viernes, 15 de octubre de 2010
El sentido de la vida
Hace años, después de una clase en la que habíamos estado hablando de las teorías físicas sobre el Universo, un alumno esperó que todo el mundo se fuera y se acercó, se sentó frente a mi mesa, y sacando las palabras de algún lugar muy remoto de sí mismo, me dijo, mientras me miraba absolutamente aturdido: “Profesor...QUÉ RARO ES TODO”... La frase no es nada especial, pero sí lo era la intensidad con que la dijo. Ese alumno no sólo estaba diciendo una frase, la estaba viviendo, padeciendo, estaba invadido por ella...Casi parecía que era la frase la que le estaba diciendo a él... Jamás se me olvidará la manera en que la dijo...
....Y a vosotros. ¿No os parece también raro todo esto? ¿De dónde ha salido este Mundo? ¿Por qué existe? ¿Para qué?... ¿Y nuestra propia vida? Nacemos y vivimos en el tercer planeta de una estrella perdida en un rincón de uno de los brazos de una de las miles de millones de galaxias, viajando a toda velocidad hacia los confines del Universo... ¿Por qué? ¿Para qué?...¿Tenemos alguna misión especial en este mundo? ¿Qué pintamos aquí?...
Decía el filósofo José Ortega y Gasset que nuestra vida es como un “fenómeno deportivo”, un mero juego sin más sentido que el de jugar por jugar... Al fin y al cabo, para qué esforzarse seriamente en nada, si todo acaba en la nada de la muerte... Por eso decía otro filósofo (Jean Paul Sartre) que el hombre es una “pasión inútil”. ¿Estas de acuerdo? ¿Es inútil tu vida o tiene algún sentido? ¿Cuál?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un día mi hijo me preguntó ¿para qué sirven los pájaros?. Desde entonces tengo respuesta para todas esas preguntas sobre el sentido de la vida.
ResponderEliminarAl igual que es absurdo preguntarse "para qué sirven los pájaros", puesto que no existen para servir para nada, sólo están, viven, son..., así de absurdo es preguntarse por el sentido de la vida, puesto que no tiene por qué tener ninguno. Estamos, somos, disfrutamos o sufrimos; el camino es el sentido, no hay ningún final que buscar.
El adquirir conciencia de nosotros mismos, y con ello aparecer las preguntas, fue una casualidad fisico-química que nos hace tan felices como desgraciados. Un saludo.
Hola Sandra. Permíteme que te diga (es en tono de broma y un sentido provocativo), que eso que me dices no te lo crees ni tú. Antes de nada una aclaración: cuando se pregunta por el sentido de algo no se prejuzga que ese sentido ha de ser la "utilidad". El sentido de la vida de un pájaro no tiene porque ser, en efecto, "servir" para algo, pero sí tener un fin. De hecho todos los bichos tienen fines clarísimos que dan sentido a cada una de las cosas que hacen (los entendidos dicen que esos fines son básicamente, la supervivencia y la reproducción --este último suele ser el sentido del canto de los pájaros--).
ResponderEliminarEn cuanto a la ausencia de sentido. Si, como dices, no ha de haber sentido, tampoco tiene por que tenerlo el "vivir por vivir" o "el caminar". Si no hay sentido, no hay sentido (ni siquiera tiene sentido pensar que no hay sentido, ni el que el sentido es simplemente vivir o caminar o respirar...). Pero además, insisto, eso no es coherente con lo que tú haces (tú, yo o cualquiera). Si el camino es el sentido, todo camino tiene el mismo sentido, toda opción que tomes vale lo mismo. Si el valor de la vida es simplemente estar vivo, da igual cómo vivas. A no ser que consideres (como sospecho que haces) que es mejor vivir de un modo u otro, hacer un camino u otro, ser atea o no serlo, tener hijos o no tenerlos. Si es así, si no te da igual vivir de un modo que de otro, es que hay algo más que la simple vida en función de lo cual das más valor a una posible trayectoria vital que a otras. Eso quiere decir que, más o menos borroso o claro, tienes un modelo de lo que debe ser tu vida, y que el sentido de tu vida, el fin de la misma, es aproximarte a ese modelo. Tú no vives por vivir, vives para vivir cada vez mejor en razón de ese modelo o fin de vida que tienes. Igual que escribes aquí para dialogar, para defender tus razones, y no simplemente por escribir sin más.
Por cierto, me resulta milagroso que no creas en Dios y creas, sin embargo en la casualidad y el azar físico-químico, siendo lo segundo muchísimo más irracional: ¿puedes creer que algo brote sin causa alguna (eso es la casualidad, lo opuesto a la causalidad)? La teología ofrece argumentos causales (ciertamente irracionales en cuanto la causa última parece un ser difícil de comprender), pero la idea de azar afirma algo aún más incomprensible: ocurren cosas sin ninguna causa, de la nada (como el Universo mismo, según la hipótesis cosmológica favorita de los científicos). ¿No te parece más irracional lo segundo?
Un abrazo.
Ja,jaa,jaaaa.... está bien eso de que "no me lo creo ni yo". Tienes razón en casi todo, Victor, pero la interpretación final de todo lo que expones es lo que no comparto.
ResponderEliminarEs verdad, el sentido de algo no tiene por qué ser utilitarista, y también es cierto que si no hay sentido no lo hay, tampoco el camino sería el sentido. Pero discrepo en que el hecho de que no haya un fin último o un sentido del tipo que sea para la vida, haga que entonces dé igual vivir de una manera que de otra.
El hecho de vivir de una forma u otra viene dado por nuestras convicciones morales, basadas en premisas religiosas o simplemente humanistas, como es mi caso (puedo creer que no estoy aquí "para" ni "por" nada en especial, pero aún así pensar que es mejor vivir de una manera y no de otra); puedo hacer que en mi vida prime el valor de la solidaridad o el de la riqueza, pero sigue sin ser el sentido de la vida (no nazco para ser rico o solidario; yo sólo soy, estoy, y me organizo, desarrollo o vivo conforme a las circunstancias en las que crezco,- culturales, educativas, genéticas, sociales....-,)que condicionan en gran medida mi libertad.
Tener un modelo a seguir para vivir no es lo mismo que creer que la vida tiene un fin o un sentido.
También tienes razón en cuanto que la teología da una explicación causal (que no casual) a la vida, pero me parece una explicación tan poco creible, tan sumamente irracional, que no me sirve en modo alguno por mucha causalidad que aporte.
Por eso digo que tal vez no sepamos cómo comenzó todo, pero eso no hace más aceptable la idea de Dios.
Tal vez el problema radique en que en nuestro limitado mundo humano todo tiene una causa y un fin, e intentemos extrapolar esa experiencia "limitada" a todo lo incomprensible, pero tal vez no deba de ser siempre así.
Creo que, como mínimo, lo más prudente hoy por hoy, es ser agnóstico. Un abrazo.
Hola Sandra.
ResponderEliminarTal vez la controversia acerca del sentido sea meramente terminológica (o no). Dices que un modelo vital no implica una finalidad de la vida en general (aunque entiendo que sí en particular, pues en tanto mantengas ese modelo, el aproximarte a él será la finalidad de tu vida particular). ¿Pero es eso cierto? Seguro que además de tener una idea acerca de lo que debe ser tu vida, quieres que esa idea sea cierta. Si tú, por ejemplo, apuestas por darle a tu vida el fin de la riqueza o del placer. ¿No querrás que eso sea, de verdad, algo valioso? Si no fuera de verdad valioso el placer o el hacerse rico, harías una apuesta errónea. Ahora bien, si algo es de verdad valioso, ¿puede serlo sólo particularmente? ¿puede ser la verdad algo particular y meramente subjetivo? Si crees que sí, dilo, porque eso es una discusión larga, pero a la larga te mostraría, creo, lo erróneo de esa perspectiva. Si crees que no, es decir, si piensas que las verdades han de ser (para ser verdades) universales y objetivas, has de estimar que el placer o la riqueza (o lo que sea que hayas escogido como tu fin) ha de ser, también, el fin de la vida humana en general. Eso traería a cuento otros problemas que también podríamos discutir. Si crees, por ejemplo, que el bienestar material o los placeres son el fin de la vida y lo que les da sentido (el para qué o el por qué de seguir vivos), esto abre otras muchas preguntas. ¿Ser rico para qué? ¿Sacrificarías algún placer por algo que consideres más valioso aunque no más placentero? ¿El placer por el placer es el mayor placer? Etc, etc., etc...
En cuanto a lo segundo, celebro tu agnosticismo, a mi también me parece una postura más sensata que el ateismo. Naturalmente que la ignorancia de las causas no demuestra que esa causa sea ningún ser divino. El problema interesante es el que planteas a continuación: es el esquema causa-fin algo subjetivo y proyectado por nuestro particular modo de entender, o es algo objetivo sin lo cual no hay modo ni humano ni no humano de entender el mundo. ¿Podría haber otra lógica distinta a la "nuestra"? ¿Cómo sería, por cierto, esta lógica? ¿Podría ser sustancialmente distinta a la nuestra y seguir siendo "lógica"?...
Como ves, te dejo mucha tarea. A ver qué te sugiere todo esto.
Un abrazo.
Ja, jaa, jaaaa... la deformación profesional te puede ¿eh?; me dejas "mucha tarea" para hacer, ja, jaa,jaaa....
ResponderEliminarLa verdad es que es muy muy tentador contestar a tu comentario, porque aporta cosas muy interesantes sobre las que debatir; pero he observado que tus habituales comentaristas (muchos de ellos probablemente alumnos tuyos) han dejado de escribir (tal vez cohibidos por nuestro interés o apasionamiento en el debate), así que creo que igual es mejor que mis comentarios sean más espaciados, si te parece.
Porque, aunque se aprende mucho escuchando debatir a otros, también les enriquecerá defender sus propios argumentos y atreverse a exponerlos.
Te aseguro que me da pena porque ya te he dicho que es muy tentador entrar en los debates que planteas (y más en este último), pero me contendré y comentaré sólo de vez en cuando, ¿vale?. Creo que estarás de acuerdo conmigo. Un abrazo.
Jaja, Sandra: ¡bonita excusa mientras te piensas una respuesta! Es broma, puede ser que tengas razón (¡¡A ver si es es verdad y se animan a participar los que solo leen y se reaniman los habituales!!). En todo caso, en el blog participan desde el principio alumnos, ex alumnos y no alumnos. Así que no te prives (ni nos prives) de participar cuando quieras.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Por qué? No lo sabemos. Ni lo sabremos.
ResponderEliminar¿Para qué? Quizá seamos un conejillo de indias para un ser, en comparación a nosotros, infinitamente grande. Pero lo dudo.
Jamás encontraremos la respuesta. Me encanta romperme la cabeza, y más con esto, pero siempre tengo en mente que lo que hago es absurdo, ya que no llegaré a nada. No pierdo el tiempo, lo paso pensando en ello, pero no me va a llevar a ninguna parte.
Ramiro: ¿cómo sabes que el saber no nos va a llevar a ninguna respuesta? Si lo supieras, ¿No sería eso saber ya mucho? ¿No sería eso dar ya una respuesta: la respuesta de que, para nosotros, no hay respuestas? Tiene que haber respuestas mejores...
ResponderEliminarSaludos!
Muy buenas.
ResponderEliminarSueño con mejores respuestas. Y eso me anima a seguir formulando preguntas que solo me llevan a otras, como una anciana que lleva 50 años jugando a la lotería, sin ganar el premio mayor, y sin perder la emoción del juego.
¿Pero no seria esa incógnita precisamente lo que añade la emoción?¿De saber nuestro propósito y destino, daríamos valor a los cosas que hacemos y disfrutamos?¿se suicidaría medio mundo de saber que somos los peces del vídeo? jajaja
Hola Danny.
ResponderEliminar"¿se suicidaría medio mundo de saber que somos los peces del vídeo?"
No creo. Se pondrían a pensar qué significa ser un pez, por qué están encerrados en ella, qué hay más allá de la pecera, etc. Y, por supuesto, también discutirían en blogs como este.