(Mi amigo Juan Antonio, que es también profesor de filosofía, y a cuyos blogs tenéis acceso directo desde aquí, ha colocado la siguiente entrada, que me ha parecido tan interesante que se la he tenido que copiar --el video es añadido mío, porque me encantan los Pink Floyd--. A ver qué os parece. Espero vuestras opiniones, sé de sobra que sinceras...)
¿Otra educación es posible?
"Tengo que confesar (bueno, la verdad es que me muero de ganas de hacerlo) que la escuela fue siempre para mí una verdadera tortura, que me producía estrés, aburrimiento y, a veces, miedo. Faltaba cuanto podía y soñaba con que acabara ese periodo de mi vida, aunque no me hacía ilusiones acerca del mundo laboral. De hecho, luego he comprobado que la gente piensa que, si te diviertes haciendo algo, no deberían pagarte por ello, y si te pagan por algo, tienes que aburrirte por necesidad al hacerlo.
Fuera del colegio, en mi casa o en el parque, me gustaba escribir, pintar, tocar música… En el colegio todo eso no se parecía en casi nada, aunque los profesores eran todo lo buenos que podían ser. Prácticamente todo lo que estudié en primaria, secundaria y la universidad se me olvidó unos minutos después del examen. Creo que casi nadie de mi edad (y eso que muchos de ellos alaban lo mucho que aprendíamos) recuerda casi nada de lo que estudió.
No he conocido en toda mi vida (y me he pasado bastantes años rodeado de gente “estudiosa”) nadie a quien le gustasen realmente las clases. A veces te gusta una asignatura, o un profesor, pero eso no significa que te guste verle cuando toca ni estudiarlo en el pesado y monótono sistema en que normalmente te lo pretenden enseñar.
Luego me he encontrado, eso sí, personas que dicen tener muy buen recuerdo de aquella época. Claro: cualquier psicólogo sabe que tendemos a eliminar de la memoria los recuerdos peores, e idealizamos lo que hemos vivido. Pero cualquiera de esos adultos, cuando se atreve a ponerse a estudiar ahora (y eso que el régimen para ellos es mucho más blando) vuelve a aburrirse como entonces, o casi. Yo, al menos, no aguantaría ahora ni una sola hora sentado escuchando a un profesor, ni otras muchas cosas que cualquier estudiante vive todos los días.
Algunos ilusos, como Aristóteles, dicen (y yo les creo, y creo que todos, en el fondo, lo creemos) que todo el mundo tiene deseos de conocer y aprender. Entonces ¿por qué precisamente el lugar y el periodo en que se supone que nos dedicamos sólo a eso, a aprender, algo que tenía que ser como un festín, la mayoría de las personas lo viven como un auténtico infierno?
¿Tenéis vosotros, cuantos visitéis esta caverna (alumnos o profesores o padres o lo que sea) esa misma sensación, o es que estoy hoy muy pesimista?
Y, si lo que digo se parece algo a la verdad, ¿por qué es así?
Pero, sobre todo ¿qué se os ocurre (pero algo que tenga pies y cabeza) para mejorar todo esto?"
Víctor,
ResponderEliminargracias por hacerte eco de mi entrada. Espero que todos los que leen y participan en tu estupendo blog pongan su imaginación a "trabajar" (o, mejor, a disfrutar), a ver si hacemos algo para conseguir lo que todos queremos, pasarlo "teta" aprendiendo, pensando y hablando juntos, y no nos dejamos convencer por el pesimismo impuesto.
Leyendo lo que suele escribirse por aquí no dudo de que podemos cambiar las cosas, y que hay razones para ser optimista.
Saludos a todos los cavernícolas de emérita augusta y alredores infinitos.
Hola Víctor. Mira le daré mi opinión sobre el tema de la educación, yo pienso que no es que sea una época aburrida, de desesperación, ni pesimista ( ni mucho menos ), sino que las personas ( opino yo )se lo toman como algo malo, algo que ellas piensan que no les servirá para nada en un futuro, y creo que de algún modo u otro se acaban agobiando, y terminan por despilfarrar los mejores años de sus cortas vidas. También es cierto que cuando ya eres mayor, y sales ( por ejemplo ) con tus amig@s a dar una vuelta, siempre está bastante bien recordar viejos tiempos, y laas anécdotas del pasado. Yo por ejemplo, lo hago muy amenudo, y no es que sea tan viejo como para poder recordar una vida larguísima y estar toda una noche contando algunas de mis batallitas, sino que te acuerdas de momentos inolvidables y bastante entrañables, y los cuales no cambiarías por nada. Yo para mejorar este "dilema", creo que lo más LÓGICO y sensato, sería mirar siempre siempre hacia el mañana y de manera optimista ( claro está ). Aquí una frase que sale en la película de "Kunfu Panda" ( Disney Pixar ): " El ayer es historia, el mañana un misterio, y el hoy esun regalo, por eso se le llama presente". pienso que hay que preocuparse del presente, es decir de lo que estás viviendo ahora mismo, y no pasarte media vida amargado pensando que te deparará el futuro. Gracias por escucharme, y por obsequiarnos cada día con sus peculiares cuentos y dilemas. ¡¡ Ah !!, por cierto, soy Cristóbal uno de sus alumnos de 1º G. Hasta la semana que viene.
ResponderEliminarHola Cristobal, y bienvenido a esta tenebrosa (y sin embargo llena de fulgores y ecos misteriosos y fascinantes) caverna. Muchas gracia por tu aportación. Desde luego que hay que ser optimista con respecto al futuro y, por lo tanto, disfrutar sin agobios del presente. De todas formas, yo también veo, como Juan Antonio, que para gran parte de tus compañeros y de los míos venir al instituto es poco más que una pesada carga. ¿No te parece raro, después de todo lo que hemos discutido estos días en clase? Si lo que más deseamos es, según decíamos, crecer, y para crecer lo que hay que hacer es "saber" cada vez más y mejor...¿Cómo es que resulta tan molesto a la mayoría ir al instituto? Se supone que vamos a aprender, a saber más cosas... No sé que pensar, entonces. O bien en el instituto no es donde realmente se aprenden cosas (pero entonces, ¿dónde?), o bien no deseamos crecer y aprender tanto como decíamos estos días en clase. ¿Qué opinas tú? ¿Cuándo, dónde, cómo y por qué se aprenden DE VERDAD las cosas, y se disfruta aprendiéndolas?... A ver si tú, que estás tan cercano al problema, porque eres estudiante, nos lo puedes aclarar. Un saludo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarYo creo que muchos(o casi todos) de los alumnos van ya con esa sensación de aburrimiento al instituto porque la sociedad también nos influye y vemos el instituto como algo aburrido y que no sirve de nada. Si es cierto que muchas de las clases son aburridas (sobre todo en la e.s.o que tienes más asignaturas obligatorias y no puedes escoger las que más te gustan) pero otras son mas entretenidas y divertidas, todo depende de lo que te guste, los profesores, la manera de explicar…pero creo que esto pasa en muchas de las situaciones que tenemos en nuestra vida. También es verdad que a veces es un aburrimiento el método de enseñanza y podría haber clases en las que el profesor dejase libertad para aprender de la manera que tú quieras, pero probablemente sería un caos porque hay muchos alumnos en cada clase y no todos quieren estudiar realmente. Quizás una solución sería dejar esta libertad de estudio para la gente que realmente quiera, pero entonces habría que buscar otra alternativa para la gente que no quiere estudiar ( que hoy en día son bastantes) y eso supone un gran problema ya que hay enseñanza obligatoria hasta los 16 años. También algunos ven como un infierno todo esto de estudiar porque a esta edad solemos querer divertirnos con los amigos, estar de fiesta todo el dia, recogernos tarde…y ven el instituto como un impedimento(cosa que yo creo que no, aunque no niego que a veces me aburra en algunas clases). Yo no empecé a pasármelo realmente bien hasta el año pasado cuando coincidí en clase con gente con la que tenía mucho en común y empecé a estudiar cosas relacionadas con lo que me gusta, pero creo que es una buena época de nuestra vida y la deberíamos de aprovechar lo máximo posible.
Elena d.l gala(C)
Hola Elena y bienvenida a la tribu. Bueno he de empezar por decir que el texto de la entrada lo ha escrito un colega mío, no yo. Yo no lo pasaba tan mal en el Instituto porque, como tú, tenía muy buenos compañeros y porque en esa época me empezó a entrar una curiosidad malsana por saber e investigarlo todo --también era necesidad, claro, tenía un lío en la cabeza que pa qué--. También encontré algunos profesores que me trataban como una persona (no como un niño ni como una máquina de aprobar exámenes) y de los que me sentía complíce en ese querer saber qué era la vida, quién era realmente yo, etc... Pero pese a esto, hay que reconocer que para muchísimos el Instituto es más un suplicio que otra cosa (o al menos eso dicen ellos, habría que ver que harían, o si no se aburrirían si pudieran hacer, de repente, lo que quisieran). También creo para muchos alumnos y profesores desproticar del trabajo es una cierta pose social (así pareces que estás por encima y que, además, si lo haces mal tú no tienes la culpa: es que tienes que estudiar, es que te obligan a venir, etc. --es el rollo del "es que"--). Tu argumento de que, bueno, también en otras cosas se aburre uno no me convence (¿Por qué no hemos de aspirar a no aburrirnos nunca? Yo por lo menos no me conformo con menos). Ni tampoco el argumento de que, con esta edad, lo que queréis es estar todo el día de fiesta. Yo creo que nadie en su sano juicio quiere estar todo el día haciendo lo mismo. Y me parece que uno se puede divertir, salir, etc., sin que esto entorpezca otras actividades (basta con que uno se organice bien y se concentre a tope en cada cosa que haga). En lo que estoy plenamente de acuerdo contigo es en que la forma ideal de educarse es aprendiendo lo que uno quiera cuando realmente lo quiera (sin que te impongan tales asignaturas a tal o cual ritmo). Está claro, como dices, que eso es muy difícil hacerlo en Institutos como el nuestro, donde hay demasiados alumnos por clase y no se puede atender a cada alumno como mereciera organizándole una educación a medida. Me temo que es, sobre todo, una cuestión de dinero (costaría mucho dinero contratar y formar adecuadamente a tantos profesores). Pero si algún día se decidieran a hacerlo todo iría muchísimo mejor, sin alumnos motivados ni profesores "quemados". Esto también facilitaría atender a los alumnos que no quieren estudiar (¿No quieren estudiar o no quieren estudiar lo que le obligan a estudiar y de la manera en que lo hacen?). En otros paises los profes se echan en seguida ese alumno a cuestas y lo atienden hasta que recupera plenamente su tendencia natural a saber y crecer (aquí, en seguida se le cataloga como un vago o un tonto o, peor aún, como un golfo incapaz de entender otro lenguaje que el de los partes y las expulsiones). En fin. Mi amigo Juan Antonio (el vecino de blog) y yo hemos planeado a veces (a veces después de una buena y bien regada cena, lo que quizás distorsiona un poco) fundar una escuela ideal, donde la gente aprendiese por puro amor al saber, sin nada que la forzase fuera de ellas mismas. ¿Cómo te parece que tendría que ser esta escuela? ¿Te la imaginas? ¿Cómo serían las clases, los profes, las asignaturas, los recreos...? A ver qué se te ocurre y nos echas una mano.
ResponderEliminarUn saludo.
hola otra vez!
ResponderEliminarPues mas o menos me la puedo imaginar y me ayuda a hacerme una dia un texto que leímos el otro día en inglés, en el que se hablaba de una escuela en la que había distintos alumnos con diferentes tipos de inteligencia e inquietudes y se le daban como clases "especiales" para fomentar sus cualidades y los profesores les ayudaban particularmente, después se reunian todos para poner en conjunto lo que habian aprendido. La verdad que estaría bien un instituto de este tipo o clases en las que hubiese pocos alumnos y profesores que te pudiesen ayudar más particularmente.Así, creo que sería una buena forma de ayudar a que estudiar sea mejor y aprenderiamos lo único que realmente queremos saber y nos sea útil en nuestro futuro.
un saludo.ELena
Jo, eso que dices sería un sueño... Pero seamos constructivos y hagamos todo lo posible para que, AHORA MISMO, lo que YA tenemos CAMBIE (lo que pueda cambiar) y sea lo más parecido posible a ese sueño. Soy todo oídos (para tí y para todos). ¿Qué se podría hacer, en plan realista, para que las clases en el instituto (al menos la de filosofía) sean como tú dices (o aún mejores de lo que dices)? Un saludo.
ResponderEliminarBueno, pues yo creo que se debería empezar por la relación entre profesores y alumnos, que no sea simplemente eso, sino una relación de "persona a persona", porque que un profesor te transmita confianza y buen rollo hace que te sientas con más ganas de estar en esa clase(hay profesores que si lo hacen pero muchos otros no). Para esto me parece importante que no venga el típico profesor aburrido y te suelte un rollo sin intentar captar tu atención ni nada, sino que como por ejemplo en clase de filosofía se cuenten historias, mitos...para comprender mejor las ideas y hacer participar a los alumnos durante toda la clase para estar constantemente pensando y participar de una manera activa en clase. También creo que es importante que el alumno sienta, cuando le estén explicando cualquier cosa de cualquier asignatura, que realmente vale para algo y merece la pena ser aprendido y no una pérdida de tiempo.Así se puede conseguir que estudiemos las cosas porque realmente queremos y nos llaman la atención y no estudiar tan sólo por el hecho de aprobar el curos(para que después se te olvide casi todo). Por lo demás, no se qué más se podría hacer para mejorar las clases pero (por lo menos para mí) lo fundamental es la actitud del profesor, ya que repercute mucho en las ganas y la actitud que adopta el alumno.
ResponderEliminarun saludo!
Elena d.l.gala
Hola Elena. Totalmente de acuerdo contigo. Tratar a los demás como a personas, cada una con sus propios deseos e ideas es fundamental. Ahora te propongo lo siguiente. Imáginate que estamos montando una escuela (y las leyes nos permiten montarla como queramos). Imagina que dentro de dos días van a venir 200 chicos y chicas de tu edad. ¿Cómo sería el primer día de escuela? ¿Como los recibiríamos, teniendo en cuenta que queremos tratarlos como a personas? ¿Les daríamos un discurso, mientras ellos permanecen callados, y luego les anunciaríamos lo que van tener que aprender, cuándo y con quién, antes de mandarlos cada uno a su aula? ¿O los recibiríamos tal vez de otra forma? ¿Cómo? Saludos¡
ResponderEliminarPues…en el primer día de escuela de nuestro instituto reuniríamos a todos y les daríamos un “discurso”, pero no el típico que te suelta todos los años el director diciéndote que este año es muy importante, qué debemos de hacer y qué no, que estudiemos lo máximo posible…, sino que les empezaríamos diciendo: “aquí cada uno es libre de saber o no saber, de querer aprender o no, y podréis estudiar lo que realmente os parezca interesante y útil”. Ellos en este discursillo podrían intervenir cuando quieran (eso si, con un orden ya que estamos entre personas), para preguntar dudas o sugerir ideas que se les ocurran para mejorar el funcionamiento de las clases. Después les pasaríamos una especie de test para que podamos saber que asignaturas cogerían, qué gustos tienen, cuál es su manera más adecuada para aprender…, y así poder hacer clases de entre 10 y 15 alumnos pero con características e inquietudes parecidas. También les dejaremos claro que aquí el que realmente quiera aprender lo hará, a el que no quiera se le intentará animar para que recupere las ganas(si es que realmente quiere) y el que definitivamente no quiera podrá dedicarse en clase a lo que quiera, como si se quiere quedar sentado en una mesa o irse( a lo mejor le entran ganas de aprender). Cada uno podrá tomar la decisión que quiera, para eso somos personas y tenemos libertad.
ResponderEliminarAh! En cuanto a los profesores, solo contrataremos a los que realmente tengan ganas de enseñar y sepan tratar a los alumnos como personas.
Esto es lo que tiene el imaginar, que nada es imposible…
saludos!
Jo, Elena, organizaría una escuela contigo seguro. Estoy plenamente de acuerdo con lo que dices (¿No querrás ser profesora o pedagoga, verdad?). Pero voy a seguir haciéndote preguntas para ver si descubrimos más cosas juntos. Imagina, por ejemplo, como serían las aulas (si es que tuviera que haber aulas, claro), el mobiliario, dónde estarían, etc. ¿Sería el colegio un recinto cerrado al que sólo se pudiera acceder o salir en ciertos momentos?...¿Y habría algún tipo de horario? ¿Cuál? ¿O acaso no haría falta?... Y no olvides, al imaginarlo, que la filosofía de nuestra escuela es que cada uno va a aprender en la medida en que quiera hacerlo, sin que nadie le obligue a nada...Saludos
ResponderEliminarLa verdad es que estaría bien ser una profesora de un instituto como este...
ResponderEliminarBueno pues las clases se podrían dar en aulas pero no las típicas de todos los institutos distribuidas de la misma manera, filas de mesas con sillas. Sino que podrían estar a los lados y cada uno se podría sentar donde quisiese por separado cuando quiera estudiar algo que le resulte interesante para él o se podrían poner (dependiendo del día) en círculos o cualquier otra forma para cuando se de una clase en conjunto (siempre que los alumnos estén de acuerdo ya que aquí no se obliga a nadie a nada). También algunas veces se podría dar clase en nuestro patio (lleno de césped y árboles), cuando a los alumnos les apetezca. No sería un recinto cerrado, bueno solo para la gente que no pertenece a nuestro instituto, pero los alumnos podrían salir cuando quisiesen, si quieren tomar el aire, estirar un poco las piernas…mejor estar al aire libre que no en un edificio cerrado rondando por los pasillos ¿no?
Yo creo que un horario aunque no fuese fijo del todo si haría falta porque sino estaría todo un poco descontrolado para coordinar los horarios de los profesores y eso, pero si alguien llegase un poco tarde no pasaría nada se incorporaría a la clase con normalidad.
Ah ya puestos, mejoraría también las instalaciones deportivas, me parece importante que los alumnos que quieran puedan disfrutar y aprender de clases para hacer deportes y que realmente les gusten no los que te impongan.
Saludos!
Estupendo! Estoy otra vez de acuerdo contigo. Yo me imagino un lugar muy hermoso (la belleza atrae de entrada a mucha gente…), y en el que se pueda entrar y salir cuando uno quiera (a nuestros alumnos les informaríamos de lo que hay en los alrededores, para que ellos decidan). Las clases se podrían celebrar en el lugar que quisiéramos, bajo un árbol o dando un paseo, o también en aulas (pues a veces se necesitarían quizás laboratorios, ordenadores…), en el que las mesas estarían dispuestas como tú dices… Yo me lo imagino así: en los primeros días del curso se formarían voluntariamente grupos de “aficionados” a algún asunto o arte (alfarería, literatura, matemáticas, teatro, lo que sea), y a estos grupos se les daría un lugar propio en el recinto (en plan taller de matemáticas, aula de teatro, etc.). El grupo estaría investigando y conviviendo todo el tiempo que quisiese cada día. Y en cada grupo habría uno o más profesores, además de alumnos más o menos avanzados en ese asunto o arte… Cada día, los alumnos llegarían al recinto escolar y libremente irían de un grupo-taller a otro, aprendiendo (o incluso enseñando) en ellos lo que quisieran, y tomándose todos los ratos libres que necesiten. Algunos alumnos se interesarían mucho por algún taller y, con el tiempo, pasarían a formar parte del grupo de “expertos” que lo dirige. Habría también recintos para hacer deportes y comedores colectivos. Y cada cual volvería a casa cuando quisiese, unos a las 12 y otros a las 7, según el día, las ganas…¿Qué te parece? Ya sé que todo esto suena utópico y fantástico, pero las utopías son útiles: nos sirven de guía o modelo para intentar cambios reales y más modestos. Así que, si te parece, podemos seguir: ¿estás de acuerdo con que las “asignaturas” o “grupos-taller” fueran elegidas por los propios alumnos? ¿O propondrías, quizás, ciertas asignaturas como obligatorias para todos?... Y un tema más delicado. ¿Quiénes serían los profesores? ¿Cómo serían elegidos? ¿Por los propios alumnos o por otros? ¿Podrían los alumnos más avanzados compartir las tareas de dirección de los talleres con los profesores?...
ResponderEliminarVete pensando todo esto y apuntando todo lo que se ocurra para nuestra escuela.
Un saludo
Hola de nuevo!
ResponderEliminarMe parece muy buena idea la de los grupos-taller, así cada uno podría ir de uno a otro buscando lo que más le guste, especializándose en ello y además estaría bien eso que dices de que cada taller tendría un lugar específico (equipado con todo lo que se necesite: libros, instrumentos de laboratorio, instrumentos musicales…).
Creo que lo mejor sería que los propios alumnos eligiesen estas “asignaturas” o “grupos-taller” como dices, el instituto las ofrecería y ellos podrán ir probando en unos talleres y otros hasta dar con lo que más les guste o especializarse en tantos talleres como quieran (aquí no hay límites). También podríamos proponer unas asignaturas “obligatorias” a principio de curso, de cultura general que puede ser del interés de todo el alumnado, y sería las primeras semanas como de prueba, después si alguien no quisiese seguir con esa asignatura porque no le guste, no quiere gastar en eso su tiempo o por cualquier otro motivo podría quitarse sin ningún problema, por lo que al fin y al cabo no sería en sí una asignatura completamente obligatoria.
Los profesores de estos talleres serían los que dijimos que contrataríamos, siempre que cumplan los requisitos que conlleva dar clase en nuestro instituto. Si los alumnos de un taller no están a gusto con alguno de los profesores se intentaría arreglar la situación o sino se les cambiaría con otro profesor.
Me parece muy bien que los alumnos más avanzados puedan compartir las tareas de dirección de los talleres con los profesores, ellos pueden aportar ideas, métodos… para que cada vez vayan funcionando mejor, ya que a veces a los alumnos se les ocurren mejores técnicas de estudios, que para eso son los que están aprendiendo.
Creo que estos grupos-taller tienen una ventaja muy importante, los alumnos y profesores aprenderían a colaborar entre ellos y no sólo los alumnos de los profesores, sino que también los profesores podrían aprender cosas nuevas por parte de los alumnos.
La idea que has puesto de que cada uno se puede ir a su casa a la hora que quiera me parece estupenda. ¿por qué hay que poner una hora para dejar de aprender y crecer en esto del saber? O ¿por qué un día si no estás de humor (te ha pasado algo con tu familia, amigos...) te tienes que quedar hasta una hora determinada, cuando no estas más que perdiendo el tiempo sin concentrarte?
No sé por qué no se pueden hacer institutos de este tipo (aunque suene tan fantástico) pero así, se mejoraría muchísimo la educación (tanto que se quejan algunos)
Saludos!
Hola Elena.
ResponderEliminarPues yo tampoco sé muy bien por qué no se pueden hacer institutos así, como el que decimos nosotros. Yo creo que el principal motivo son las ideas que tiene la mayoría de la gente en la cabeza (estas ideas podrían mejorar con una buena educación, pero claro esas mismas ideas son las que no permiten una buena educación, es un círculo diabólicamente vicioso). Por ejemplo, la mayor parte de la gente (padres y profesores incluidos) no confía en que la educación funcione únicamente a través de las palabras y las razones, y piensan que es necesario premiar y castigar al niño para que aprenda a base de emociones muy primarias (la alegría del premio, el dolor por el castigo). Ellos piensan que los seres humanos no somos seres enteramente racionales, por lo que hay cosas que no “entran” por la razón, sino más bien por la emoción (el dolor, el miedo al castigo por suspender, la alegría del premio si apruebo, la amenaza de la cárcel, etc.). Esta claro que si la mayoría cree esto (como creo), un instituto (un colegio, una facultad, una cárcel, etc.) ha de organizarse de tal manera que se pueda premiar y castigar de alguna manera al alumno (tiene que haber un sistema de premios y castigos, una diferencia preestablecida entre los que pueden premiar y castigar y los que son premiados y castigados, etc.). Como además se piensa, insisto, en que no somos seres enteramente racionales (y los alumnos menos, pues están aun por madurar), cuando un alumno no se somete al sistema educativo y no hace lo que se espera de él, rara vez se piensa que es porque no comprende o acepta racionalmente lo que se le obliga a hacer, sino porque es un vago o un gamberro o cosas así, y claro, esto justifica que haya que encerrarlo y obligarlo con castigos a hacer lo que es debido (y así, en los institutos hay horarios y asignaturas obligatorias, control de faltas, castigos psíquicos como humillaciones, broncas y amenazas al alumno “desviado”, etc.). Así están las cosas, creo yo. ¿Cómo dar libertad a un alumno (piensa la mayoría de la gente con la que hablo) para que vaya al instituto y una vez allí estudie cuando quiera lo que él quiera…? ¡Eso (dicen) convertiría a la mayoría en vagos, y a unos pocos en maleantes! Pues incluso aunque entiendan que les conviene estudiar, la naturaleza humana es débil y se dejarían llevar por la pereza, etc. Así que, nada de libertad: mejor obligarles (¡en el futuro nos lo agradecerán!)… Bueno me he enrollado un poco. A ver qué piensas tú de todo esto. ¿Estas de acuerdo con lo que hemos dicho? ¿Piensas que se puede educar a las personas sin hacer uso de premios y castigos, sino de manera puramente racional (hablando y razonando con ellos)?
Saludos.
Sí, estoy de acuerdo con todo esto que dices. Creo que el principal problema de que la educación vaya “mal” es que los adultos no confían en los jóvenes porque (casi todos) piensan que vamos al instituto a pasar el rato sin aprender nada, y encima viviendo cómodamente porque nos mantienen nuestros padres. No creo que esto sea así, habrá gente que si vaya al instituto a no hacer nada, a pasar un buen rato con los amigos… pero también hay muchos alumnos que van con ganas de aprender, de saber cada vez más.
ResponderEliminarYo, por ejemplo, si fuese profesora no sé si tendría suficiente paciencia para aguantar a alumnos que están continuamente molestando en clase sin dejar estudiar a los demás y encima tomándote el pelo sin ningún tipo de respeto hacia nada ni nadie. Pero si últimamente muchas de las clases están llenas de este tipo de alumnos será por algo, porque desde pequeños no habrán recibido una educación adecuada. Por eso pienso que es necesario que desde pequeños recibamos una educación como la que estamos hablando en estos comentarios, aunque creo que a esas edades si sería quizás una enseñanza más “obligatoria” porque los niños pequeños deben ir aprendiendo poco a poco (necesitan más que los profesores les guíen) y también ir descubriendo poco a poco sus gustos y preferencias. También creo que una cosa importante sería que no se les meta en la cabeza la idea de que lo que digan los profesores tiene que ser así, sino que tienen que ir aprendiendo a razonar por ellos mismos con sus propias ideas para que así nadie les tome por tontos, y esto creo que a la larga conseguiría que al llegar a la adolescencia serían mas maduros y sabrían mejor lo que les conviene y lo que no.
Respecto a lo de los premios y castigos, pienso que no son necesarios para educar mejor. Por ejemplo, a mi mis padres nunca me han dicho “si estudias y apruebas te compraremos un regalo”, y pienso que debe ser así porque si estudio es porque yo quiero y no porque me espere un regalo ni nada por el estilo. El único “premio” que considero positivo es el que tus padres te animen cuando las cosas te salgan mal y te feliciten cuando vayas bien (aunque esto no lo considero como un premio). Y tampoco me han castigado porque un examen me haya salido mal o algo, no creo que riñendo y castigando sin salir de casa por ejemplo vaya a cambiar la actitud del alumno (quizás estudie el próximo examen para aprobar, pero sólo para eso y ese es el problema que muchos estudian para aprobar y no para aprender).
Otras de las cosas que pienso que mejoraría la educación y prepararía más al alumno para que sea más maduro y sepa afrontar las distintas situaciones que se encuentre a lo largo de su vida, sería que desde pequeños se enseñen en las clases valores fundamentales, situaciones que te pueden ocurrir para saber actuar de la manera más adecuada.
Creo que no se me olvida nada más que decir.
Saludos!
Hola Elena (supongo que sigues siendo tú, pq como no firmas). Me maravillan tus respuestas. Lo malo es que tocas un montón de temas y me gustaría responderte a todos, y eso haría muy largo el comentario. Así que escojo alguno y más adelante hablamos de otros. ¿Te parece?
ResponderEliminarCon respecto a los alumnos que van al instituto “a pasar el rato sin aprender nada” estoy totalmente de acuerdo en que es un prejuicio de los adultos. Es más, yo creo que los alumnos van todos con ganas de aprender, cada uno a su manera y con sus propios deseos acerca de lo que les gustaría aprender. Pero, en general, todos van con la ilusión de que “ocurra algo” especial que cambie sus vidas un poco y les haga mejores (eso es aprender). Lo que yo creo que pasa es que muchos se desilusionan en seguida por que ese algo “especial” no les ocurre atendiendo en clase de matemáticas o de filosofía, y entonces tienen que elegir entre aburrirse como monos o provocar ellos mismos algo especial y divertido (algunos intentan romper la monotonía haciendo preguntas e intentando sacar algo en claro de lo que va diciendo el profesor, pero otros se quedan distraídos en su mundo, y algunos otros gastan bromas pesadas, se meten con alguien, arman broncas, etc., como modo de llenar de significado el tiempo muerto de la clase). ¿Cómo solucionar esto (para que, al menos, no ocurra en nuestra escuela)?...
Yo no creo que sea un problema de educación, en el sentido, al menos, en que lo dice a menudo la gente (no sé si tú lo dices en ese mismo sentido, me parece que no). A mucha gente (profesores incluidos) les escucho decir que lo que falta en los alumnos es esa “educación” consistente en ser un niño formal, capaz de aguantar sentado y escuchando atenta y respetuosamente al profesor, que hable cuando el profesor se lo pida y que se esfuerce luego en hacer todos sus deberes. ¿Es esta la educación que hay que dar? Yo ceo que esta es una visión muy simplista, incluso falsa. A mí no me parece que sea bueno educar a un niño para que aguante sentado (si después de varias horas de clase prefiere permanecer de pie o dar un paseo por el aula, ¿por qué no? Yo lo hago), ni para que soporte algo que le parece un rollo soporífero, ni para que se quede con las ganas de hablar, ni para que entienda el estudio como un asunto de esfuerzo y disciplina. Creo que nuestros alumnos (al menos los de nuestra escuela ideal) habrían de elegir por ellos mismos como quieren estar en clase, y si en algún momento hay motivos para que estén mejor sentados que de pie, o para que hablen en orden y no a la vez, habrá que convencerlos de que eso es, en efecto, mejor para todos. También prefiero que nuestros alumnos puedan manifestar de modo natural que lo que se les da es un rollo, y que o bien aporten alguna idea constructiva para que deje de serlo, o que se vayan de clase si lo desean (nadie tiene porque soportar lo que le parece un rollo); si el profesor no ha logrado, por la razón que sea, que lo que imparte sea interesante lo que merece es desatención (no pedir más atención a gritos). Y finalmente, yo no quiero que nuestros alumnos vivan la educación como una especie de lucha de la voluntad por vencer la inclinación a la pereza o algo así. A mi cuando de verdad me gusta algo no me cuesta ningún trabajo (sino todo lo contrario) hacerlo.
(sigo en el siguiente comentario)
¿Qué te parece todo lo anterior? Todo eso es para nuestra escuela, claro, que es una escuela ideal. ¿Pero te parece que se podría trasplantar algo a la escuela “real”, por ej., a un instituto de verdad? ¡Buf¡ A mi no me parece nada fácil en principio: hay demasiados alumnos diferentes como para lograr que todos se interesen por lo que das (si hubiera pocos quizás podrías camelártelos a todos, cada uno a su manera); la ley no permite que se vayan de clase (y les obliga a “aguantar”, cuando tu llegas están como calderas a punto de reventar); además, no están acostumbrados desde pequeños a actuar con libertad y en cuanto se les deja hacer tienden a generar caos –como si a alguien que nunca dejamos tocar un tambor le damos de golpe uno: solo sabrá hacer ruido—; le han transmitido desde pequeños que estudiar tiene que ser “sacrificio”, no una diversión (y claro, qué niño bien alimentado e inteligente va a tragarse eso, sin más razón que ninguna –“hay que estudiar y ser aplicado, niño”, pero nunca le dicen al niño por qué--)… Pero, lo más importante: de todo esto NO TIENEN LA CULPA ELLOS (los niños, los alumnos), así que con quienes no debemos perder la paciencia es, justamente, con ellos (y que conste que yo la pierdo a veces, eh, pero luego pienso en nuestra escuela ideal y me recompongo). Un saludo¡
ResponderEliminarpd. No se me olvidan los otros temas (si la enseñanza a los más pequeños ha de tener un carácter más obligatorio, lo de los premios y castigos, y la cuestión CLAVE de la enseñanza de los valores). Los discutimos más adelante si quieres, después de que opines sobre lo que te acabo de decir.
El problema del alumno que se aburre, evadiéndose en su propio mundo, haciéndose el gracioso, distrayendo a los demás… creo que se podría solucionar haciéndoles ver que la escuela no es un sacrificio, sino una parte de nuestra vida que consiste en crecer, formándonos como personas cada vez más sabias, por lo que no tiene que ser un “infierno” en el que pierdes el tiempo sino algo que te gusta realmente y en dónde te lo pasas bien. Para esto sería necesario todo lo que venimos hablando: profesores que quieren enseñar de verdad, libertad al a hora de elegir qué estudiar y la manera de hacerlo…
ResponderEliminarNo me parece que la mejor manera de aprender sea la de educar al niño para que escuche sentado durante horas tragándose todo lo que le sueltan a lo largo del día, sino que hay que atender a los diferentes tipos de alumnos. Por ejemplo, de mí nunca han tenido que tirar para que estudie porque desde pequeña he sido curiosa en esto y me ha gustado aprender cada vez más (aunque eso no quita que me haya aburrido en muchas clases, sobre todo en las que se daban cosas que no me gustan nada) pero, ¿qué pasa con los alumnos que a los que no les llame la atención y además les impongan la escuela como una obligación, convirtiéndose en un sacrificio? No son ni más tontos, ni más vagos ni nada de lo que se suele pensar; lo que habrá que hacer es devolverles las ganas de crecer, mostrarles el saber como libertad.
Tampoco me parece bien que haya que estar las seis horas diarias de clase sentados en una silla. Los profesores dan vueltas por la clase mientras explican ¿por qué los alumnos no se pueden levantar en un momento dado? Encima, muchos profesores nos dicen cómo tenemos que sentarnos; si nos sentamos “mal” será por algo, porque estamos incómodos en las sillas, porque necesitamos estirar las piernas…
Respecto a qué se podría mejorar en un instituto “real”, de los de ahora, creo que se debería empezar por los profesores, que diesen más libertad a la hora de estar en clase y por lo menos que empiecen a hacer sus clases más entretenidas (los que todavía no lo hacen); hacer ver a los alumnos que esto no es un castigo que nos imponen los adultos para fastidiarnos, sino una de las mejores cosas que podemos hacer en la vida (según pienso yo)
Saludos!
Ah! Si, sigo siendo Elena xD
Hola Elena.
ResponderEliminarPues sí, tienes razón en lo que dices, para variar. Aunque yo sigo viendo como el principal problema la falta de libertad de los alumnos. El profesor puede matarse intentando mejorar sus clases, pero si el alumno no está mínimamente receptivo... Estar receptivo quiere decir que el alumno tenga realmente la necesidad o el deseo de cultivarse en una determinada materia (idiomas, literatura, filosofía, lo que sea), que le vea el sentido, que la perciba como interesante para su vida. Por eso son a veces un latazo (tanto para los alumnos como para el profesor) las clases en la escuela real: porque algunos o muchos alumnos no están en ese "punto" de verle el sentido a muchas asignaturas, la mayoría de las cuales se las imparten obligatoriamente. En nuestra futura escuela yo propongo (siguiendo una idea que lanzaste hace poco) que nuestros alumnos asistan durante un tiempo (15 días o así) a todas las asignaturas y talleres, que durante esos días el profesor les explique el sentido e interés de su materia y que, tras esos dias de prueba, el alumno eliga las que quiera (pudiendo rectificar luego sin ningún límite). Así, respetando la diversidad de los alumnos en cuanto a deseos y necesidades (no todos están en el mismo nivel de madurez, por ejemplo) todo iría muchísimo mejor. ¿No te parece?
Volviendo a uno de los puntos que dejamos inacabados. ¿Qué valores fundamentales querríamos enseñar a los alumnos en nuestra escuela? Esto, como tu indicas, es importantísimo.
Saludos.
Estoy de acuerdo contigo. Por mucho que el profesor se esfuerce en mejorar las clases para llegar más a los alumnos, si éstos no están por la labor de poner interés en una asignatura (porque no les interese, no le encuentren una utilidad…) no se podrá hacer nada. En este caso lo único que podrá hacer el profesor es mostrar la asignatura de la mejor manera para intentar que sea del interés del alumno, porque a veces nos encabezonamos en que una cosa no nos gusta desde un principio, pero después nos damos cuenta de que no está tan mal o que tiene más sentido del que creíamos. Pero si al alumno le sigue sin gustar, lo malo en el instituto real es que como hay asignaturas obligatorias te tienes que aguantar, pero en nuestro instituto ideal te podrías quitar de esa asignatura, para nada perder el tiempo.
ResponderEliminarNo sé si estaré utilizando correctamente la palabra valores, pero a lo que me quiero referir es que deberíamos educar a los niños desde pequeños no sólo enseñándoles la teoría que viene en los libros, sino también formarlos poco a poco para que sean personas cada vez más maduras (para esto es importante tratar a los alumnos como personas, como ya dijimos), para que vean la educación como algo imprescindible para sus vidas (sin ser un sacrificio), para que sean personas cada vez más sabias y con esto que sean libres, saber qué es realmente la libertad y enseñarles a utilizarla para su bien en las diferentes situaciones que se les presenten. Y dentro de esto, también creo conveniente que se les enseñe lo que no viene en los libros, es decir, la vida real y como es más conveniente actuar. No se les soltaría todo de pronto, ya que a un niño de 6 años no se le puede decir todos los problemas que hay, sino que habrá que ir haciéndoselo ver poco a poco y preparándole para que le vaya mejor a lo largo de su vida. Para esto creo que se debería intentar dar clases como el tipo de filosofía, ya que es una de las asignaturas en que empiezas a pensar realmente sobre el sentido de las cosas y aprendes a utilizar mejor la cabeza, ayudándote a ser más maduro y si se empezara a acostumbrar a los alumnos desde más pequeños no habría que esperar a que comenzasen a madurar más a los 16 años (claro que en nuestra escuela sería optativa, no se obliga a nadie).
Creo que también es importante inculcarles el valor del respeto hacia las personas (compañeros, padres, profesores…) porque es uno de los problemas que veo sobre todo en los alumnos que comienzan la e.s.o, dejándose influir por “malas compañías” que les hacen creer que los mas “guays” son los que chulean al profesor, los que no estudian, los que se meten con los más estudiosos…
Saludos!
Elena
Hola Elena.
ResponderEliminarAmor al saber, madurez, libertad, respeto... Bueno, es imposible discutir contigo (¿cómo no estar de acuerdo en el valor de estos valores?). El problema, creo yo, está en cómo transmitirlos a los alumnos (o a las personas, en general). Supongamos en primer lugar que los profesores de nuestra escuela han de ser ellos mismos amantes del saber, maduros, libres y respetuosos (si no sería imposible, claro). Supongamos que queremos transmitir a nuestros alumnos el valor del respeto. Otra cosa obvia, que tú sabiamente indicas, es que la enseñanza tiene que ser teórica y práctica (no puede ser que enseñemos, por ejemplo, a respetar a alguien cuando habla y luego el profesor no escuche a los alumnos cuando opinan)... Pero creo que hay algo más. ¿Qué pasará cuando el alumno pida saber por qué tiene que ser respetuoso (o amante del saber, o libre, o maduro, o...)?... No es nada fácil responder a esta pregunta (hay que ser muy filósofo para intentarlo)... Yo creo que muchos alumnos de esos que van de "guays" no son irrespetuosos porque sí, sino que tienen más razones para ello que para ser respetuosos. A ver quién es el guapo que les convence para que sean, por ejemplo, respetuosos. ¿Cómo lo harías tú?
Saludos.
hola!
ResponderEliminarLa verdad es que es una pregunta bastante difícil… pero cuando por ejemplo un alumno pregunte por qué ha de ser respetuoso, se le podría decir que el respeto es un valor fundamental entre las personas, para que una sociedad funcione debe existir el respeto, sino estaríamos continuamente con muchos conflictos (aunque los hay por ejemplo entre políticos, que parece que no se respetan a veces lo más mínimo). Sería importante que captasen la de idea de que “si quieres que te respeten, debes respetar tú también a los demás”. Aunque aquí podría decir el alumno ¿y por qué debo respetar a un profesor si él no lo hace, tratándome como a un simple niño e imponiéndome su manera de pensar sin tener en cuenta mi opinión? (en el caso de que sea así) o en el caso de que muchas veces algunos profesores generalizan diciendo “ es que los jóvenes de hoy día no sabéis nada, estáis en vuestro mundo y no os interesa nada”, esto puede sentar a veces mal porque entonces dices ¿por qué voy a respetarlos yo si ellos no lo hacen y me critican sin saber realmente como soy?
Por eso creo que es fundamental que todos nos respetemos, tratándonos como verdaderas personas, tanto los niños y jóvenes a los adultos y al contrario.
Lo que dices sobre que pude haber alumnos con más razones para ser irrespetuosos, creo que puede tener varias explicaciones. Puede ser que haya alumnos que tienen malas situaciones familiares por lo que en sus casas no hay buen ambiente y se muestran enfadados con todo, así que cuando llegan a la escuela no ven por qué hay que ser respetuosos con los demás si a ellos en sus casas posiblemente no se les respete. También puede haber alumnos con padres separados, dándose el caso de que estén muy mimados, por lo que están acostumbrados a tenerlo todo y cuando en el colegio se les niega algo, se enfadan, enfrentándose contra los profesores perdiéndoles el respeto.
Así que, yo pienso que atendiendo a todos los tipos de alumnos, sus diferentes situaciones y mirando por su bien, hay que intentar inculcar este valor, para que además no se pregunten por qué hay que ser respetuosos, sino que les salga a ellos solos, por sí mismos.
Hola Elena.
ResponderEliminar¿Crees que bastaría con los argumentos de que sin respeto la sociedad no funciona, o que si no respetas no te van a respetar a ti? Nuestro alumno nos podría contestar que muchas sociedades (por no decir todas) funcionan sin que en ellas se cuide especialmente el respeto. Los egipcios o los griegos (por poner un ejemplo claro) tenían sociedades muy eficaces y en ellas no había ningún respeto por los esclavos, y muy poco por las mujeres o los niños o por la inmensa mayoría de gente humilde… Además, nuestro alumno también podría decirnos que mucha gente que no respeta a otros (los tiranos, los jefes o líderes abusones, los ricos y poderosos que hacen papilla a los demás, el chulo de la clase, el profesor que trata como idiotas a sus alumnos, etc…) es sin embargo muy respetado por todos (¿Quién no respeta a un tirano poderoso, a un chulo mafioso, al matón en jefe de la pandilla…?) ¿Qué podríamos responderle a esto?...
También tendríamos, como dices, que convencer a cada alumno atendiendo a sus circunstancias. Por ejemplo, si el alumno X viene de una familia en que a él no se le respeta, habrá que convencerle de que el respeto es bueno en sí mismo (y, tal vez, y fíjate si esto es difícil, que es mejor ser víctima de alguien que no te respeta que ser tú mismo un irrespetuoso…). Y al alumno mimado habrá que convencerle de que negarle algo es lo mejor que le puede pasar (porque si no, como mucho sólo aprenderá a disimular el rebote que le entra cuando frustramos sus deseos). ¿Pero cómo convencemos a un alumno de que es bueno ser respetuoso incluso cuando a él no le traten con respeto? ¿Y por qué va a ser bueno negarle un deseo a un alumno acostumbrado a tener todo lo que quiere (¿No es acaso bueno tener todo lo que se quiere?)?... Bueno. Te he hecho muchas preguntas hoy (¡Es por el bien de nuestra escuela!). Responde si quieres poco a poco.
Un Saludo!!
Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que sería muy buena contestación y difícil de discutirla. Pero a eso le podríamos decir que el respeto que se les tiene a esa clase de personas (los tiranos, los jefes abusones…), es más bien miedo y odio (bueno exceptuando a sus seguidores o partidarios) y lo que se quiere es su mal. Pero, por lo menos para mí, la persona realmente valiosa y digna de admirar es la respetuosa y respetable pero con honradez, es decir, la que no intenta aprovecharse de lo más pobres, sino la que intenta ayudar, tan sólo ganándose el respeto, la amistad, el amor… de los demás. Pero claro… esto es cuestión de principios y depende de cada uno. Nuestro alumno a esto nos podría responder que si, que muy bonito todo esto de la honradez, la bondad… pero ¿qué importa esto, si al final las personas más poderosas y las que tienen todo lo que quieren son estos respetados tiranos, abusones, chulos… y la persona honrada nada más que se gana el respeto de unos cuantos y no llega demasiado lejos (normalmente)?
Podríamos decir que si no hubiese este tipo de personas y no se les respetase, quizás además de haber sociedades eficaces, las habría pero sin haber desigualdades entre las personas más ricas y las más pobres. Pero claro nuestro alumno seguiría insistiendo, pensando que no somos “héroes” que vamos a cambiar el mundo tan sólo por respetar y que mejor tener todas las cosas que quieres sin tener la obligación de respetar a los demás.
Así que, si aun así, sigue pensando que respetar no vale para nada… no se me ocurre que más podríamos decirle ¿Cómo le podríamos convencer? (seguiré pensando por el bien de nuestra escuela, pero me parece bastante difícil convencer a este alumno).
"¿Pero cómo convencemos a un alumno de que es bueno ser respetuoso incluso cuando a él no le traten con respeto?"
A este alumno le podríamos decir que las personas que realmente te quieren, se alegran por verte feliz, te ayudan… son las que te respetan, y si tú eres respetuoso podrás tener a este tipo de personas, porque por ejemplo si eres un chulo o un abusón y te respetan es por miedo o por que les interesa, pero no porque te tomen por un amigo ni nada por el estilo.
O por ejemplo, si a este alumno no le respetan sus padres puede ser porque estén pasando una mala racha y no estén sabiendo llevar la situación, así que le podríamos decir que si a él no le gusta como le están haciéndole sentir, debe de serle útil para comprender que debe respetar, aprender a ser respetuoso para no dañar a la que gente que te rodea.
¿Y por qué va a ser bueno negarle un deseo a un alumno acostumbrado a tener todo lo que quiere (¿No es acaso bueno tener todo lo que se quiere?)?
Sería bueno en el caso de que se le negase los típicos caprichos que tienen los niños para hacerles ver que no siempre se puede tener lo que se quiere porque sí, sino que hay que ganárselo y además así se le podría enseñar a que aprenda a pensar lo que realmente quiere y lo que no, aprendiendo a apreciar lo que tiene. Porque si se le concede todo lo que quiere no lo valorará porque no hace nada por conseguirlo sino que como todo se lo dan hecho… Aunque claro sólo será bueno si se le niegan cosas que pueden ser perjudiciales para él porque por ejemplo no se le negará el deseo de aprender, de participar, de ayudar… (por lo menos en nuestra escuela)
Bueno no me convencen del todo las respuestas que te he dado pero me parece un tema bastante difícil, convencer a los alumnos que deben de ser respetuosos, pero no se me ocurre nada mejor.
Saludos.
Hola Elena.
ResponderEliminarTienes razón, no es nada fácil convencer a alguien de que los tiranos y los chulos no son los más respetados. Hace tiempo vi una peli de mafiosos y le preguntaban al capo si era mejor el respeto debido al miedo o el respeto debido al aprecio que te tienen. El capo, después de pensarlo, decía que lo más eficaz era que le temiesen. ¿Tenía razón? Bueno, en la peli el capo acabó asesinado víctima del rencor y de otro capo que se hizo más fuerte. Así acaban muchos chulos, aunque no todos (Franco, por ejemplo, como suele decirse, murió de viejo en su cama y fue enterrado con honores de Estado. Y aunque hoy derriben sus estatuas y los niños lo estudien en la escuela como a un tirano, que le quiten lo bailado, ¿no?). Por eso hay que buscar, quizás, mejores argumentos. Veamos. Qué queremos cuando queremos que nos respeten. Seguramente muchas cosas, pero al menos queremos que nos tengan en cuenta, que nos consideren y admiren. Es obvio que al que se les “respeta” por miedo no se le admira ni se le tiene en cuenta por sí mismo (sino por el daño que puede hacernos: no lo consideramos ni admiramos a él, sino a sus perros, armas o músculos). Pero pongámonos en el peor de los casos: el respeto significa que te obedezcan, que se sometan a tu poder. Incluso en ese caso es más poderoso aquél al que quieren que al que temen. Al que temo sólo obedezco con mi cuerpo (con mi mente desprecio sus órdenes), y sólo en cuanto me ve y me puede castigar (y a veces, ni eso, si decido que mi dignidad está por encima y no le obedezco aunque me mate). Pero al que amo le obedezco y sigo con mi cuerpo y con mi mente (porque confío en él, porque lo admiro y lo quiero y estoy convencido de que seguirlo es lo mejor que me puede pasar), y no sólo cuando me ve, sino también cuando no me ve (basta con que me vea yo mismo). En el fondo es mucho más fácil que te respeten si te haces querer (que no si te haces odiar). Ahora bien, para que te quieran no puedes tratar a los demás de forma irrespetuosa (sin consideración, despreciándolos, no haciéndoles el más mínimo caso, etc.). ¿No? ¿Estás de acuerdo? ¿Crees que nuestros alumnos entenderán esto o no?
Pero hay algo aún más difícil de entender. Yo diría que incluso si alguien (o el mundo entero) te trata de forma irrespetuosa tu debes tender a ser respetuoso con los demás (e incluso con aquél que te falta al respeto). Estoy seguro de que incluso el niño al que en su entorno maltratan y tratan sin respeto tiende por naturaleza a respetar y a hacerse respetar por amor (no por temor). Lo que le ocurre (creo) es que le falta un “modelo” para que sepa canalizar esa tendencia natural. Y el modelo bien podríamos ser nosotros, sus profesores. ¿No?
Ahora bien, ¿por qué esa tendencia natural a respetar y a hacerse respetar por medio del aprecio y no del odio? (preguntará nuestro alumno)... Yo creo que el amor, el deseo de unirse al mundo y a los demás, es la natural tendencia al crecimiento que tenemos todos, y el amor implica respeto (consideración, admiración…) por lo que amo. Y el amor por uno mismo implica deseo de que me respeten (consideren, admiren…) por lo que soy (no por lo fuerte que es mi cuerpo y cosas así).
¿Y el que odia y le gusta que le odien y teman? (Volverá a preguntar nuestro alumno) Yo creo (aunque tendríamos que hablarlo más) que ese lo que quiere, en el fondo, es amar y que le amen, pero no encuentra otra forma de que le tengan en cuenta que odiando y siendo peligroso o temible… (Es poco, pero peor es que me ignoren, piensa, en el fondo, el tirano)…
Bueno: no quiero que me odies así que no me alargo más. Ya te respondo en otro momento a lo demás (sobre todo, al tema de si se le deben o no negar ciertos deseos a los niños). Mientras dime si estás de acuerdo o no con todo esto, y si ves que así convenciéramos a los chulos de nuestra escuela para que vayan dejando de serlo...
Saludos.
18 de octubre de 2009 20:17
Hola de nuevo!
ResponderEliminarSi, estoy de acuerdo con lo que dices, aunque con lo de que el respeto significa que se sometan a tu poder, no lo estoy del todo porque una persona puede ser respetada pero por eso no debes de hacer todo lo que diga e ir detrás suya como “un perrito faldero” como se suele decir. Si que es verdad que cuando se respeta a una persona (porque la admires, quieras… no en el caso del tirano, porque ahí ya hemos quedado en que si se le hace caso es por miedo y no por admiración) se suele hacer muchas cosas de las que dice y piensas que tiene razón en todo (como la admiras tanto…), pero también una persona a la que respetes se puede equivocar, nadie es perfecto y puede cometer errores o simplemente que tu forma de pensar en una determinada situación no sea la misma, por eso creo que también sería conveniente que en nuestra escuela ideal se les enseñe a los alumnos además del respeto, a pensar por ellos mismos, tener sus propias ideas y a intentar que no se dejen llevar por todo lo que dicen los demás y poder así proponer sus ideas con buenos argumentos o si están de acuerdo con lo que se dice estarlo de verdad porque estén convencidos y lo comprendan.
Estoy segura de que nuestros alumnos comprenderán sin ninguna dificultad que para que te respeten, para que te quieran no puedes tratar a los demás de forma irrespetuosa. Pero si algunos de ellos no están todavía totalmente de acuerdo podemos contarle la historia del ciudadano Kane, que si no recuerdo mal, narraba la vida de un hombre multimillonario que lo tenía todo, no le faltaba de nada y trataba a todos (amigos, sirvientes, familiares…) sin ningún tipo de respeto, usándolos para sus fines. Al final de su vida se daba cuenta de que estaba totalmente solo, no tenía a nadie nada mas que sus bienes materiales, y muere murmurando diciendo una palabra: “rosebud”, del que después se descubrió que era un trineo que tenía de chico cuando todavía vivía rodeado del afecto de las personas a las que quería. Con esta historia quizás piensen mejor y valoren más a las personas que les rodean y piensen que si vale la pena respetar para tener el cariño de los demás.
Me parece una buena idea que los niños que por cualquier circunstancia no encuentren un modelo en su familia para canalizar la tendencia que tenemos a respetar, lo puedan encontrar en los profesores, ya que a parte de su familia son las personas con las que más tiempo pasan desde pequeños.
Bueno creo que no se me olvida nada más que decir.
Saludos!
Hola Elena.
ResponderEliminarEstamos totalmente de acuerdo en lo del respeto, asi que podemos pasar a otra cosa de las que dejamos atrás. Por ejemplo: ¿se debe permitir que un niño tenga todo lo quiera? Esto parece un asunto, quizás, de la familia. Pero podríamos tratarlo en nuestra escuela. Yo creo que el niño debe estar informado de lo que cuestan realmente las cosas. La familia ha de contarle sinceramente lo que supone comprarle, por ejemplo, unas deportivas de marca en términos de trabajo, renuncia a otras cosas, fomento de ciertos hábitos de consumo etc. Y estaría bien, además, proponerle alternativas: “A ver, Pepito: ¿prefieres las zapatillas o que te matricule en una escuela de música o que gastemos el dinero en comprarle al abuelo un abrigo nuevo? ¿qué crees que es mejor?”. El niño tiene que afrontar cuanto antes estas decisiones sabiendo las consecuencias de cada opción, y después de haber razonado seriamente con él. Si después de haber razonado, por ejemplo (si ese es el caso), que es más conveniente gastarse la pasta en lo del abuelo, el niño será casi seguro coherente con ese razonamiento compartido (si aun así opta por el capricho, comprenderá que tú también puedas actuar a capricho y comprarle o no las zapatillas). Si la familia del niño es riquísima, el asunto sería el mismo, sólo que a escala más amplia (“si te compro las zapatillas no podré dar donar ese dinero a personas como tú que no tienen ningún zapato, etc”). El problema, claro, es que para que el niño comprenda esto no puede ver que sus propios padres ceden a sus propios caprichos y gastan el dinero irracionalmente (y esto parece casi imposible en las familias con dinero). En cualquier caso, el niño tiene que comprender perfectamente por qué no puede tener unas zapatillas. Si no lo comprende, el verá igual o más caprichoso que se las nieguen que el que se las compren, así que, más vale comprárselas. Una forma alternativa (aunque peor) de que el niño no sea caprichoso es darle, si se puede, todos los caprichos: un día u otro descubrirá lo poco que valen (aunque esta solución seguramente es mala, madurará tarde y siempre le quedará un poco de ese hábito irracional). ¿No? Por cierto, sería interesante pensar cómo haríamos en nuestra escuela: ¿todos los alumnos tendrían el mismo derecho a disfrutar igual de los recursos (ordenadores, bibliotecas, piscina --si la hay--, etc.), o cada uno tendrá un acceso proporcionado a sus merecimientos? ¿Qué crees?
Saludos.
Hola!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que se debería de informar a los niños (y no tan niños) e intentar que comprendan que las cosas tienen un precio y cuestan esfuerzo, por lo que no siempre podemos tener lo que queremos así porque si. Normalmente tendemos a quererlo todo, tenemos muchos caprichos y estamos acostumbrados a que la mayoría se nos concedan (bueno esto en los países desarrollados y en las familias que se lo pueden permitir, porque en los países subdesarrollados les es imposible tener caprichos, si apenas tienen para comer), por lo que no valoramos verdaderamente lo que tenemos. Así que, estoy de acuerdo en que se le debería poner a los niños en situaciones para que elijan entre por ejemplo, quedarse con unos juguetes a los que ya no hace caso (tienen tantos…) o dárselos a los niños más necesitados. Lo más seguro es que el niño diga que no, que él sigue jugando con ellos y no entiende por qué ha de dárselo a otros niños. Entonces les podríamos explicar la situación de los niños del tercer mundo y así quizás entrarían en razón para que se vayan concienciando de la realidad y aprendan a valorar lo que tienen. Para eso es necesario que tanto padres como profesores no les den todos los caprichos que el niño desee, porque sino pensará que siempre lo va a tener todo y no le va a faltar de nada. No creo que la mejor alternativa sea concederles todos los caprichos para que un día se cansen de ellos, porque quizás no se cansen y además cuando ya no dependan de sus padres sino de sí mismos, se verán en grandes apuros ya que no sabrán afrontar las situaciones en las que tienen que valerse por ellos mismos, esforzándose para conseguir sus metas.
Respecto a lo de nuestra escuela, si todos los alumnos tendrían acceso a los mismos recursos o instalaciones yo creo que sí, porque en nuestra escuela todos somos libres de utilizarlas o no. Pero si que podríamos proponer como una serie de “premios” a nuestros alumnos más aventajados y que más se esfuercen, para que así comprendan que las cosas no se regalan y hay que ganárselas, pero tampoco debemos de proponerlo como un premio para que sólo se esfuercen para conseguirlo, sino que aparte de aprender (amor al saber como decíamos) obtengan esa especie de recompensa. Por ejemplo en la clase de historia se ha propuesto hacer una excursión y los alumnos han elegido tres posibles sitios que visitar: Córdoba, Toledo y Burgos. Se le podría premiar a este alumno o alumnos con elegir el sitio que prefieran ellos (iré pensando que otro tipo de “premio” podríamos proponer).
Saludos!
Hola Elena.
ResponderEliminar¡Buf! Es un tema complejo, me parece, este de si dar o no dar a los niños todo lo que desean. ¿Y si podemos dárselo? (dirán algunos padres) ¿Por qué vamos a privarles de ello?... Es que luego, cuando salgan a la vida, no van a tener siempre lo que quieran, replican algunos… ¿Y qué? En ese caso, tendrán que adaptarse. También en la vida recibirán seguramente decepciones, traiciones, accidentes. ¿Tendrán que provocarles los padres artificialmente alguna decepción, traición o incluso accidentes para que así se vayan acostumbrando?... No sé a ti, a mi no me parece esto muy sensato…Yo lo que creo es que el niño tiene que saber que nada es gratuito (en ningún sentido) y, por tanto, lo que cuesta que él tenga esto u aquello, y que en este sentido mantenga unas relaciones “maduras” con el mundo del cual obtiene lo que desea. El problema de los niños inconscientes y caprichosos es que tienen adultos (padres, abuelos, etc.) inconscientes y caprichosos alrededor. Unos padres maduros harán saber a un niño, con sinceridad y naturalidad, que no están dispuestos a hacer horas extras (en lugar de otras cosas más interesantes) para comprarle unas deportivas de lujo. Y hay que convencer al niño (con la práctica y el ejemplo) de que es mejor para él tener unos padres que hagan cosas guays (por ejemplo, jugando con él) a unos padres que trabajen todo el día y no aparezcan por casa. Si los padres son unos sosos que dedican los fines de semana a ir ellos mismos de compras, el niño no comprenderá que él no pueda también “ser feliz” comprando cosas nuevas, y se enrabietará (con razón) si no le compran cosas... En este sentido, en nuestra escuela hemos de transmitir a los alumnos, en la práctica, con nuestro propio ejemplo, que hay cosas mucho más guays que estrenar deportivas o ropa de moda… ¿No?
En cuanto los recursos (libros gratis, acceso a ordenadores, excursiones, etc.) de la escuela no suelen ser ilimitados, habrá que distribuirlos según algún criterio. Dado que la procedencia familiar y social de los alumnos no será la misma, y nosotros creemos que todos tienen el mismo derecho a educarse, tendremos que considerar que un niño de familia pobre o inculta tendrá más necesidades y merecerá inicialmente más recursos. Una vez solventada esta desigualdad inicial (si es que alguna vez se logra), los alumnos accederían a los recursos en función de sus capacidades e intereses. Por ejemplo, si un alumno demuestra más capacidad e interés por la informática o la química será el primero en acceder al ordenador o el que disponga de llave del laboratorio (no es un "premio", es una justa retribución pensando en la conveniencia de todos). Pero lo primero es que todos puedan descubrir, en igualdad de condiciones, si les interesa o no la informática o la química o lo que sea.
¿Qué te parece?
Saludos.
Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que es un tema bastante difícil en el que ponerse de acuerdo porque esto depende de cada persona, de lo que cada uno considere bueno y malo. Como dices unos padres dirán que por qué no le van a dar todo lo que quieran si se lo pueden dar y otros dirán que así no estarán preparados para la vida. Creo que lo mejor aquí sería un punto intermedio, es decir, no conceder todos los caprichos que tenga el niño pero tampoco negárselos todos. Hacerles ver que todo en la vida tiene un precio y las cosas se consiguen con esfuerzo y que se den cuenta que más vale unos padres que como has dicho jueguen contigo, se preocupen por ti, hagan cosas más interesantes junto a ti que no unos padres que se pasen el día trabajando fuera de casa y después todos los fines de semana por ejemplo se dediquen a ir de compras (por lo menos esto es lo que pienso yo). En este último caso los padres no se podrán quejar de que su hijo quiera continuamente que le compren cosas, porque ellos mismos lo hacen y los niños tienden a imitar lo que hacen los mayores, el niño no podrá comprender por qué sus padres si pueden estar comprando todo el día pero él no. Puede que este sea el problema de que muchos de los niños cada vez sean más caprichosos e inmaduros, porque es como un círculo vicioso, los jóvenes de ahora (algunos, no todos) que están acostumbrados a tenerlo casi todo, a que si por ejemplo vemos un pantalón que nos guste ir inmediatamente a comprarlo, por lo que cuando sean padres seguirán haciendo lo mismo y lo transmitirán a sus hijos y así sucesivamente… Así que estoy de acuerdo contigo en que en nuestra escuela transmitamos estos valores en la práctica, para que nuestros alumnos aprendan a valorar realmente lo que tienen.
Estoy de acuerdo en cuanto al tema de los recursos. Lo más conveniente (y a la vez difícil) sería solucionar los problemas de desigualdades entre alumnos que pertenezcan a familias más pobres y los que pertenecen a una familia sin ningún tipo de problemas económicos, para que así todos estén en igualdad a la hora de descubrir lo que más les guste para poder poner a su disposición los recursos que sean necesarios.
Saludos!
Hola Elena. Tienes toda la razón en que es un tema difícil: unos pensarán que satisfacer todos los deseos de los niños es bueno y otros pensarán que es malo. Pero ¿puede ser lo bueno y lo malo según cada uno? ¿Todo el mundo (todo tipo de padres) tendría razón aunque hicieran con sus hijos cosas diferentes? ¿Es esto razonable?... Nosotros al menos como directores del colegio tendremos que estar de acuerdo acerca de lo que es bueno o malo hacer. Lo del término medio que dices lo encuentro problemático: ¿por qué unas veces sí le íbamos a conceder sus deseos y otras veces no? Yo creo que el niño tendría que entender y compartir por qué se le da o no lo que pide. De todos modos, en lo fundamental estoy de acuerdo contigo. Lo más importante es que enseñemos a los niños lo que valen de verdad las cosas. Yo creo que es controproducente prohibir algo a alguien. Lo ideal es que el niño (o, en general, la gente) prefiera las cosas más valiosas (como estar jugando o charlando con los amigos, etc.) a las menos (ir de tiendas, etc.). Pero tienen que elegirlo por sí mismos, sin que nadie le obligue a nada. En nuestra escuela podrán salir si quieren a comprar en lugar de hacer teatro o contar cuentos en la biblioteca. Si realmente es más valioso el teatro o los cuentos, acabarán por quedarse con nosotros. Seguro. ¿O no?
ResponderEliminarDe acuerdo del todo en lo segundo que dices. !Nuestra escuela va a ser de lo que no hay¡ !Nos van a copiar todos¡
Saludos.
Hola de nuevo!
ResponderEliminarRespecto a lo que me preguntas sobre si puede ser lo bueno y lo malo según cada uno, creo que cada uno tiene su manera de pensar y de opinar por lo que a cada uno le parecerá bien una cosa u otra. Por ejemplo, habrá gente que piense que esta escuela que estamos creando es magnífica y esté de acuerdo con nosotros en que esto ayudaría a mejorar la educación, pero habrá otras personas que piensen que es mal método, y los niños lo que necesitan es mano dura como la de antes y que nos les pasa nada por estar sentados seis horas escuchando al profesor sin rechistar. Lo ideal, por supuesto, sería que todos tuviésemos un mismo concepto de lo bueno y lo malo porque así estaríamos todos de acuerdo, aunque bueno ¿sería del todo bueno? O ¿sería esto posible? Somos diferentes unos de otros, pero si sería bueno que en ciertos temas tuviésemos una misma forma de ver lo bueno y lo malo (por ejemplo quizás esto mejoraría la política y dejarían tanto de discutir, poniéndose de una vez por todas de acuerdo para ayudar de verdad a los ciudadanos y no sólo actuar por sus propios intereses).
Estoy de acuerdo contigo en que en nuestra escuela por lo menos estemos todos de acuerdo en lo que es bueno y malo, porque sino acabaría siendo un instituto como los de ahora (unos ven bueno dar clases soltando el rollo de un tirón y otros ven bien hacer la clase más amena y dando algo más de libertad a los alumnos).
Lo que dices sobre que los niños deberían comprender por qué se les da o no lo que piden y que lo mejor sería que el niño aprenda a darle más importancia a las cosas realmente valiosas, estoy totalmente de acuerdo contigo. Prohibiéndole cosas no creo que le ayudemos mucho más que si le concediésemos todos ; al final y al cabo lo que queremos es que los niños sean cada vez más maduras y tengan más libertad para elegir lo mejor para ellos ¿No?
Si, nuestra escuela va a ser de lo que no hay… ahora sólo nos falta presentar un proyecto al gobierno para que se llevase a cabo ¿no? (¿será esto algún día posible…?)
Saludos!
Hola Elena.
ResponderEliminar¿Es sólo una cuestión de utilidad práctica el que todos compartamos una misma idea sobre lo que es bueno? ¿O es más bien una cuestión lógica? ¿Podría haber dos ideas igualmente verdaderas sobre que algo es bueno? ¿Pudiera ser que tuvieran igualmente razón el que piensa que hay que educar en libertad y el que cree que hay que educar a palos?... Si esto fuera así, ¿merecería la pena discutir o dialogar sobre el asunto? ¿O merecería la pena intentar educar a los niños? (Siempre te podrían decir, con razón, que lo que es bueno para tí no es lo bueno para ellos)...
A lo último que dices, no sé que responder. ¿Sería posible que un gobierno nos financiase nuestro proyecto? Todo lo lógico es posible, y sería lógico que un gobierno preocupado por que los ciudadanos sean las mejores personas posibles, financiase nuestro intento de educarlos como personas... Pero primero tendríamos que hacer un esfuerzo titánico, creo, para convencer a los demás de que es mejor educar por convicción que por obligación, que los profesores han de ser absolutamente lo contrario a policias, que las escuelas han de ser absolutamente lo contrario a cárceles, que los alumnos han de aprender a elegir absolutamente todo cuanto antes... ¿Qué? ¿Te crees capaz de convencerlos? Podríamos empezar por convencer a nuestros amigos y colegas estudiantes y profesores. ¿Crees que lo conseguiríamos?...
Un saludo!
Hola!
ResponderEliminarQuizás sea una cuestión más lógica la idea de lo bueno y lo malo, pero las personas le damos una utilidad práctica empleándolo en distintas situaciones. Respecto a lo de si puede haber dos ideas igualmente verdaderas sobre algo que es bueno o malo, creo que no podría ser así, simplemente una se impone sobra la otra o sino se complementarían por lo que acabarían siendo la misma verdad.
Como dices, lo lógico sería que un gobierno hiciese todo lo posible por el bien de los ciudadanos, pero como está visto que lo que debiera ser muchas veces no se cumple, porque fuesemos con nuestro proyecto me temo que no nos harían caso. Primero deberíamos convencer a los demás, (a lo mejor solo nosotros dos y algunas personas más comparten esta idea de escuela ideal) cosa que me resulta bastante difícil. Nos podríamos pasar discutiendo de este tema muchísimo tiempo; algunos padres nos dirían ¿qué es lo que queréis una escuela en la que estén tanto profesores y alumnos de “cachondeito”? (podrían pensar que clases amenas es eso), así que entonces nosotros les tendríamos que aclarar que eso no es así, sino que hacer clases más amenas significa no estar toda la hora sentado escuchando como te sueltan un royo, sino que hay otras maneras de aprender y no hace falta estar como “el policía y el ladrón”, también les podríamos preguntar a uno de esos padres : ¿cuándo vas por ejemplo al trabajo a la panadería al mercado… te gusta que te traten con amabilidad, como a una persona con sentimientos? Lógicamente nos contestaría que si, por lo que no le debería costar de entender que de eso se trata de que haya un trato como verdaderas personas. También algunos profesores nos podrían decir, si claro todo esto muy bien a mi también me gustaría entrar en una clase y que sea así pero es que después nada más que le das un poco de confianza no te toman enserio y están todo el rato de risa; pero para eso ,contestaríamos nosotros, queremos una educación como la que estamos hablando, educar a los niños de pequeños con los valores más importantes y sobre todo lo fundamental: que aprendan a pensar y decidir por ellos mismos, que no vean la educación como un castigo sino como un disfrute y una de las etapas más importantes y en las que más se disfruta (pienso yo). Bueno nos podrían seguir poniendo miles de pegas… pero quizás vayamos cambiando la mentalidad poco a poco, el ser humano está en continua evolución (para bien o para mal) y por ejemplo la educación ha cambiado mucho de aquí ha 30 o 40 años atrás, pero claro como están las cosas no se sabe porque parece que los políticos hacen cambios en la educación para hacer como que hacen algo y realmente no miran por el bien de los ciudadanos. Además el otro día oí en la radio que no se quien propuso la idea de que se debería de alargar la educación obligatoria hasta los 18 años, así que esto no lo entiendo tanto que se quejan de la educación ¿quieren meter a los muchachos hasta esa edad en escuelas si realmente no quieren estarlo?, no tiene ninguna lógica.
Pero bueno no hay que perder la esperanza, quizás algún día lleguemos a ver escuelas de este tipo; mientras tanto supongo que los alumnos se tendrán que conformar con que les toquen profesores como los ideales que tendríamos en nuestra escuela, y los profesores con alumnos que todavía tengan ganas de estudiar y sino intentar inculcar una educación como la que venimos hablando.
Saludos!
Hola Elena.
ResponderEliminarEs verdad todo lo que dices. Es muy difícil convencer a los demás de todo lo que hemos pensado (sobre todo, a los adultos, padres y profesores entre ellos, que suelen ser --por suerte no todos-- un poco reacios a considerar las cosas de un modo que no es el acostumbrado). Es curioso lo que dices del cachondeíto y la risa. Los profes les tenemos a veces un miedo a la risa un tanto... risible. Cierto que hay muchos tipos de risas, pero para mí que todas son buenas y convenientes. La risa de satisfacción y alegría (que mejor que aprender así, riéndose). La risa de burla o histérica (que mejor y más espontánea señal de que algo no marcha bien y que hay que corregirlo). Etc. Con la risa se defienden las personas de lo que les parece ridículo, absurdo, agobiante... ¿Por qué prohibirles ese modo de defensa natural?... Bueno, al grano. Aunque lo tenemos difícil, no hay que perder el norte. Y yo diría que el norte es seguir buscando argumentos, cada vez mejores, para convencer a los demás. Hemos de partir de la idea de que todo el mundo se deja convencer, al final, por las ideas que son realmente buenas. De otro lado, tenemos buenos motivos para pensar que el deseo de aprender de verdad, de dialogar con los demás como personas, de crecer juntos (que es la única manera de crecer) y de dejarnos seducir por el maravilloso misterio que nos rodea (y nos habita) es algo que tiene todo el mundo, sólo hay que provocarlo para que salga. De hecho, como tú dices, aun en las peores condiciones siempre hay personas que quieren aprender. Desde luego, las más sabias saben que la queja no es más que una excusa para no atreverse a hacer...lo que en el fondo uno quiere (aunque aún no lo sepa del todo, o le de todavía demasiado miedo). Como dijo alguien, si no tienes lo que quieres, no te quejes, quiere lo que tienes (así estarás en mejor situación de tener finalmente lo que deseas)... No perdamos, pues, el ánimo y sigamos con nuestro proyecto.
Un saludo.
El otro día un profesor nos dijo una frase que bien podría encajarse en la educación que impartiríamos en nuestra escuela ideal, de la que venimos hablando.
ResponderEliminar"La mayor de las injusticias es tratar a los demás por igual"
Claro que hay que tratar a los demás como a verdaderas personas, respetando los derechos que tenemos, pero a la vez como personas que somos tenemos necesidades, gustos, características diferentes por lo que por ejemplo los alumnos no tenemos los mismos intereses y lo ideal sería atender o al menos intentar al máximo a cada uno por sus inquietudes.
Saludos!
Hola Elena.
ResponderEliminarOk. Otra cosa en la que estamos de acuerdo. Por cierto, esa frase la dijo el gran filósofo Aristóteles hace ya muchas lunas. Y sin embargo yo añadiría lo siguiente. Aunque cada persona muestra inicialmente necesidades, gustos, etc., diferentes, la educación consiste en ir descubriendo juntos que sólo hay ciertas necesidades, gustos, formas de ser, etc., verdaderos y buenos, y que éstos lo son para todos. ¿Estás de acuerdo?... Está muy bien considerar la diferencia individual de cada uno (eso es un hecho, y hemos de aceptarlo como tal). Pero también está muy bien que nos acostumbremos a discutir (amablemente, pero también con objetividad) acerca de nuestras diferencias. Bueno, de hecho todo el mundo lo hace: a todo el mundo le gusta, más o menos, expresar su particular individualidad y tratar de mostrar --aun inconscientemente-- lo guay que son sus gustos, su manera de ser, sus opiniones, etc. Yo creo que en nuestra escuela, además de aceptar las diferencias, hemos de plantear si hay modos de ser que sean mejores que otros. Esto creo que es importante para educar: tener un modelo claro de lo que debe ser TODO ser humano. ¿Estás de acuerdo? ¿O crees que no hay nadie mejor que nadie (sino diferente), como dice mucha gente?
Un saludo.
Hola Víctor.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que la educación consiste en ir descubriendo juntos (sólos quizás no seríamos capaces porque necesitamos siempre guiarnos y es mejor comparar nuestro punto de vista con otras personas que puedan tener otro para poder reflexionar para saber que es lo mejor) las necesidades,gustos... mejores y verdaderos, ya que tendremos que tener un concepto o ideal de persona a la que queremos llegar con la educación.
Me parece muy importante lo que dices de tener un modelo de lo que debemos se todos los humanos, sino sería un caos porque si cada profesor enseñase una forma de ser a los alumnos y estas formas de ser fuesen totalmente diferes haríamos un lío a los alumnos (bueno esto yo creo que pasa en la educación que tenemos hoy), así que por lo menos en nuestra escuela deberíamos de tener un ideal que alcanzar. Respecto a lo de si las personas somos diferentes o hay gente mejor que otra, creo que si hay personas diferentes en cuestión de gustos, de manera de ser... pero al igual que existen estas diferencias unas personas serán mejores que otras. Por ejemplo comparando dos médicos; entre ellos habrá cosas en común y cosas en la que se diferencien pero en esas diferencias harán que uno sea mejor médico que el otro.
Un saludo!
Ah!Una duda. El otro día en clase hicimos como un concursillo en la que nos hacían preguntas de cultura general, y una de las preguntas fue "Di alguna obra escrita por Sócrates" y la respuesta era que ninguna ¿es esto verdad? entonces ¿cómo conocemos hoy los pensamientos y lo que dijo Sócrates?
Hola Elena.
ResponderEliminarDe acuerdo, entonces. Quién quiera educar ha de tener un ideal de persona (y, a ser posible, encarnarlo él mismo, es decir: predicar con el ejemplo). ¿Adivinas lo que te voy a preguntar? Dime cómo es tu ideal de persona. De lo que pienses (y pensemos) sobre esto dependerán los valores que habremos de transmitir a nuestros pupilos. ¿No?
Sobre lo que preguntas de Sócrates, éste es un personaje bastante enigmático, que en efecto no dejo nada escrito. Sabemos de sus ideas por otros que escribieron sobre él (aunque no se sabe bien cuanto es de la propia cosecha de los que escribieron y cuanto del Sócrates original). El que más escribió de él fue su discípulo Platón, que convierte a Sócrates en el prota de casi todos sus diálogos. Si lees, por ejemplo, el Banquete, uno de los diálogos de Platón, tendrás una descripción fascinante de este extraño ser capaz de dormir de pie, que por mucho que bebía jamás se emborrachaba, que siendo feo como un demonio enamoraba a los muchachos más distinguidos de Atenas, y que, sobre todo, daba clases de filosofía ambulante por las calles de Atenas, tan "peligrosas" que los poderosos de la época lo encarcelaron y acabaron matándolo...
Saludos.
No sé por qué nunca me ha gustado la pregunta de quien sería mi ideal de persona, pero está claro que para educar hay que tener una referencia, así que por el bien de nuestra escuela intentaré definir los valores que debe de tener una persona.
ResponderEliminarAlgunos de los valores que deberíamos transmitir a nuestros alumnos ya los hemos dicho, como por ejemplo el respeto; creo que el respeto es la base fundamental en una buena educación y lo que sustenta las relaciones entre personas. También me parece esencial en una persona, la inteligencia; una persona culta con la que se pueda hablar de casi todos los temas y a la vez una persona sencilla, humilde y concienciada con lo que le rodea; saber apreciar lo que tenemos para así disfrutarlo con mayor intensidad y también intentar alcanzar lo que realmente queremos, por lo que también sería esencial lo que ya dijimos de que desde pequeños deberíamos de aprender a separar lo que realmente queremos de los caprichos que finalmente no sirven para más bien nada. En nuestra escuela creo que deberíamos enseñar a los alumnos a ser cada vez mas autónomos, ser realmente libres y no dejarnos llevar por las ideas de los demás o saber argumentar el por qué si estamos de acuerdo con las ideas de otra persona. Además, me parece importante una persona divertida, con sentido del humor, que sepa llevar las cosas con tranquilidad y no agobiarse por lo que también sería importante el saber organizarse; hay tiempo para todo, tanto para estudiar como para salir con los amigos (aunque claro a nuestros alumnos no les desagradaría estudiar ya que estamos hablando de una educación libre, por lo menos a muchos de ellos). La bondad y la solidaridad también me parecen valores imprescindibles para la base de una buena sociedad y de una buena educación; en nuestra escuela intentaríamos que todos se ayudasen entre ellos y podríamos evitar así por ejemplo los típicos problemas del “guay” que se mete con el “empollón”.
Sobre todo, intentaría evitar cosas que caracterizan a una parte de la sociedad de hoy en día que me hacen pensar en que es absurdo la generalización de que los humanos somos racionales; me parece que muchas personas no lo son. Por ejemplo, los programas “basura”, del corazón; en los que parece que nadie tiene dignidad y venden su imagen por dinero (algunos famosos) y los periodistas que hacen este tipo de periodismo. O también muchos de los famosos que se gastan millones en caprichos que realmente no valen para nada (eso pienso) cuando hay miles de personas que se están muriendo de hambre; no creo que la felicidad se consiga a base de caprichos que cuestan mucho dinero.
Bueno creo que más o menos así sería mi ideal de persona, si se me ocurre algo más lo pondré.
Un saludo!
Gracias por la aclaración de lo de Sócrates, cuando tenga un poco de tiempo para leerme un libro tranquilamente, me leeré el Banquete.
Hola Elena.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu retrato robot de la persona ideal. Es excelente. Ahora: ¿crees que coincide este retrato robot con el que tienen las personas de nuestro entorno (y, por tanto, los niños que vengan a nuestra escuela)? ¿Serías capaz de hacer, ahora, el retrato robot del ideal de persona según la mayoría de la gente que conoces? (Es un ejercicio interesente, pues te permite conocer mejor a los demás).
Seguramente encontrarás que lo que valora la mayoría no coincide con tu ideal. Por ejemplo, para la mayoría de la gente es muy importante ser famoso y rico (y por eso venden su vida en la tele), o es más valioso vivir sensaciones y emociones fuertes que ponerse a pensar en por qué hace las cosas, o que es más guay vivir con espontaneidad y frescura que no organizarse la vida, o es bueno ser bueno y solidario siempre que eso no le perjudique a él y a su familia, etc., etc.
Educar, como ves, es una tarea fascinante: consiste en ayudar a que las personas se cambien a sí mismas, demostrándoles que pueden ser mejores, sin más ayuda que la palabra, el diálogo, el humor, los juegos (la relación humana, en general)… Veamos un ejercicio práctico. Yo soy una alumna tuya, tengo 15 años, y me chifla lo que tú llamas telebasura. Quiero ser famosa y rica como los famosos. Ese es mi objetivo en la vida. Tú sabes que yo podría ser mejor si en mi modelo de persona hubiera otros valores, pero eso… tienes que demostrármelo. Empieza la clase…
Un saludo!
Hola!
ResponderEliminarBueno el ideal de persona según otras personas me será más difícil de describir pero lo intentaré con un sector de personas de mi edad más o menos.
Creo que para mucha gente el respeto no es uno de los valores más importantes, como dijimos, sino al contrario el respeto es más bien inexistente ¿para qué respetar a los adultos, sobre todo a los profesores, si nada más que hacen molestar y hacerte la vida imposible yendo detrás tuya para que estudies, hagas esto hagas aquello…? si piensan que no les respetan a ellos ¿por qué respetar? En el ideal de estas personas tampoco aparece la inteligencia porque creo que la ven como sinónimo de “empollón” y pérdida de tiempo, refiriéndose a los compañeros de clase que mejores notas sacan por ejemplo. El lema para muchos es “no pienses, limítate a vivir la vida”; tienen la idea de que la buena vida es estar de fiesta en fiesta con los amigos, estar todo el día sin hacer nada, las clases no sirven para nada… (cosa que no entiendo, ¿por qué es mejor tirarte la vida de juerga haciendo solo eso?¿por qué se tiene la idea de que las personas inteligentes o estudiosas no se divierten? Según mi opinión, creo que estas personas disfrutarán más ya que disfrutarán con sus amigos igual y además también aprovechan las clases y les gusta). Así podríamos decir que el ideal de amigo sería el típico que se tira en clase sin estudiar, haciendo gracias, el que se lleva a todas las chicas y el que se coge todos los fines de semanas “una buena”. También el futuro que ven como mejor salida es el de convertirse en una persona famosa con muchísimo dinero y encima sin hacer nada más que salir en la tele y hablar un poco de su vida privada; por lo que no valoran ni la dignidad ni la honradez (a mi al menos no me parece una manera digna de ganarse el dinero).
Creo que así más o menos sería el ideal de muchas personas.
Sigo abajo con el resto del comentario
Buf cada vez me lo me pones más difícil, a ver cómo consigo convencer a esta alumna…
ResponderEliminarComo te declaras fan de la telebasura, supongo que no querrás ser famosa por ser una gran científica, escritora, filósofa… y seguirás los pasos de personas como por ejemplo Belén Esteban. Bueno lo primero que haría sería mostrarte o darte a conocer el ideal de persona que tengo yo y te pediría que me dijeras si estás de acuerdo conmigo o no, y como supongo que será que no me tendrías que dar tus argumentos y cuál sería tu ideal de persona, que posiblemente coincida con lo que he puesto más arriba. Aquí, te tendré que intentar demostrar por qué es mejor mi ideal de persona que el tuyo; comenzaría diciéndote que la fama y el dinero no dan la felicidad, a lo que tu me podrías responder que estarás rodeada de amigos y gente que te admire pero ¿estás segura que si llevas ese tipo de vida, vendiendo tu vida en televisión, tendrás realmente amigos o simplemente serán interesados que se acercan a ti por el dinero? Bueno no digo que no vayas a tener ningún amigo pero además seguramente si sigues ese camino serás una persona más bien inculta, por lo que no sacarás todo el provecho de las personas y cosas que te rodean. También te podría poner ejemplos de personas como Paris Hilton o Britney Spears, las cuales venden su imagen de una manera vergonzosa, llevando una vida de excesos incluso llegando a ingresar en centros de desintoxicación; así quizás te haga ver que a veces estas personas tan afortunadas por tener tanto dinero, acaban echando sus vidas a perder. Además te intentaré inculcar los valores de dignidad y honradez, para que no escojas un futuro en el que dependas de ganar dinero tan sólo hablando de tu vida personal o criticando la vida de otras personas en televisión, y que más vale pasar algunos apurillos económicos pero rodeada de personas que realmente te quieren y admiran o también se puede conseguir dinero (si eso es una de las cosas que te preocupan) de manera honrada y encontrar un trabajo que realmente te guste, y así sacar el máximo provecho a tu vida o también si consigues ganar mucho dinero, podrías invertir una parte en ayudar a personas más necesitadas y así de paso podremos hablar de esta tema y así conseguir que estés concienciada con los problemas que hay en el mundo, tales como la pobreza, la esclavitud, explotación infantil…
Bueno no sé si te habré dado buenos argumentos y habré conseguido convencerte, espero que al menos haya conseguido hacer pensar un poco sobre todo esto a esta alumna.
Saludos!
Hola Elena.
ResponderEliminarCasi solo puedo felicitarte por tu análisis del "alumno guay" y por tu convincente discurso posterior. Aunque, como soy así de impertinente, voy a ponerte algunas pegas y a hacer de abogado del diablo.
Yo soy el alumno guay (y tu puedes ser, por ejemplo, una jefa de estudios, que estás intentando que cambie). Yo te diría lo siguiente:
- No respeto a los profes, cierto. Como ellos no me respetan a mí. Me tratan a gritos, me toman por un niño o una especie de mecanismo que debe hacer lo que ellos dicen (y no lo que a mí me apetece) sin que me den ninguna razón convincente para hacerlo (y la prueba de que no me dan razones convincentes es que no me convenzo y sigo haciendo de las mías).
- Si la inteligencia que me venden es aprender de memoria las fases de la revolución francesa y saber resolver problemas de física que no me resuelven nada que tenga que ver con mi vida, paso de la inteligencia, oye. Es mucho más divertido meterme con algún compañero o con el profe, o tontear con las chicas (es más diver porque así aprendo más sobre la vida, las personas, el amor; no dices tú que lo más guay es aprender...).
- ¿Qué le vamos a hacer? Yo no me divierto en las clases. Y me lo paso casi siempre mejor en las juergas. Allí hago y aprendo un montón de cosas: relacionarme, decir cosas ingeniosas y reírme (incluso a veces discuto de cosas con los colegas), seducir, cantar, bailar...amar (cuando se da la ocasión). ¿Te parece poco? En clase no me dejan hacer nada de todo eso.
- Y bueno, en el futuro claro que quiero ser rico y famoso, ¿por qué no? ¿Qué me ofrecéis los profes a cambio? ¿Qué tendría que ser: cómo vosotros? ¡Con lo aburridos y tristes que me parecéis la mayoría! ¡Se os ve tan hartos de vuestro trabajo! Se supone que lo guay lo hacéis fuera de él, pero yo de eso no sé nada...
- ¿Para qué quiero ser un gran científico, escritor o filósofo? Me parece un sinsentido pasarse la vida mirando células por el microscopio. Y las novelas son divertidas a veces, y escribir puede ser guay. Pero los escritores guay seguro que han vivido mucho y no se han pasado la vida tristemente de aula en aula. En cuanto a los filósofos, no conozco más que a profes de filosofía que no hacen más que hablar y hablar sin que se sepa de lo que hablan (¡Y yo quiero vivir, no hablar de la vida!).
- Yo veo que gente como París Hiltón y eso, tienen muchos amigos no sólo por la pasta, también porque son divertidos y están siempre viviendo experiencias diferentes (incluyendo las experiencias que se viven gracias a las drogas). Quizás acaben enfermos o mueran jóvenes, pero es mejor eso que no llegar a viejo tras 80 años de aburrimiento.
- No veo porque habría de ser honrado ni ayudar a la gente pobre. ¿Qué gano con eso? Si puedo conseguir dinero sin tener que torturarme trabajando (y me han enseñado que el trabajo es, en general, un esfuerzo y un sacrificio), ¿por qué no voy a hacerlo? ¿Y qué me ha de importar a mí que otros no tengan que comer? Lo siento, pero no es mi problema...
Lo dejo aquí. A ver esa jefe de estudios como reacciona.
Un saludo!
pd. Por cierto, te recomiendo que leas en el blog de Juan Antonio (Cavernosofía segunda planta) la entrada dedicada a la educación en Platón (donde además se te menciona).
Hola!
ResponderEliminarBueno no sé si te refieres a que me ponga en el lugar de una jefa de estudios más bien estricta en cierto sentido como la puede haber en nuestros institutos, pero yo me pondré en el lugar de una jefa de estudios de nuestra escuela ideal; quizás si me pusiese en el primer caso sólo tendría que decirle que las cosas no son así, que se ponga a estudiar y se deje de tonterías.
Así que, allá voy. Lo primero que te diría es que por una parte te comprendo y es completamente lógica tu desgana a la hora de estar en clase, pero a la vez pienso que tampoco te puedes quejar de que te traten como a un niño, porque la actitud que tienes es concretamente como la de un niño totalmente inmaduro; es cierto que los profesores no te deberían faltar al respeto, pero si tu respuesta es totalmente infantil (molestando en clase, metiéndote con tus compañeros…) no conseguirás absolutamente nada. Quizás este reproche que haces, sea solo porque no consigues lo que quieres y le echas la culpa a cualquiera. Piensa que si un profesor es el típico que te suelta el royo y sus clases son insoportables tendrás que poner de tu parte para sacar el máximo de esa asignatura (en nuestra escuela ideal tendrías la posibilidad de escogerla, aunque en tu instituto de ahora quizás no) y sacar lo máximo de ti. Imagínate, que este año en historia te ha tocado un profesor de este estilo, pero a ti te encanta la asignatura e incluso quieres dedicarte a ella en el futuro, ¿por qué te vas a amargar un año si es lo que más te gusta? Es cierto que lo ideal (así debería ser) es que te dé clases un profesor que tenga ganas de enseñar realmente y haga clases amenas e interesantes pero sino pues creo que hay ser un poquitín maduro e intentar sacar lo máximo en situaciones adversas y a la vez sacar provecho de los profesores que se asemejan a los que estamos imaginado para nuestra escuela ideal (que los hay, y sino se les acercan bastante).
En cuanto a lo que dices de la inteligencia, tienes razón no tiene sentido si te la venden como memoria, pero tú no tienes por qué aprenderte las cosas de esta manera, tienes que ser autónomo y si realmente quieres aprender algo aprenderlo a tu manera y comprendiéndolo realmente, no sólo para ponerlo en un examen (así podrás aprobar los exámenes y además tendrás ventaja respecto a tus compañeros que se lo hayan aprendido de memoria, tú habrás aprendido realmente).
¿Quién te dice que no te diviertas en las fiestas, bailes, cantes, ames…? Eso es una suposición tuya, piensas que las personas estudiosas no pueden estudiar y pasárselo bien en una fiesta y ligar con alguien, por ejemplo. Claro que también puedes aprender en las fiestas, de tus amigos, de tus experiencias… pero ¿acaso no sacarás más provecho de todo si te formas para ser una persona culta? Además vale ahora tienes 16 años y puedes estar de fiesta en fiesta mientras te dan dinerito tus padres, pero ¿cómo te ganarás la vida para ir de mayor de fiesta en fiesta? Si no estudias y no te ganas un futuro realmente bueno, acabarás quizás en un trabajo en el que no tengas un sueldo muy alto y encima lo más seguro es que ni te guste. Entonces me podrás decir “¡Ah! Vale…que lo que tu quieres es que me amargue ahora estudiando para después de mayor quizás no tener un trabajo bueno porque no haya tenido buena suerte”, pues no; lo que te recomiendo es que ahora mientras estudies sepas disfrutar, tanto de lo que aprendes cada día en clase como de tus amigos, se pueden hacer muchas cosas a la vez.
*Sigo abajo
*No tienes por qué ser igual que los profesores, ellos no te incitan a ello, sino que su obligación es (o debería ser) enseñarte todo lo posible para que el día de mañana llegues a ser incluso mejor que ellos. Y además ¿por qué dices que los profesores son aburridos? En clase a lo mejor no están de risa todo el rato o parecen más serios, pero no los conoces fuera del aula; además creo que muchas veces se tiene una concepción del profesor como solo eso, y no es así, los profesores son ante todo personas. Así, puesto que son personas los habrá mas divertidos que otros, y como dices puede haber algunos que estén amargados con su trabajo (lo que es una pena pues en la mayoría de los casos perjudica al alumno), pero no hay que generalizar.
ResponderEliminarDices que es un sinsentido dedicarse a mirar células, escribir, o hablar como lo hacen los filósofos; pero tampoco tienes por qué dedicarte a esto, hay muchas profesiones más. Pero en cualquier caso, veo mucho más interesante hacer alguna de estas tres cosas que pasarse la vida de bar en bar o de fiesta en fiesta sin hacer realmente nada; ¿no sería un poco cansino dedicarse a lo mismo toda la vida?
En cuanto a lo que dices de Paris Hilton y eso, me parece que eres muy tajante te vas de un extremo a otro ¿no se puede vivir disfrutando de la vida sin aburrirte y no morirte joven porque te hayas “inflado” a drogas?
Por último, quizás para poder ser solidario con la gente mas desfavorecida, nos tendríamos que dar cuenta de lo afortunados que somos de tener una casa, un instituto, ropa, comida, agua y miles de cosas que no apreciamos realmente; ¿crees que es justo que haya millones de personas muriéndose de hambre y de enfermedades? ¿Qué haya millonarios que no han hecho nada realmente bueno para ganar ese dinero y gente que no tiene culpa de nada pague por unos cuantos poderosos a los que no le da la gana de hacer nada por mejorar el mundo? Claro así mucha gente como tú piensa que si ellos no hacen nada por qué lo vas ha hacer tú si no tienes ningún poder; pero por eso creo que es importante que nos concienciemos por lo menos para apreciar lo que tenemos.
Saludos!
pd.Me pasé por el blog que me dijiste, está muy bien; me llama mucho la atención que ya Platón tuviese esas ideas y sobre todo que llevemos tantísimos años con este problema en la educación.
Jo, Elena, pedazo de jefa de estudios. A ver qué puedo contestarte yo, que soy pedazo de alumno super guay.
ResponderEliminar1. Casi me convences. Si me porto como un crío me merezco que me traten como un crío. Un momento... ¿me merezco eso? ¿No se supone que el inmaduro soy yo y el maduro es el profe (si no, que me pongan de profe a mí, o un rato cada uno)? Si yo soy un inmaduro es justo porque estoy aprendiendo (y madurando). Y si el profe es el maduro y quiere que yo madure, no me puede tratar como yo lo trato a él, sino mejor. Pero el hecho es que no me trata mejor, sino igual que yo a él, por lo que yo sigo siendo un crío. Y si alguien tiene que romper este círculo vicioso supongo que tendrá que ser el que más sabe, el más maduro: el profe! Cuando él me respete y me enseñe a respetar, yo podré parecerme, poco a poco, a él.
2. O sea, que me lo tengo que currar yo. Si quiero desarrollar mi inteligencia (y no la memoria y las buenas costumbres, que es lo que parece que aprecian mis profesores)lo tengo que hacer yo solito. Ok. ¡Qué me dejen salir antes o no ir a clases, entonces, para que tenga tiempo (mucho tiempo, porque no tengo quién me enseñe) para desarrollar esa inteligencia! Además, eso que dices de que es compatible desarrollar la inteligencia, la creatividad y todo eso, con llevar bien el curso, no sé. Recuerdo compañeros que por pasarse de listos (en lugar de recitar al profe lo que quieren oír) han cosechado hermosos suspensos.
3. Vale. Yo no sólo me divierto en las fiestas. También toco la bateria. Me encantan los videojuegos. Chateo con mis coleguis. Discuto con mis novias. Leo mis comics. Me van los juegos de rol. Le doy al baloncesto. Me gusta salir al campo... ¿Sigo? Todo eso (y más cosas que también hago, organízandome para ello) me divierten. Las clases del instituto, no. Lo siento. ¿Para qué quiero, además, ser culto? ¿Para ir a los concursos de preguntas de la tele? Mira, yo conozco un porrón de gente que sabiendo mucho menos que yo se han forrado, por ejemplo, comprando y vendiendo casas, haciendo negocios, etc. Y conozco a muchos pringaos culturetas que llevan veinte años con su mísero sueldecillo, cuando no en el paro...
4. Oye, que yo aprecio lo que tengo, por eso quiero cada vez más, jeje. Lo de la justicia esta bien. Reconozco que el mundo tal como está es injusto. Pero la verdad es que me preocupa poco, primero porque esa injusticia me conviene un poco (sé que puedo tener un ordenador y una moto guays y baratas porque hay por ahí gente pobre trabajando con sueldos de miseria, etc.), y segundo porque, ¿qué puedo hacer yo? ¿Voy a amargarme el poco tiempo de la vida en una lucha utópica por la justicia (cosa, que, por cierto, tampoco tengo muy claro lo que es)?...
Un saludo, y gracias por tu esfuerzo, pero vas a tener que seguir convenciéndome...
Hola!
ResponderEliminarBueno la verdad es que son muy buenos argumentos y va a ser difícil mostrarte lo contrario, pero no me voy a dar por vencida ¬¬ …
Vale, tienes razón en que si los profesores son las personas maduras y tú eres el que tienes que aprender de ellos para llegar a serlo, no deberían tratarte como tú lo haces con ellos. Aunque también es verdad que si tu conducta se repite continuamente y por más que te digan no la cambias y llegas a los 16 años y sigues igual de inmaduro que cuando tenías 10 (en cuanto el comportamiento en clase), pues quizás llegue a ser un poco desesperante para el profesor (además que no serás el único que tenga este comportamiento en clase, por lo que es más duro todavía). Entonces me dirás “si pero ante todo la obligación del profesor es que me trate bien para así yo poder tener una buena referencia de persona madura”. Pero aunque esto sea así creo que el alumno debe de poner de su parte, porque a lo mejor tú eres respetuoso con tus amigos, familia… y con los profesores no, tan solo porque no te guste el instituto. Pero ellos no tienen toda la culpa de que tú tengas que estar en la escuela y no la aproveches. Aunque de todas formas estoy de acuerdo contigo en que primero debe ser el profesor el respetuoso, ya que los alumnos desde pequeños tienen como modelo de referencia tanto a padres como a profesores.
Bueno te doy la razón en que es difícil desarrollar un tipo de inteligencia así cuando la mayoría de tus profesores te imponen una forma de estudio como la memoria y además que lo tengas que aprender fuera de clase, como una actividad extraescolar (¡como si no tuvieses cosas que hacer ya! ¿no?). En nuestra escuela ideal esta forma de inteligencia se estaría desarrollando continuamente y los profesores la enseñarían a los alumnos, pero claro estamos en un instituto real y aquí pues no todos los profesores son iguales; así que pienso que aunque te suponga un esfuerzo, lo deberías de hacer ya que esto es en beneficio tuyo y además no lo tienes por qué hacer tú solo, sino que te puedes ayudar de los profesores que si estén a favor de este tipo de inteligencia o más o menos así. Por ejemplo, imagínate que tu profesor de historia te obliga (o cree que es la mejor manera de estudio) a estudiarte todo por la fuerza y sin que comprendas nada de lo que dices, pero en cambio tu profesor de latín es todo lo contrario y lo que quiere es que sus alumnos ante todo comprendan lo que se les enseña; pues entonces lo que tendrás que hacer es aplicar el método de el profesor de latín a la asignatura de historia. Y bueno, sobre lo que dices de que algunos alumnos por hacer las cosas a su manera han suspendido, pues vale que es verdad que se dan casos en los que el profesor solo admite su método pero si lo que pone en el examen está bien y demuestras que es así pero explicado de otra manera, no tienes por qué tener problemas.
*Sigo abajo
*Lo que dices en el tercer punto me parece estupendo, ¡cuántas más cosas te gusten mejor! Pero acaso ¿no aprendes a hacer todas esas cosas(tocar la batería, jugar al baloncesto…)? y además ¿no es verdad que si te haces más experto en una de estas cosas y cada vez aprendes más las disfrutarás también mas? Y me dirás “bueno vale reconozco que con estas cosas estoy aprendiendo, pero es que son divertidas y el instituto no”. Aquí creo que influye mucho la idea de instituto como sacrificio, y no tiene por qué verse así como ya hemos dicho; continuamente estamos aprendiendo y eso (creo) nos produce una sensación de satisfacción ¿por qué el instituto no?
ResponderEliminarPor último, te pondré un ejemplo para ver si te sigue dando igual que el mundo sea injusto; como ya sabemos la vida puede cambiar de un momento para otro pasando de tener una casa, trabajo, vacaciones… a no tener nada. Así que imagínate que tus tíos y tus primos se quedan en la calle porque no tienen dinero para pagar la hipoteca y se han quedado sin trabajo, y tus padres deciden que vosotros los ayudaréis, pero para ello debéis recortar gastos pues tampoco es que andéis muy allá de dinero; tus padres te dicen que durante un tiempo deberás prescindir de tu ordenador y de tu moto, ¿serías tan egoísta como para negarte a ayudar a tu familia? Quizás así comprendas que el problema no está solo en los países subdesarrollados y que te puede tocar a ti en cualquier momento, por lo que creo que es necesario que todos nos concienciemos y no permitamos injusticias (mucho mayores que en este ejemplo por supuesto)dejándolo todo en mano de lo más poderosos.
¿He conseguido convencerte algo más?
Saludos!
Hola Elena. Eres, de nuevo, una pedagoga estupenda. Sabes escuchar y dar la razón al alumno cuando la tiene. Y además, has razonado muy bien con él.
ResponderEliminarEn el primer asunto, el alumno te podría decir (y con razón) que él es el último culpable de esa situación: si pasan los años sin que madure, la educación es un fracaso; si el profesor se desespera, es también un fracaso del sistema educativo y del propio profesor; y si está obligado a venir, el profesor que participa voluntariamente del sistema (esté más o menos de acuerdo con él) es más culpable de este hecho que el alumno. Cierto que todos debemos poner de nuestra parte, pero para eso es imprescindible saber por qué tenemos que colaborar, y si el alumno no lo hace es que no lo sabe y, de nuevo, ¿de quién es la culpa de que no lo sepa? De todos los que le educan.
En el segundo asunto, tu actuación creo que es excelente. Enseñas al alumno a reaccionar ante circunstancias poco favorables y anteponer con coraje sus verdaderos intereses (educar su inteligencia y su talento). En esto el alumno te acabaría dando la razón y las gracias, una vez que le hagas entender lo importante que es, que incluso a contracorriente, haga lo que sabe que le conviene. Además, como tu dices, no hay que perder el tiempo en quejas. Siempre, como dices, hay uno o más profesores que te enseñan de verdad (yo, al menos, los tuve, y jamás los olvidaré);y además, de todos (y de todo) se puede aprender algo.
El tercer asunto también lo resuelves de forma muy inteligente. Incitas al alumno a que relacione lo que podría hacer en el instituto con lo que hace fuera y tanto le divierte: aprender, desarrollar su creatividad, afirmar su personalidad. Si insistes en este punto ofreciéndole además propuestas concretas (un buen jefe de estudios podría hacerlo) para integrar las actividades de aprendizaje de fuera del instituto con las de dentro (¿qué tal impartir un curso de batería en el aula de música; o crear una liga de baloncesto...?), lo acabas de convencer, seguro.
El último asunto es más difícil. Yo creo que lo que propones sería efectivo si el alumno viviera realmente esa situación o la viera muy muy cerca. Y aún así, podría reaccionar de una forma solidaria o egoísta. Porque lo difícil es convencerle de que conviene ser justo y solidario "incluso aunque nunca vayamos a vernos en una situación de injusticia o pobreza extrema"...
Un saludo y felicidades por tu trabajo. Ojalá hubiera más jefes de estudio como tú.
Hola!
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con que la culpa es de los que educan (aunque haya algunos profesores como los que trabajarían en nuestra ecuela hay muchos otros que son bastante contrarios, y eso no ayuda); los profesores están somentidos a un sistema educativo impuesto por los políticos. Ahora aquí, el profesor puede poner de su parte para sacar lo mejor de ese sistema y emplear el suyo para sacar lo mejor de sus alumnos.
Bueno, me ha gustado mucho este proyecto de crear una escuela ideal :). Gracias por haber puesto mi cabeza a trabajar y profundizar más en este tema; y ya seriamente no entiendo por qué no puede haber escuelas de este tipo, al menos se debería promover su creación y dar la elección de elegir entre esta escuela y una real (pero claro no convenceríamos a la mayor parte de la gente y mucho menos a los que tienen el poder). Así que, lo que nos queda a los alumnos por ahora es aprovechar al máximo el tiempo y también disfrutar de esos profesores que de verdad te enseñan y como dices, nunca se olvidan.
Saludos!
La escuela ideal que se plantea en los comentarios de esta entrada es estupenda. Es una verdadera lástima que el sistema educativo no se plantee de esa manera. Nos hacen aborrecer algo tan hermoso como lo es aprender/educar.
ResponderEliminarSiempre pensé que es bastante justificable el hecho de sentirse afortunado una vez que te cruzas con algún profesor que, a través del respeto, la convicción y la lógica, te haga ver que puedes ser cada vez mejor y que, por ende, te impulse esa pasión por el aprendizaje. Qué excelentes personas. Y lo triste del asunto es que no parecen ser muchas.
Fue un gran placer leer acerca de esa escuela ideal. Las imágenes que se me vinieron a la mente con cada descripción me dejaron llena de anhelo, pero, sobre todo, me incrustaron un sentimiento de alivio al saber que hay personas en este mundo que tienen en sus pensamientos una vista tan espectacular de la educación y el aprendizaje.
Muchas gracias.
Y. D.