Una de las críticas que se hace a las
materias de formación cívica es que “adoctrinan” moralmente a
los alumnos. Bien. Esto es cierto. Y hasta cierto punto inevitable.
No hay sistema educativo que no adoctrine a los alumnos en
determinados valores. Con la diferencia de que en países como el
nuestro este adoctrinamiento es el mínimo imprescindible para
sustentar la vida en común, y en otros lugares supone una formación
cuasi marcial en sistemas morales maximalistas y excluyentes (como la
moral islámica, o el nacional-catolicismo que sufrimos aquí durante
tantos años).
Ahora bien, ¿podría ser aún menos
adoctrinadora la materia de educación cívica? Por supuesto. Podría
ser menos adoctrinadora, más rigurosa y el doble de eficaz si, tal
como se pretende, dicha materia se vincula a la ética filosófica.
La palabra “ética” tiene un significado común (como sinónimo
de “moral”), y un significado técnico o filosófico. En este
segundo sentido “ética” se refiere a la reflexión crítica
sobre las distintas morales o sistemas de valores. ¿Y qué quiere
decir esto?... Sobre este asunto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario