El deseo irracional y soberbio de
multiplicar las horas durante las que se adoctrina en catolicismo a
los alumnos, y el hecho de denunciar, con datos ambiguos y argumentos
sofísticos, a la administración que no se les hinca de rodillas,
debería avergonzar a los prebostes de la Iglesia que apadrinan esta
campaña (que no esconde, en el fondo, más que un problema laboral,
como hicieron saber desde el principio los profesores de Religión).
Y es la propia Iglesia (y no el Gobierno extremeño) la que se pone
aquí a sí misma, innecesariamente, en el ojo del huracán. Su
reiterativa imprudencia acabará por tener efectos. Tarde o temprano
vendrá un gobierno, tan valiente o más que el extremeño, a acabar
con sus privilegios heredados. Un gobierno que, al fin, ponga a la
Iglesia católica en el lugar que le corresponde.
De todo esto trata nuestra última colaboración en el diario.es Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí
Dios no existe.
ResponderEliminarSi Dios existiera sería perfecto, y como creador perfecto no podría hacer un mundo igual, de ahí que pasen tantas cosas malas en el mundo.
Por tanto Dios es malo por necesidad y no podría ser de otra forma, teniendo asi la propia lógica por encima y no pudiendo ser perfecto, que es con lo que empezo el comentario.
Reducción al absurdo.