentarias del partido
ultraconservador Rusia Justa, parece resuelto a despenalizar la
violencia doméstica de “carácter leve” (la que no provoca más
que arañazos y moratones) y no reincidente (no más de una denuncia
al año), convirtiéndola en una simple falta administrativa. Dicho
con más claridad, los padres de familia rusos podrán pegarle una
paliza de tipo estándar (sin lesiones graves) al año a su mujer o a
alguno de sus hijos, sin exponerse más que a una multa y unos días
ayudando en misa. Digo lo de misa porque la iglesia ortodoxa, que
afirma estar de acuerdo con la medida, siempre que la paliza sea
“desde el amor” (sic), parece la más indicada para aprovechar
los días de trabajo gratuito a la comunidad de sus feligreses más
impulsivos (aunque siempre “justos”)...
De este asunto trata nuestra última colaboración en El Correo Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
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Me surge un interrogante (asumo el riesgo de no ser políticamente correcto):
ResponderEliminar¿Debería penalizarse de forma más dura la violencia domestica que la violencia en sí (sin el apellido "domestica")?
Hola Anónimo. No veo por qué debería penalizarse de forma más dura. El problema de la violencia doméstica es que no se penaliza prácticamente nada, porque aún, para muchas personas, continua siendo una costumbre o modo de relación aceptable o "normal", no una forma intolerable de violencia. Saludos
ResponderEliminarHola Víctor, soy Paco, el anterior anónimo, que también comenté en la entrada "La moral no viene de los monos".
ResponderEliminarPermítame un breve comentario:
Dice ud.: "El problema de la violencia doméstica es que no se penaliza prácticamente nada, porque aún, para muchas personas, continua siendo una costumbre o modo de relación aceptable o "normal", no una forma intolerable de violencia."
Creo que tales personas no sólo ven a la violencia doméstica como una forma de violencia "normal", sino que para ellos toda violencia es "normal".
Estoy seguro que quien practique o justifique la violencia doméstica, también lo hace con la violencia en el deporte, arreglan sus diferencias a tortazos,etc.
El problema, creo, surge cuando para evitar ese tipo de hechos (injustificables para mi), recurrimos a diferenciar, y terminamos aceptando lo que se ha venido a llamar "discriminación positiva", término contradictorio en sí mismo e injusto.
Tan injustificado es la agresión domestica como la deportiva, bulling, acoso laboral, etc, etc...
Un saludo.
Hola Paco. Desde luego que es posible que el que es violento lo sea en su casa y en cualquier otro lugar y circunstancia, pero desde la perspectiva de los demás, de la sociedad que contempla, juzga y condena (o no) la violencia, la doméstica siempre ha sido algo más o menos aceptable y en la que no cabía intromisión de la ley. Esto es lo que yo creo que justifica que se le preste más atención (igual que a otras violencias no socialmente reconocidas, como el acoso escolar o laboral). Por supuesto, todas están injustificadas. Un cordial saludo.
EliminarCreo que sí hay hombres que sólo ejercen violencia en el ámbito doméstico porque consideran que tienen ese poder sobre la mujer y no lo hacen en otros ámbitos de sus vidas; incluso sorprende a veces enterarte que hombres aparentemente tranquilos y pacíficos, maltratan a sus mujeres. Y al ser este problema, el de la violencia de género, algo alarmante en la sociedad, sí me parece justificable que las leyes sean más severas, como forma de disuasión (aunque no sé hasta qué punto esto es efectivo).
ResponderEliminarEn cuanto a la discriminación positiva, creo que es muy legítima pues hay que tener en cuenta que no todas las personas tenemos, en la práctica, las mismas oportunidades. Me parece muy aceptable que, por ejemplo, haya medida para fomentar la contratación de personas con discapacidad. En el caso de las mujeres, está claro que vivimos en un sistema patriarcal que tiende a favorecer al hombre, por lo tanto, veo aceptable para superar esa diferencia, que se creen medidas para que las mujeres obtengan alguna ventaja. Un saludo.