Mientras demagogos y dogmáticos se
empeñen en atajar con leyes, censura o filípicas lo que solo se
puede recorrer con razones, libertad y diálogo, no hay nada que
hacer. Y en tanto la Ética no sea una materia educativa tan
importante o más que las Matemáticas o la Lengua, no habrá ninguna
herramienta eficaz que asegure que vayamos a ser sustancialmente
distintos de lo que ya somos. O tal vez se trate tristemente de eso:
de que nada sea sustancialmente distinto de lo que ya es. Tendríamos
que discutirlo, tal como enseña la Ética. De todo esto trata, por cierto, nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario