jueves, 28 de octubre de 2010
La felicidad no es cosa de tontos...Sino de sabios.
Podemos empezar por suponer que la felicidad es esa emoción que tenemos cuando creemos que las cosas nos van muy bien. Ahora bien: ¿cuándo diremos que las cosas nos van muy bien?...
Algunos filósofos piensan que a los seres humanos les va muy bien (y son felices) cuando desarrollan plenamente lo que ellos mismos son. Es decir: cuando logran crecer hasta rozar la plenitud o perfección como seres humanos.
¿Pero qué es la “plenitud” de un ser humano? Si consideramos que lo humano de un ser humano es, ante todo, su vida mental (es decir, ese compendio de facultades que llamamos sensibilidad, emotividad, voluntad, entendimiento…), parece claro que la plenitud de un ser humano equivale a la plenitud de su vida mental.
¿Y cómo se logra crecer mentalmente para lograr esa plenitud? Pues del mismo modo que crecemos físicamente: “comiendo”, uniéndonos a todo lo que puede acrecentar nuestra mente, y disfrutando, claro, del placer que esta unión procura (a este deseo de unión se le llama, en general, amor).
Hay muchas formas de unirnos al mundo (de amarlo) y, así, de “engordar” nuestra vida mental. Una de las más inmediatas es a través de los sentidos, por eso nos gusta contemplar un paisaje, comer, o hacer el amor. Otra puede ser a través de la imaginación y las emociones, por eso disfrutamos tanto de las obras de arte que contemplamos o creamos, pues en ellas nos unimos a un mundo más pleno (el de la imaginación, en que nuestros deseos apenas se distinguen de la realidad)...
Pero también podemos unirnos al mundo y a los demás de una forma aún más rica: a través de proyectos y acciones, transformando el mundo para darle la forma de nuestros deseos… Pero en cualquier caso, la forma más profunda de unirnos al mundo y a los otros es comprendiéndolos. No hay forma de unión y crecimiento más ilimitada y completa que esa…
Ahora bien: si todo esto es la felicidad, LA FELICIDAD ES INSEPARABLE DEL SABER. Hay que EDUCAR los sentidos para disfrutar de ellos; hay que SABER unir lo que imaginamos a lo matérico para crear o interpretar una obra de arte; hay que SABER cómo y en qué sentido transformar el mundo para poder hacerlo; y hay que SABER, que dialogar con los demás o con uno mismo (eso es pensar) para comprender la realidad…
La plena felicidad nunca es una cosa de tontos, inocentes o niños, el modelo de ser humano feliz no puede ser el bobo de Homer Simpson, ni Peter Pan, el niño que no quiere crecer. La plenitud en la felicidad sólo está al alcance del sabio. Por eso, si deseamos ser felices, también deseamos saber, y ese deseo de saber es justamente a lo que se refiere filosofía.
1. ¿Qué dirías tú que es la felicidad? ¿Crees que podemos tener una idea compartida acerca de lo que ella sea? ¿Qué es lo que te hace más feliz a ti?
2. ¿Aumenta el saber la capacidad para disfrutar de la comida, la música, el sexo y cosas así? ¿Quién puede disfrutar más conduciendo una moto: un gran piloto o un conductor normal? ¿Crees que un juego o una afición es tanto más divertido cuanto más experto se es? ¿Quién crees que se aburre más en un partido de fútbol: el que sabe de fútbol o el que no sabe?
3. ¿Basta con ser rico o hay que saber ser rico? ¿Por qué crees que el hecho de comprar cosas hace feliz a tanta gente? ¿Basta con ser guapo o millonario para tener verdaderos amigos? ¿Qué hay que hacer para tener amigos? ¿Puedes ser importante o divertido para los demás si no sabes nada?
4. ¿Sigues pensando que la felicidad es cosa de ignorantes y no de aquellos que buscan la sabiduría?
5. ¿Te parece justificado que sigamos dándole vueltas a los problemas filosóficos? ¿No reside ahí el secreto de la mayor felicidad?
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Muy cierto lo que dices :) Gracias por compartirlo!
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