miércoles, 26 de febrero de 2020
Cañadas para camiones
A veces, la gente que vive en el campo muestra muy poco aprecio por él. Cuando no sirve para sacarle rendimiento les parece algo sin valor que habría que desbrozar y convertir cuanto antes en algo más “moderno y bonito”. Para algunos el campo es “fusca”, una palabra, por cierto, muy extremeña. “¡Vecino! ¿Cuándo va a quitar toda esa fusca?”, me dicen los paisanos cuando pasan junto a mi casa, en la que los árboles crecen como quieren y los arriates rebosan, impacientes ya de primavera, por todos lados.
Si por mis vecinos fuese tendría la finca como una patena de cemento pulido. Tal como muchas de sus casas, en las que apenas hay nada – tierra, árboles, pájaros – que pueda estropear esa perla gris de la civilización que es el gres o el hormigón impreso. O como son las calles y plazas de muchos pueblos, sin un mísero árbol de sombra que pueda “ensuciar” el suelo. Para parte de mis paisanos la naturaleza es básicamente fusca, suciedad, oscuridad selvática, el corazón de las tinieblas vaya.
Debe ser por eso (y por unos fondos que han llegado de la U.E.) que, junto al bonito y aún recoleto pueblo en el que vivo – Mirandilla se llama – y al Parque Natural de Cornalvo, a alguna Consejería le ha dado por transformar la cañada real que por allí serpentea – un bucólico sendero entre encinas y charcas – en una pista de diez metros para el tráfico de camiones. Algunos paisanos piensan que deberíamos estar contentísimos de que, a costa del camino radiante de flores (entre ellas un narciso rarísimo) que bajaba a la vieja Dehesa del Rincón – declarada “lugar de interés científico” – y al rumoroso arroyo del lugar, nos estén haciendo una pista por la que – dicen con entusiasmo – ¡pueden pasar camiones en los dos sentidos! Pero yo, más que contento lo que estoy es “enfuscao” o “enfurruscao”, rancias palabras, también extremeñas, que mezclan la fusca (esa espesura insana que para algunos parece ser el campo) con el mal humor. Sobre todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
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