El esencialismo nacionalista (por
falso y caricaturesco que parezca) no es ninguna tontería; es un
recurso ideológico de primer orden para legitimar las fronteras, la
apropiación de recursos y la institución de estructuras
socio-políticas que no se dejan instituir democráticamente. Pues la
democracia sirve para “hacer república”, pero no para hacer
“repúblicas catalanas” (ni, en general, naciones). Las fronteras
o la propiedad de un territorio no se votan; precisamente porque se
vota a partir (y en virtud) de ellas. La nación es un hecho
pre-democrático: votan los catalanes (o los españoles, o los
europeos...). El día en que la cosa realmente “vaya de república
y democracia”, votaremos todos, y se acabarán las naciones. Todas.... De todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
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