Vivo en uno de los países más ruidosos del mundo y, por increíble que parezca, todavía hay quienes piensan que el nivel
anormal de ruido que soportamos no solo es tolerable, sino que es una
expresión natural de nuestra alegre manera de vivir, cuando lo que
realmente refleja es, simple y llanamente, una falta asombrosa de
todo tipo de educación... Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
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