Es innegable: a más tizas, menos
porras; a más educación, menos leyes; a más pedagogía, menos
disciplina ciega; a más sabiduría, mas bondad y justicia. Y a más
profesores (y filosofía), menos policía. Siempre, claro está, que
los profesores (especialmente los de filosofía) no utilicen la tiza
como porra, ni confundan la educación con el reglamento de centro,
ni adopten la disciplina como pedagogía, ni crean que la bondad y la
justicia no entran en los planes de estudio...
Sobre educación, conocimiento y maldad trata nuestra última colaboración en el diario.es Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
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