lunes, 28 de mayo de 2012

Donde el corazón te lleve... ¿Y a dónde nos lleva (el emotivismo ético)?

Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve" (Fragmento extraído de:" Donde el corazón te lleve " de Susanna Tamaro).


Si hubiera un festival de eurovisión (o un premio Príncipe de Asturias) de la ética, las teorías que se llevarían el gato al agua serían seguramente las EMOTIVISTAS. ¡Qué le vamos a hacer, vivimos en una época romántica!...

¿Qué es una ética emotivista (tal como el hedonismo, o el utilitarismo)? Simplificándolo al máximo: una teoría que estipula la vivencia de ciertos estados emotivos (felicidad, placer, gusto...) como justificación de los juicios morales. Por ejemplo. ¿Por que es bueno hacer X? Porque X me hace feliz, o hace felices a la mayoría. ¿Por qué es bueno respetar a los demás (siempre que no amenacen mi felicidad o la felicidad de la mayoría)? Porque nos hace felices, dado que la mayoría (todos salvo los psicópatas y otros enfermos) tenemos una cierta empatía (un sentimiento favorable) hacia los semejantes. ¿Qué es entonces un juicio moral? No más que la expresión de un estado anímico: “X es bueno” equivale a “Me agrada, me hace feliz que ocurra X” (o “Nos agrada, nos hace felices –a la mayoría— que ocurra X”). La moral parece convertirse entonces en algo profundamente subjetivo: expresa los estados anímicos del sujeto o sujetos implicados en una decisión o acción. Se convierte en algo similar al gusto estético: decir “X es bello o artístico” no quiere decir nada más que “a mi me gusta X” (o “a la mayoría le gusta X” --por eso está X en el museo--). Tal vez también en algo relativo (a mucha gente les parece que las emociones o los gustos son "según cada uno", o "según cada cultura o mayoría"). Y, peor o mejor aún, en algo irracional. Ya nos lo dice (supongo que el corazón): “el corazón tiene razones que la razón no entiende”... En fin. "Dónde el corazón te lleve”, este podría ser el lema de la ética emotivista (además del título de una novela de éxito --o de casi todas las novelas y películas más populares juntas--).

Como sé que hay muchos emotivistas y románticos por ahí, que piensan que lo más importante en el mundo es la felicidad, les pregunto especialmente a ellos:

1.¿Qué pasa si a algún “anormal” le hace feliz matar y comerse a sus semejantes, o mantener relaciones sexuales con niños? ¿Podría decir un emotivista que esta acción es inmoral? ¿Basándose en qué?

2.¿Por qué va a ser bueno lo que nos hace felices y malo lo que nos provoca infelicidad o dolor?... ¿Será por que todo el mundo busca la felicidad? (¿Y si todo el mundo buscara como esclavizar mejor a los demás, esto también sería bueno?) ¿Será por que todo el mundo lo siente así? (Pero ¿como sabemos lo que sienten los demás? Además: ¿podría un sentimiento justificar la primacía de los sentimientos, o sería esto circular?) ¿Será por que es lógico y racional? (¿Y qué razones podríamos dar para justificar que lo bueno es la felicidad?)...

3.Si lo bueno es lo que nos hace felices, ¿somos libres para escoger lo que nos hace felices? ¿O más bien las emociones nos subyugan –nos pasan-- sin que podamos hacer gran cosa? Pero si no somos libres, ¿de qué vamos a ser responsables? (“Miren –diría el pederasta-- es que yo no puedo evitar que me haga feliz el sexo con niños”).

4.¿Os tomariais una droga que os mantuviera en un estado de felicidad o bienestar constante, pasara lo que pasara (una droga sin efectos nocivos para la salud)?

14 comentarios:

  1. Como te comento en la otra entrada, el error de tu argumento consiste en no darse cuenta de que las emociones morales CONSTITUYEN UN "JUEGO" DISTINTO DE EMOCIONES con respecto a las emociones hedonísticas. (Es un error típico del hedonismo, por cierto). Las emociones hedonísticas (placer, dolor, etc.) son un truco ingenioso implementado por la evolución en ciertas ramas del árbol de la vida: crear estados mentales que IMPULSARAN CONDUCTAS en función de una escala de "agrado-desagrado", digamos. En la rama de los homínidos la evolución REPITIÓ ese truco creando OTRA escala, transversal con respecto a la primera, es decir, creando OTRAS emociones, QUE NO SON HEDONÍSTICAS (no consisten en "lo que me APETECE hacer / evitar"), sino que consisten en OTRO estado mental que comparte con el primero el de CONSTITUIR UN IMPULSO PARA LA CONDUCTA (o sea, una "motivación"), PERO QUE PUEDE MOTIVAR EN DIRECCIÓN CONTRARIA a lo que a uno le motiva la escala de "lo que le apetece hacer". La primera escala, la hedonística, se desarrolló fundamentalmente haciendo que a los bichos les apeteciera comer cosas que su metabolismo necesitaba, follar, escapar de los depredadores, y evitar traumatismos. La segunda escala se desarrolló haciendo que a ciertos homínidos les motivara EL BIENESTAR HEDONÍSTICO DE OTROS HOMÍNIDOS (en general, tanto más cuanto fueran familiares más próximos, aunque, como no hay criterios sencillos para calcular el grado de parentesco, la evolución utilizó el truco más sencillo que hacer que el bienestar de otros bichos a los que atribuyéramos una mente nos motivara POR DEFECTO, con mayor o menor intensidad, y luego ir reforzando esa motivación en función de la familiaridad con el otro individuo en cuestión).
    .
    Luego no se trata de "qué es lo que me hace feliz", la felicidad (de uno mismo) NO ES EL SENTIMIENTO RELEVANTE en cuestiones morales (pese a Aristóteles). La emoción relevante es la emoción del DEBER (o "respeto", "responsabilidad", "pecado", "tabú", etc.). El emotivismo (inteligente) no dice que el bien consiste en aquello que le hace feliz a uno, sino que lo que está bien para uno es lo que uno SIENTE como bien.

    ResponderEliminar
  2. Hola Jesús, y bienvenido también a este otro antro.

    "La emoción relevante es la emoción del DEBER (o "respeto", "responsabilidad", "pecado", "tabú", etc.)."

    Las emociones morales (el sentimiento de deber, respeto a la norma, orgullo, culpa, etc.) acompañan al juicio o el acto moral desde cualquier perspectiva ética, ya sea uno emotivista o no. Si yo pienso que lo bueno es lo que pienso racionalmente que es bueno, también me sentiré orgulloso de ser consecuente con mis juicios y me sentiré responsable de mi decisión. Lo que hace a uno emotivista es, como dices luego, tomar a la emoción no como una consecuencia de la moralidad de mis actos, sino como justificación de dicha moralidad. Una cosa es decir que "como hago lo que creo bueno me siento bien" y otra "lo que creo bueno es lo que siento como bueno".

    "El emotivismo (inteligente) no dice que el bien consiste en aquello que le hace feliz a uno, sino que lo que está bien para uno es lo que uno SIENTE como bien."

    En una lectura del emotivismo, te doy la razón. En la que estamos discutiendo en clase (y que cito en la entrada), el hedonismo (o el utilitarismo) lo bueno es lo que uno siente que le sienta bien (o le sienta bien a un número suficiente de seres)

    "La segunda escala se desarrolló haciendo que a ciertos homínidos les motivara EL BIENESTAR HEDONÍSTICO DE OTROS HOMÍNIDOS"

    Esto es un ejemplo magnífico de naturalismo ético (lo que estamos discutiendo Jesús y yo en la entrada ante-anterior a esta y que recomiendo que leáis), en su versión, además, más rousseauniana (en la versión más hobbesiana lo que motiva a los homínidos sería, más bien, la destrucción de todo otro homínido que le haga sombra). En cualquier caso, supuesta la existencia de esas emociones "morales" con que nos ha dotado la evolución, yo (y tú) podemos elegir si dejarnos llevar por ellas o no, justamente por eso somos seres morales, capaces de elegir justificada y conscientemente nuestras acciones: si seguimos nuestro (presunto) "instinto" emotivo-moral que nos mueve a considerar el interés de los otros, o si seguimos el deseo (no vamos a negarlo, siquiera como tentación) de aprovecharnos de los otros y utilizarlos como medios de nuestros exclusivos fines. ¿Qué hacer? O mejor: ¿qué es mejor hacer? Para responder a estas preguntas hace falta algo más que biología (o, mejor, no hace ninguna falta la biología).

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. Lo que hace a uno emotivista es, como dices luego, tomar a la emoción no como una consecuencia de la moralidad de mis actos, sino como justificación de dicha moralidad
    No hablo por otros emotivismos; pero desde el emotivismo-naturalista-eliminativista que yo defiendo, NO HAY TAL COSA como una "justificación de la moralidad"; lo que hay es una EXPLICACIÓN NATURAL de por qué la gente tiene el tipo de procesos psicológicos y conductuales que llamamos "morales".
    Cosa distinta es que las emociones desempeñen un papel en las justificaciones que LA GENTE (no el filósofo, y menos el eliminativista) da de sus juicios morales; como te he explicado, toda justificación termina en un punto en el que uno reconoce que cierta acción tiene cierta propiedad X que despierta en nosotros un sentimiento de aprobación Y NO PODEMOS DECIR POR QUÉ (en el sentido de que no somos capaces de encontrar OTRA propiedad Y -distinta de X- que aprobemos y que veamos que el poseer Y es la razón por la que aprobamos X).
    .
    Una cosa es decir que "como hago lo que creo bueno me siento bien" y otra "lo que creo bueno es lo que siento como bueno".
    Uno puede sentirse como el puto culo haciendo lo que cree que está bien, eso es irrelevante. La cuestión es que la fundamentación de un juicio moral no termina nunca DE HECHO en una situación como la siguiente: "la acción A tiene la propiedad X; la propiedad X creo que es buena, pero no creo que sea buena porque X produzca en mí una emoción de aprobación, sino por alguna otra razón [¿cuál?]; por lo tanto, creo que la acción A es buena; y creer eso produce en mí una emoción de aprobación". En cambio, yo pienso que el proceso es más bien así: "la acción A tiene la propiedad X; la propiedad X despierta en mí una sensación de aprobación aunque no tengo ni puta idea de por qué (si X es la ÚLTIMA propiedad que encuentro moralmente apreciable y que puedo identificar en A), y POR ESO juzgo que la acción A es buena".
    .

    ResponderEliminar
  4. En una lectura del emotivismo, te doy la razón
    Me alegro. Como te estoy diciendo, esa es MI lectura. Naturalmente, no coincide con el emotivismo de "libro de texto".
    .
    supuesta la existencia de esas emociones "morales" con que nos ha dotado la evolución, yo (y tú) podemos elegir si dejarnos llevar por ellas o no, justamente por eso somos seres morales,
    Es que todos los animales tienen siempre MUCHAS emociones, y muchas de ellas tiran en sentido contrario (p.ej., una gacela puede sentir a la vez el deseo de acercarse a una charca a beber agua y el deseo de escapar de un león que ronda por la charca; ante ambos deseos por los que se siente motivada, tiene que elegir; pero la elección en este caso consiste en una ponderación de dos deseos hedonísticos -es decir, algún mecanismo en su cerebro pondera el placer y el dolor que producirá cada opción, y hace una "media hedonística ponderada"-). La diferencia entre nosotros y la gacela no es que nosotros elijamos y la gacela no: ¡¡¡claro que la gacela también el elige!!! La diferencia es que la gacela sólo elige ponderando unas motivaciones hedonísticas con otras, y nosotros elegimos ponderando la suma ponderada de las motivaciones hedonísticas con la suma ponderada de las motivaciones morales, lo cual implica un trabajo cognitivo bastante más complejo que el de la gacela (aunque el trabajo cognitivo de la gacela está mucho más próximo al nuestro que lo que el trabajo cognitivo de la medusa está respecto al de la gacela). Pero en último término, tanto en el caso de la gacela como en el nuestro las ponderaciones se hacen de manera INCONSCIENTE, y lo que llamamos "elección voluntaria CONSCIENTE" es más el RESULTADO de esos procesos inconscientes que la CAUSA de que elijamos de una manera u otra. (No olvides que, además de emotivista-eliminativista, tampoco creo en el libre albedrío).
    .

    ResponderEliminar
  5. Para responder a estas preguntas hace falta algo más que biología (o, mejor, no hace ninguna falta la biología).
    Todo lo contrario. Si no hiciera falta la biología, entonces una gacela o una medusa podrían hacer las mismas elecciones que tú. Hace falta un montón de biología para lograr que HAYA un bicho como tú, capaz de actuar de forma consciente y reflexiva, BAJO LA ILUSIÓN COGNITIVA DE QUE SUS PROCESOS MENTALES SON "ESPONTÁNEOS" Y DESLIGADOS DE SUS CAUSAS NEUROLÓGICAS.

    ResponderEliminar
  6. Jesús:

    "toda justificación termina en un punto en el que uno reconoce que cierta acción tiene cierta propiedad X que despierta en nosotros un sentimiento de aprobación Y NO PODEMOS DECIR POR QUÉ (en el sentido de que no somos capaces de encontrar OTRA propiedad Y -distinta de X- que aprobemos y que veamos que el poseer Y es la razón por la que aprobamos X)."

    Sí, ¿y qué? Como te he dicho en la otra entrada, eso no le quita ni un ápice de racionalidad a nuestros juicios, ni supone la más mínima diferencia con los juicios cognoscitivos. Todos ellos también dependen en última instancia de proposiciones primitivas, autoevidentes, que ya no tienen ningún por qué, que aprobamos justo porque nos parecen así, evidentes (si quieres considerar a la evidencia una "sensación de aprobación", pues adelante): los axiomas, una regla deductiva, una proposición correctamente deducida, incluso (con mucha menor evidencia) un enunciado observacional...

    "Uno puede sentirse como el puto culo haciendo lo que cree que está bien, eso es irrelevante."

    No es para nada irrelevante. Todas las emociones morales que has citado (el sentimiento del deber, la responsabilidad -si es que esto es una emoción-, etc.) no tienen ssentido si uno no tiene una creencia acerca de lo que esta bien y acerca de la bondad o no de sus acciones. Si uno puede sentirse como el culo haciendo lo que cree bueno será por otras emociones no morales (por ejemplo, lo fastidiado que me siento cumpliendo con el deber de sacar al perro en una noche de perros).

    "la fundamentación de un juicio moral no termina nunca DE HECHO en una situación como la siguiente: "la acción A tiene la propiedad X; la propiedad X creo que es buena, pero no creo que sea buena porque X produzca en mí una emoción de aprobación, sino por alguna otra razón [¿cuál?]; por lo tanto, creo que la acción A es buena; y creer eso produce en mí una emoción de aprobación".

    Te digo lo mismo que antes: no hay razones hasta el infinito, sino principios racionales autoevidentes (que despiertan toda la emoción aprobatoria que quieras, lo cual no significa que sean autoevidentes por causa de esa emoción), y me da igual que sean el principio de no contradicción o el principio de que a seres iguales le corresponden propiedades iguales, en ambos casos su contrario es un error, es decir: una irracionalidad, es decir: un mal. Y tu “sensación de aprobación” estará equivocada (pero podrás redirigirla, porque toda sensación o emoción depende de tus representaciones cognoscitivas) si aprueba algo tan erróneo y malo.

    (sigo)

    ResponderEliminar
  7. “La diferencia entre nosotros y la gacela no es que nosotros elijamos y la gacela no: ¡¡¡claro que la gacela también el elige!!!”

    Claro, y tienes sus preferencias, pero si no tiene ni puta idea de por qué hace lo que hace elige tanto como un girasol, que también hace sus cábalas químicas (inconscientemente también, claro está) para girarse hacia la luz, o como un ordenador que pondera tus instrucciones y las del programa para elegir su rspuesta. Pero una elección moral requiere de razones y argumentos, y por supuesto de consciencia (a no ser que elijas actuar como una gacela, tus argumentos tendrás también, aunque estén equivocados). Y esto no implica directamente la cuestión del libre albedrío. Podemos estar perfectamente determinados por razones y no por eso ser menos morales (justamente por eso lo somos).

    "Hace falta un montón de biología para lograr que HAYA un bicho como tú, capaz de actuar de forma consciente y reflexiva, BAJO LA ILUSIÓN COGNITIVA DE QUE SUS PROCESOS MENTALES SON "ESPONTÁNEOS" Y DESLIGADOS DE SUS CAUSAS NEUROLÓGICAS."

    Más bien, Jesús, hacen falta un buen número de asunciones normativas, bien justificadas (no meras "sensaciones de aprobación"), acerca de lo que debe ser conocimiento legítimo (y no meras ilusiones cognitivas) para que tu te sientas de puta madre contándonos tu historia de la biología, los bichos y las neuronas. Por otra parte, yo nunca te he dicho que mis procesos mentales sean ni espontáneos ni ajenos a las neuronas. Lo que te he dicho es que ni la biología ni la neurología pueden decirme absolutamente nada acerca de si debo o no debo pagar mis impuestos (ni si debo o no creerme el teorema de Gödel o tu propio naturalismo-eliminativismo-emotivismo).

    ResponderEliminar
  8. Todos ellos también dependen en última instancia de proposiciones primitivas, autoevidentes
    Pero desprecias por todo el morro la diferencia relevante: una cosa es el "sentimiento" de la evidencia de que la proposición X es verdadera, y otra cosa es una MOTIVACIÓN; los sentimientos de evidencia sobre proposiciones sólo nos motivan, como mucho, a CREER que son verdaderas, pero las emociones nos motivan a ACTUAR. El PAPEL de las creencias fácticas y el de las motivaciones EN EL NEGOCIO DE LA RACIONALIDAD es completamente distinto: para que la racionalidad funcione bien, nuestras creencias tienen que corresponderse lo mejor posible con la verdad, y nuestras acciones tienen que corresponderse lo mejor posible con las emociones que nos generen sus consecuencias. Es harto difícil suponer que, si mis razonamientos me llevan a predicciones correctas y no me hacen caer en contradicciones, esos razonamientos estén basados SISTEMÁTICAMENTE en creencias falsas; pero no hay ninguna necesidad de PRESUPONER que nuestras emociones morales básicas son NI SIQUIERA el tipo de cosa que puede ser "verdadera" o "falsa". Esta es la dificultad a la que no pareces atreverte a mirar: la racionalidad de nuestro pensamiento moral y de nuestro pensamiento práctico en general NO NECESITA que nuestros juicios evaluativos "fundamentales" sean verdaderos o falsos; sólo requiere que sean juicios que de hecho describan bien NUESTRAS MOTIVACIONES MORALES O HEDONÍSTICAS, y no es necesario suponer que todos los seres racionales "deberían" tener esas mismas motivaciones.
    .
    Todas las emociones morales que has citado (el sentimiento del deber, la responsabilidad -si es que esto es una emoción-, etc.) no tienen ssentido si uno no tiene una creencia acerca de lo que esta bien y acerca de la bondad o no de sus acciones
    Yo te invito a considerarlo al revés: esas creencias NO ES NECESARIO SUPONER que son creencias sobre lo que es "necesariamente valioso para todo ser racional", sino que pueden ser creencias sobre NUESTRO PECULIAR Y PROVINCIANO SISTEMA DE EMOCIONES MORALES. Del mismo modo que no es necesario suponer que a todo el mundo le gustan las mismas cosas que a ti, y no por eso son irracionales. Lo que pasa es que nuestro sistema de emociones morales nos hace sentir indignación cuando encontramos a alguien que no comparte nuestras mismas emociones, y por eso nos parece "peor" una persona que no comparta nuestra valoración moral por la libertad de vestir como uno quiera, que una persona que comparte eso pero a la que le gusta vestir de manera diferente a como nos gusta a nosotros.
    .
    no hay razones hasta el infinito, sino principios racionales autoevidentes
    Ya, y los reyes magos existen, ¿no?
    .
    Bueno, yo creo que no tengo nada nuevo que aportar a esta discusión. Lo que sí me gustaría es pedirte que reflexionaras sobre lo que creo que son los dos puntos más importantes:
    - la diferencia entre el sistema COGNITIVO y el sistema EMOTIVO en cuanto a la necesidad de presuponer que sus "outputs" son "sistemáticamente verdaderos", y
    - la semejanza entre los razonamientos (todo lo complejos que quieras) sobre decisiones meramente práctico-hedonísticas y los razonamientos sobre decisiones morales; por qué los primeros pueden basarse en valoraciones hedonísticas que pueden ser totalmente subjetivas, no universalizables, no justificables a priori, y los segundos en cambio te parece que no

    Saludos

    ResponderEliminar
  9. Jesús:

    "Pero desprecias por todo el morro la diferencia relevante: una cosa es el "sentimiento" de la evidencia de que la proposición X es verdadera, y otra cosa es una MOTIVACIÓN; los sentimientos de evidencia sobre proposiciones sólo nos motivan, como mucho, a CREER que son verdaderas, pero las emociones nos motivan a ACTUAR."

    ¡Es que eso no es tan relevante para lo que estamos discutiendo! Lo que discutimos es si los juicios morales son fundamentalmente emotivos o no lo son. Y yo te digo que no lo son. UNA EMOCIÓN ES MOTIVANTE PORQUE TIENE MOTIVOS SUFICIENTES PARA ACTIVARSE Y DESENCADENAR SU PODER MOTIVACIONAL, y esos motivos son razones, creencias, ideas… Si yo me siento celoso y eso me motiva a actuar es porque ANTES creo un montón de cosas acerca de lo que DEBEN SER las relaciones de pareja, acerca de las actitudes que he visto (o he creído, o interpretado ver) en los otros, etc., etc. DEL MISMO MODO en que la emoción de evidencia (y su poder motivante) responde a creencias o ideas autoevidentes acerca de la imposibilidad de que dos más dos no sean cuatro y cosas así.

    “Esta es la dificultad a la que no pareces atreverte a mirar: la racionalidad de nuestro pensamiento moral y de nuestro pensamiento práctico en general NO NECESITA que nuestros juicios evaluativos "fundamentales" sean verdaderos o falsos;"

    ¡¡¡Claro que lo necesita!!! Todos tenemos la experiencia del error moral, y todos sentimos la necesidad de justificar nuestros juicios de valor (¡incluyendo los fundamentales, a los que justificamos como autoevidentes –lo sean realmente o no, nos equivoquemos o no-¡) y nuestras acciones, todos necesitamos pensar que lo que hacemos es VERDADERAMENTE bueno o valioso (y pensamos que es fatal equivocarnos en esto, pues bien que lo pagamos cuando nos equivocamos), y todos somos capaces de rectificar nuestros juicios morales, incluyendo los fundamentales, si alguien nos demuestra que SON FALSOS, y esto no se demuestra por ninguna interacción , empatía o antipatía emotiva, sino con argumentos y razones, en último término fundadas en verdades autoevidentes (sabidas y sentidas como tales).

    ResponderEliminar
  10. “ sólo requiere que sean juicios que de hecho describan bien NUESTRAS MOTIVACIONES MORALES O HEDONÍSTICAS,”

    Las motivaciones (y las emociones) morales responden a lo que CREEMOS que es valioso, NO DETERMINAN POR SÍ MISMAS LO QUE LO ES.

    " y no es necesario suponer que todos los seres racionales "deberían" tener esas mismas motivaciones.”

    Si son racionales no solo no deben, sino que NO PUEDEN, en términos absolutos, tener emociones y motivaciones debidas a creencias absolutamente ilógicas o contradictorias acerca de lo que es fundamentalmente preferible o bueno. Dentro de esos límites, las circunstancias de cada ser racional hacen variables esas creencias (y las subsiguientes) emociones fundamentales, y en cada caso hay una correspondencia objetiva entre las circunstancias de ese ser racional y las características de las cosas o las acciones valiosas.

    "Del mismo modo que no es necesario suponer que a todo el mundo le gustan las mismas cosas que a ti, y no por eso son irracionales."

    En última instancia sí. Si en las mismas circunstancias dos seres igualmente racionales no tienen los mismos gustos, uno de ellos se equivoca (es decir, no eran –contingentemente, para ese momento y lugar- tan igualmente racionales) . Dado que rara vez, por no decir casi nunca, hay dos seres en esta situación (las mismas circunstancias físicas, psicológicas, etc., e idéntico desarrollo racional), los gustos parecen tan diferentes como los colores.

    ResponderEliminar
  11. "Lo que pasa es que nuestro sistema de emociones morales nos hace sentir indignación cuando encontramos a alguien que no comparte nuestras mismas emociones,"

    Eso será a ti. A mi me produce a menudo curiosidad, ganas de corroborar mis propios juicios, afán por dialogar, empatía por un ser racional que quizás es más sabio, moralmente, que yo y del que acaso pueda aprender.

    “-no hay razones hasta el infinito, sino principios racionales autoevidentes
    -Ya, y los reyes magos existen, ¿no?”

    ¿Y cómo sabes que no existen si el argumento para probar su no-existencia no acaba, según tu, nunca?

    “ pedirte que reflexionaras sobre lo que creo que son los dos puntos más importantes:
    - la diferencia entre el sistema COGNITIVO y el sistema EMOTIVO en cuanto a la necesidad de presuponer que sus "outputs" son "sistemáticamente verdaderos", y
    - la semejanza entre los razonamientos (todo lo complejos que quieras) sobre decisiones meramente práctico-hedonísticas y los razonamientos sobre decisiones morales; por qué los primeros pueden basarse en valoraciones hedonísticas que pueden ser totalmente subjetivas, no universalizables, no justificables a priori, y los segundos en cambio te parece que no”

    Gracias por tu invitación. Lo haré, aunque creo que a las dos cuestiones he respondido ya de forma reflexiva (sobre todo en la entrada sobre el naturalismo, en la que hemos discutido lo mismo con ma´s detalle). Yo (ya que estamos) te pediría lo mismo con respecto a los puntos a mi juicio claves en todo este asunto:

    -¿Se puede reducir el ámbito de lo normativo (el ámbito de los valores) al ámbito de lo explicativo, eliminando el primero? ¿Cómo, si cualquier explicación que des (biológica, antropológica, neurológica o psicológica) no es ni “explicación” ni “explicación VÁLIDA” sin un marco normativo previa que justifique su validez (que determine qué es una “explicación válida” y qué no lo es).

    -¿Se puede concebir el nivel emotivo como algo autónomo en relación a nivel puramente cognitivo? ¿Qué determina no ya lo que “siento” (repugnancia, celos, aprobación, placer…) , sino incluso lo que es propiamente una “emoción”? ¿La propia emotividad, o algo (lógicamente) previo a la misma?

    -¿Se puede “salvar el fenómeno” moral (la argumentación moral, los conflictos morales, el hecho del “error” y el “acierto” moral, etc.) mediante explicaciones puramente naturalistas?

    -¿Puede haber dos seres racionales tener sistemas morales COMPLETAMENTE distintos, o sistemas lógicos COMPLETAMENTE distintos? ¿Por qué lo segundo no (porque supongo que crees que lo segundo no) y lo primero sí, dado que ambos han de tener idénticas notas o propiedades, no ya para ser calificados como sistemas “morales” o “lógicos” sino para corresponder a seres igualmente racionales?

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  12. Muchas gracias por las preguntas, Víctor. Me tomaré mi tiempo y las iré contestando en entradas en mi blog (aunque la última creo que la he respondido muy exhaustivamente en algunos comentarios: con una lógica que no te hiciera inferir X de Y cuando X se sigue de Y, un bicho no podría hacer predicciones fiables; en cambio, con principios morales distintos a los nuestros, no hay por qué pensar que una especie no podría reproducirse la mar de bien).

    ResponderEliminar
  13. Ok. Me pasaré entonces por tu blog y enlazaré tus entradas aquí. Un saludo¡

    ResponderEliminar

Entradas por categorias

acoso escolar (1) alienación (6) alma (7) amor (24) Antropología y psicología filosóficas (93) Año nuevo (4) apariencia (1) arte (54) artículos ciencia (8) artículos ecología (19) artículos educación (142) artículos educación filosofía (58) artículos educación religiosa (3) artículos estética (29) artículos Extremadura (5) artículos libertad expresión (16) artículos nacionalismo (9) artículos parasofías (2) artículos política (187) artículos prensa (70) artículos sexismo (24) artículos sociedad (45) artículos temas filosóficos (26) artículos temas morales (127) artículos toros (3) Ateneo Cáceres (20) belleza (4) bioética (13) Blumenberg Hans (1) bulos (1) Byung-Chul Han (1) cambio (1) carnaval (6) carpe diem (1) ciencia y religión (11) cientifismo (5) cine (2) ciudadanía (6) conciencia (4) conferencias (4) Congresos (2) constructivismo social (1) consumo (2) Conversaciones con el daimon: tertulias parafilosóficas (2) Correo Extremadura (49) Cortazar Julio (1) cosmopolitismo (1) creativamente humano. (1) Cuentos filosóficos (21) curso 2017-2018 (1) Curso filosofia 2009-10 (1) Curso filosofia 2010-11 (47) Curso filosofía 2011-2012 (73) Debates en la radio (1) decrecimiento (3) Defensa de la Filosofía (38) deporte (5) derechos humanos (1) Descartes (1) Día mundial de la filosofía (2) diálogo (3) Diálogos en la Caverna (19) Didáctica de la Filosofía (7) dilemas morales (17) Diógenes (1) Dios (4) drogas (2) dualismo inmanentista (4) dualismo trascendentalista (1) ecología y derechos de los animales (29) economía (20) Educación (254) El País (3) El Periódico Extremadura (281) El Salto Extremadura (1) eldiario (31) emergentismo (2) emotivismo ético (2) empirismo (2) enigmas lógicos (4) entrevistas (3) envejecimiento (2) Epicuro (1) Epistemología (13) escepticismo (1) espacio (1) Estética (84) Etica (7) Ética (212) eurocentrismo (1) Europa (2) evaluación (1) Eventos (1) existencialismo (3) falacias (2) familia (2) fe y razón (7) felicidad (8) feminismo (32) fiesta (4) Filosofía (29) Filosofía de la historia (3) filosofía de la religión (14) Filosofía del derecho (3) Filosofía del lenguaje (7) filosofía fuera del aula (1) Filosofía para cavernícolas en la radio (15) Filosofía para cavernicolas. Radio. (1) Filosofía para niños (5) Filosofía política (287) Filosofía social (52) filosofía y ciencia (17) filosofía y patrimonio (1) filósofos (1) flamenco (3) Gastronomía (1) género (21) Hermeneútica (1) Hipatia de Alejandría (1) Historia de la filosofía (4) Historietas de la filosofía (2) horror (1) Hoy (2) Humano (1) Humano creativamente humano (4) Humor (7) idealismo subjetivo (2) ideas (3) identidad (4) ilustración (1) Imagen y concepto (6) inmigrantes (5) intelectualismo moral (5) inteligencia artificial (5) Introducción a la filosofía (30) Juan Antonio Negrete (5) justicia (7) Kant (4) laicismo (1) libertad (5) libertad de expresión (20) libros propios (3) literatura (1) Lógica (9) Los Simpsons (2) Marx y marxismo (3) matemáticas (4) materia y forma (5) materialismo (13) Medios de comunicación (497) memoria histórica (3) mente (7) metáfora (1) miedo (4) mito de la caverna (1) Mitos (11) modernidad (9) monismo inmanentista (10) monismo trascendentalista (2) movimiento (1) muerte (4) multiculturalismo (2) música (5) nacionalismo (22) natalidad (1) naturalismo ético (5) navidad (9) Nietzsche (2) nihilismo (2) nominalismo (1) ocio (1) olimpiadas (2) Ontología (46) orden (1) Paideia (2) pansiquismo (3) Paradoxa (1) Paradoxa. (1) parasofía (2) Parménides (2) PDFEX (10) pensamiento catedral (1) pensamiento crítico (6) Pensar Juntos (1) platonismo (16) podcasts (1) positivismo (1) postmodernidad (1) pragmatismo (2) Presocráticos (2) problema mente cerebro (6) prostitución (5) psicopolítica (14) publicidad (1) público-privado (1) racionalismo ético (3) rap (2) Red Española de Filosofía (1) relativismo (4) religión (26) respeto (1) Reuniones en el cavernocafé (28) Revista Ex+ (2) romanticismo (1) ruido (2) salud mental (1) Schopenhauer (1) Semana santa (4) sentido de la vida (6) sexismo (20) sexo (4) Sócrates (3) sofistas (2) soledad (1) solipsismo (1) Taller estética (6) Talleres filosofía (5) teatro (9) tecnología (14) Teología (7) terrorismo (5) tiempo (2) tolerancia (1) Trascendentalismo (6) turismo (3) utilitarismo ético (1) Vacío existencial (1) viajes (2) violencia (16)

Archivo del blog

Cuevas con pasadizo directo

Cavernícolas

Seguir en Facebook