Ni la Constitución permite (en buena lógica) que
los padres elijan cualquier opción ideológica o moral para
escolarizar a sus hijos (ni, por tanto, habilitar o financiar
colegios cuyo ideario no responda a los propios principios
constitucionales), ni permite tampoco suponer que en la educación
pública no haya la pluralidad ideológica suficiente (incluyendo la
oferta de religión católica desde primaria al bachillerato) con que
garantizar el derecho a decidir que tienen los padres sobre la
educación moral de sus hijos.
Sobre este y otros asuntos relativos a la educación concertada trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leerla completa pulsar aquí.
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