jueves, 30 de enero de 2020
Crispación y publicidad
Alguien dijo que la política consiste en una combinación de burocracia y publicidad. Burocracia para administrar el orden imperante, y publicidad para convencernos de su legitimidad. Esto siempre ha sido así. Pero si el escenario y el lenguaje con que el poder “vendía” tradicionalmente su producto eran los de la sublimidad estético-religiosa, ahora ese escenario y lenguaje son los mismos con que se publicitan el resto de mercancías (un líder o medida política se venden hoy igual que cualquier otro producto en el mercado). Ahora bien, esta secularización democrático-liberal de la propaganda política tiene sus propios problemas: el universo publicitario se expande a tal velocidad que la lucha por captar la atención (no menos dispersa) del cliente/ciudadano exige nuevos recursos. Y uno de ellos es el de la crispación. Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura
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