miércoles, 31 de octubre de 2018
La obediencia querida
En ausencia de un Dios que seduzca y obligue paternalmente a las conciencias (como en la Edad Media o en las –todavía– ummas islámicas) están la seductora «auctoritas» del experto que, como en el experimento de Milgram, dirige nuestra voluntad en nombre de la Ciencia, o –la otra fuente de moderna seducción pseudorreligiosa– la retórica falaz y cargada de mitología pedestre del demagogo iluminado (Bolsonaro, Trump, Le Pen…) que nos llama a creer y obedecer. Hay una sola manera posible de enfrentarse a esto (y de legitimar, de paso, al poder): educar a la ciudadanía en el hábito del pensamiento riguroso, libre y crítico. Solo una ciudadanía empoderada (empoderada de criterio propio) y no sensible a otro poder que el de la convicción racional es inmune a la seducción de tecnócratas y demagogos. Solo ella estaría a salvo de querer lamer, voluntariamente, el zapato de nadie. ¿Entienden ahora la manía que suele tener el poder instituido a la educación crítica y filosófica? Para él siempre es mejor la obediencia querida... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
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hola soy Marcos y gracias a Merlí me gusta la filosofía. Pienso que los que acabas de decir es un pensamiento de izquierdas en el que estoy totalmente de acuerdo pero desde mi punto de vista hay muchísima gente que vota a estas personas que mandan sobre su país y hacen y dicen cosas con las que muchos de los ciudadanos no esta de acuerdo(soy nuevo)
ResponderEliminarDe acuerdo, Marcos. Gracias por tu comentario.
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