jueves, 9 de diciembre de 2010
Filósofos de la materia y filósofos de la forma.
Los filósofos han venido notando, desde hace tiempo, que a las cosas les pasa algo muy raro. Imaginaos, por ejemplo, una mesa. De un lado, la mesa es un objeto material, que ocupa un espacio, y que como todo lo material se puede dividir en partes; además, todas las partes de la mesa (sus átomos y partículas elementales) están moviéndose constantemente, por lo que la mesa entera está sujeta al tiempo (cambia, envejece cada día, etc.)… Ahora bien: si la mesa cambia toda ella a cada instante, ¿cómo es que la reconocemos, de un instante a otro, como la “misma” mesa? Raro, ¿no? Además, siempre la captamos como “una” mesa, como un “todo”, aunque en el fondo en ella no hay unidad ninguna: la mesa no es más que partes separables una y otra vez en otras partes. Para más confusión, resulta que, aun siendo un objeto espacial, la mesa sigue siendo ella misma aunque la cambiemos de sitio (como si el espacio no la afectara del todo)… ¡Madre mía con la mesa!... Los filósofos han intentado arreglar este problema suponiendo que las mesas (bueno, los objetos, y los animales y las personas y casi todo lo demás) tienen como dos lados o aspectos. De un lado son MATERIA (cuerpos extendidos en el espacio, divisibles, sujetos al cambio y al tiempo). Pero, de otro lado, parecen tener una FORMA o estructura que, a diferencia de la materia ha de ser INCORPÓREA, INDIVISIBLE, INVARIABLE Y ATEMPORAL. Sin esta forma, dicen, las cosas carecerían de identidad, no podrían ser “una mesa”, “Madrid”, “Juan Pérez”, ni nada…
Ahora bien. ¿Cómo va a existir algo –como la Forma— incorpóreo como un fantasma, carente de espacio y ajeno al tiempo, como si estuviera en otro mundo distinto al Universo físico?... Increíble, ¿no? Por eso, algunos filósofos niegan la existencia de la forma: las cosas (y las personas y todo lo demás) son únicamente materia. A estos filósofos se les llama materialistas (nosotros les llamaremos, con más precisión, INMANENTISTAS).
Sin embargo, a otros filósofos (bastante más raros) lo que les parece increíble es que exista la materia. ¿Cómo va a existir –dicen— algo divisible hasta el infinito y que está siempre cambiando? ¡No podría ser nada, se disolvería a cada instante! Por eso, a estos filósofos lo que les parece real es la forma. Les suelen llamar idealistas o platónicos (nosotros les llamaremos TRASCENDENTALISTAS)…
Entre estos dos extremos está todo el juego de la filosofía: los filósofos de la materia y los filósofos de la forma, los filósofos que defienden que la única realidad es esta Caverna (el Mundo que vemos), y los que defienden que la verdadera realidad está fuera de la Caverna, en un Mundo distinto al que ahora vemos… ¿Cuál de estos dos grupos estará menos loco?
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Hola Víctor.
ResponderEliminarSiento no comentar en el foro (aqui menos) y en clase tanto como me gustaría o debería, pero las veces que lo hago procuro hacerlo bien.
Pienso que en busca de una verdad absoluta a través de unas ideas no hace falta suprimir a las otras ideas, sino que llegando a una consenso, se alcance una verdad total, que englobe a todo, ya que, is bien, la filosofía, no podría existir sin forma, los que tenemos las ideas no podriamos tenerlas si no fuese por las materia, puesto que no existiríamos; ergo la forma no puede existir sin materia, y la materia sin forma, una define a la otra y la otra hace percibir a la una.
Hola Chanquete.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, en clase y aquí, son de lo más valioso. En cuanto a lo que planteas, lo discutiremos mucho de aquí en adelante. Las posiciones más radicales son difíciles de rebatir. Los más materialistas (o inmanentistas) afirman que nada puede existir fuera del espacio y el tiempo (fuera del Universo), por lo que suponer la existencia de realidades trascendentes (ajenas al espacio y al tiempo) tal como la forma es racionalmente inaceptable, por lo que la materia ha de existir, de alguna manera, sin forma (o la forma ser algo reducible, en el fondo, a materia). Los más trascendentalistas afirman, por el contrario, que la materia no es nada sin forma; es más: que la propia materia es forma en sí misma (si no, no sería nada, la más mínima partícula es una estructura, una forma --la física, cabe decir, es reducible a matemática, todo es fórmula--), por lo que la forma sí puede existir sin materia... De otro lado, los filósofos más moderados o dualistas, afirman (de diversos modos, como veremos) que materia y forma, aun siendo realidades distintas, existen a la vez y se relacionan, aunque éstos tienen el grave problema de explicar cómo puede haber dos realidades distintas (siendo ambas igualmente reales) y cómo podrían relacionarse siendo una inmanente y la otra trascendente... Nos hemos metido, en suma, en una selva de problemas. Te propongo explorar esta selva, pero habremos de ir poco a poco. Si te parece, empezaremos analizando los argumentos que ofrece el materialismo, a ver si nos convence o no.
Un saludo!!