Por sugerencia de Rocío os presento este hermoso cuento japonés. Tiene mucho que ver con algo que hemos discutido en clase: ¿es mejor una mentira que nos haga felices a saber la verdad?...
El espejo de Matsuyama
Anónimo japonés (Texto completo aportado por Miguel Díaz R.)
En Matsuyama, lugar remoto de la provincia japonesa de Echigo, vivía un matrimonio de jóvenes campesinos que tenían como centro y alegría de sus vidas a su pequeña hija. Un día, el marido tuvo que viajar a la capital para resolver unos asuntos y, ante el temor de su mujer por viaje tan largo y a un mundo tan desconocido, la consoló con la promesa de regresar lo antes posible y de traerle, a ella y a su hijita, hermosos regalos.
Después de una larga temporada, que a la esposa se le hizo eterna, vio por fin a su esposo de vuelta a casa y pudo oír de sus labios lo que le había sucedido y las cosas extraordinarias que había visto, mientras que la niña jugaba feliz con los juguetes que su padre le había comprado.
-Para ti -le dijo el marido a su mujer- te he traído un regalo muy extraño que sé que te va a sorprender. Míralo y dime qué ves dentro.
Era un objeto redondo, blanco por un lado, con adornos de pájaros y flores, y, por el otro, muy brillante y terso. Al mirarlo, la mujer, que nunca había visto un espejo, quedó fascinada y sorprendida al contemplar a una joven y alegre muchacha a la que no conocía. El marido se echó a reír al ver la cara de sorpresa de su esposa.
-¿Qué ves? -le preguntó con guasa.
-Veo a una hermosa joven que me mira y mueve los labios como si quisiera hablarme.
-Querida -le dijo el marido-, lo que ves es tu propia cara reflejada en esa lámina de cristal. Se llama espejo y en la ciudad es un objeto muy corriente.
La mujer quedó encantada con aquel maravilloso regalo; lo guardó con sumo cuidado en una cajita y sólo, de vez en cuando, lo sacaba para contemplarse.
Pasaba el tiempo y aquella familia vivía cada día más feliz. La niña se había convertido en una linda muchacha, buena y cariñosa, que cada vez se parecía más a su madre; pero ella nunca le enseñó ni le habló del espejo para que no se vanagloriase de su propia hermosura. De esta manera, hasta el padre se olvidó de aquel espejo tan bien guardado y escondido.
Un día, la madre enfermó y, a pesar de los cuidados de padre e hija, fue empeorando, de manera que ella misma comprendió que la muerte se le acercaba. Entonces, llamó a su hija, le pidió que le trajera la caja en donde guardaba el espejo, y le dijo:
-Hija mía, sé que pronto voy a morir, pero no te entristezcas. Cuando ya no esté con ustedes, prométeme que mirarás en este espejo todos los días. Me verás en él y te darás cuenta de que, aunque desde muy lejos, siempre estaré velando por ti.
Al morir la madre, la muchacha abrió la caja del espejo y cada día, como se lo había prometido, lo miraba y en él veía la cara de su madre, tan hermosa y sonriente como antes de la enfermedad. Con ella hablaba y a ella le confiaba sus penas y sus alegrías; y, aunque su madre no le decía ni una palabra, siempre le parecía que estaba cercana, atenta y comprensiva.
Un día el padre la vio delante del espejo, como si conversara con él. Y, ante su sorpresa, la muchacha contestó:
-Padre, todos los días miro en este espejo y veo a mi querida madre y hablo con ella.
Y le contó el regalo y el ruego que su madre la había hecho antes de morir, lo que ella no había dejado de cumplir ni un solo día.
El padre quedó tan impresionado y emocionado que nunca se atrevió a decirle que lo que contemplaba todos los días en el espejo era ella misma y que, tal vez por la fuerza del amor, se había convertido en la fiel imagen del hermoso rostro de su madre.
FIN
Y ahora podemos preguntarnos:
¿sería más feliz la muchacha si supiera la verdad?
¿aunque no fuera tan feliz "merecería" saberla?
¿Crees que la muchacha sabe en el fondo la verdad pero se engaña a sí misma?
Y, sobre todo: ¿qué hariaís vosotros si fueráis el padre? ¿Le diriáis la verdad o no?
El espejo de Matsuyama
Anónimo japonés (Texto completo aportado por Miguel Díaz R.)
En Matsuyama, lugar remoto de la provincia japonesa de Echigo, vivía un matrimonio de jóvenes campesinos que tenían como centro y alegría de sus vidas a su pequeña hija. Un día, el marido tuvo que viajar a la capital para resolver unos asuntos y, ante el temor de su mujer por viaje tan largo y a un mundo tan desconocido, la consoló con la promesa de regresar lo antes posible y de traerle, a ella y a su hijita, hermosos regalos.
Después de una larga temporada, que a la esposa se le hizo eterna, vio por fin a su esposo de vuelta a casa y pudo oír de sus labios lo que le había sucedido y las cosas extraordinarias que había visto, mientras que la niña jugaba feliz con los juguetes que su padre le había comprado.
-Para ti -le dijo el marido a su mujer- te he traído un regalo muy extraño que sé que te va a sorprender. Míralo y dime qué ves dentro.
Era un objeto redondo, blanco por un lado, con adornos de pájaros y flores, y, por el otro, muy brillante y terso. Al mirarlo, la mujer, que nunca había visto un espejo, quedó fascinada y sorprendida al contemplar a una joven y alegre muchacha a la que no conocía. El marido se echó a reír al ver la cara de sorpresa de su esposa.
-¿Qué ves? -le preguntó con guasa.
-Veo a una hermosa joven que me mira y mueve los labios como si quisiera hablarme.
-Querida -le dijo el marido-, lo que ves es tu propia cara reflejada en esa lámina de cristal. Se llama espejo y en la ciudad es un objeto muy corriente.
La mujer quedó encantada con aquel maravilloso regalo; lo guardó con sumo cuidado en una cajita y sólo, de vez en cuando, lo sacaba para contemplarse.
Pasaba el tiempo y aquella familia vivía cada día más feliz. La niña se había convertido en una linda muchacha, buena y cariñosa, que cada vez se parecía más a su madre; pero ella nunca le enseñó ni le habló del espejo para que no se vanagloriase de su propia hermosura. De esta manera, hasta el padre se olvidó de aquel espejo tan bien guardado y escondido.
Un día, la madre enfermó y, a pesar de los cuidados de padre e hija, fue empeorando, de manera que ella misma comprendió que la muerte se le acercaba. Entonces, llamó a su hija, le pidió que le trajera la caja en donde guardaba el espejo, y le dijo:
-Hija mía, sé que pronto voy a morir, pero no te entristezcas. Cuando ya no esté con ustedes, prométeme que mirarás en este espejo todos los días. Me verás en él y te darás cuenta de que, aunque desde muy lejos, siempre estaré velando por ti.
Al morir la madre, la muchacha abrió la caja del espejo y cada día, como se lo había prometido, lo miraba y en él veía la cara de su madre, tan hermosa y sonriente como antes de la enfermedad. Con ella hablaba y a ella le confiaba sus penas y sus alegrías; y, aunque su madre no le decía ni una palabra, siempre le parecía que estaba cercana, atenta y comprensiva.
Un día el padre la vio delante del espejo, como si conversara con él. Y, ante su sorpresa, la muchacha contestó:
-Padre, todos los días miro en este espejo y veo a mi querida madre y hablo con ella.
Y le contó el regalo y el ruego que su madre la había hecho antes de morir, lo que ella no había dejado de cumplir ni un solo día.
El padre quedó tan impresionado y emocionado que nunca se atrevió a decirle que lo que contemplaba todos los días en el espejo era ella misma y que, tal vez por la fuerza del amor, se había convertido en la fiel imagen del hermoso rostro de su madre.
FIN
Y ahora podemos preguntarnos:
¿sería más feliz la muchacha si supiera la verdad?
¿aunque no fuera tan feliz "merecería" saberla?
¿Crees que la muchacha sabe en el fondo la verdad pero se engaña a sí misma?
Y, sobre todo: ¿qué hariaís vosotros si fueráis el padre? ¿Le diriáis la verdad o no?
Un tema waxy (el de Shiu *____*) *____*
ResponderEliminar¿Sería más feliz la muchacha si supiera la verdad?
Creo que no, sería más feliz en la ignorancia por que al creer que ve a su madre, se siente más unida a ella, más feliz, aunque si le explican la verdad... aun asi sería feliz por que ella quiere a su madre no a la imagen de su madre...
¿Aunque no fuera tan feliz "merecería" saberla?
Si, todos merecemos saber la verdad pero a veces la verdad es más dolorosa por eso el padre actuó así...
¿Crees que la muchacha sabe en el fondo la verdad pero se engaña a sí misma?
Seguramente que si la sepa, ( a no ser que fuera como una niña pequeña entonces creería de verdad lo que se le dijo) en lo más profundo de su interior, aunque si nunca había visto un espejo y lo estaba viendo, el espejo, era verdad, ¿No puede ser verdad lo que le dijo a su madre? Pero si nos ponemos a pensar... en el fondo se engaña...
Y,sobre todo: ¿qué hariaís vosotros si fueráis el padre? ¿Le diriáis la verdad o no?
La verdad... Ni idea, tendría que vivirlo, por una parte si le digo la mentira... sería más feliz pero tendría remordimientos luego por no decirle la verdad y si se la dijera yo creo que lo entendería además su madre está con ella de corazón y ella siente a su madre con el corazón, no por un espejo...
Mizu, es un problema delicado, ¿a qué sí? El espejo significa "reflexión", "buscarse y mirarse a uno mismo para mejorarse (por eso nos miramos tanto)". Mientras la muchacha crea que lo que ve no es ella (sino su madre) seguirá identificándose con su madre, que es lo que les pasa a los niños, y nunca crecera. Si se viera a ella misma en el espejo empezaría a conocerse de verdad (no solo de cuerpo, tb. de alma, el espejo es una metáfora), a dejar de ser "su madre" y a empezar a ser ella misma. Como además es hija de su madre, sería ella misma parecida a su madre, es decir, su madre tb "estaría" en ella misma (como su pasado, su infancia), pero ella, la muchacha, sería algo "más" que su madre (o que sus padres, porque el padre parece querer retenerla en una niñez crónica)... No se si suena muy complicado. Pero creo que es sencillo: empezar a identificarte contigo misma, y no tanto con tus padres y mayores, es empezar a crecer. ¿Y no es más feliz un niño al que le dejan crecer qu otro al qu se lo impiden? ¿No querría la propia madre que la muchacha fuera ella misma?...
ResponderEliminaracabo de ver esto y me e quedado anonatado con tu reflexion
Eliminar¿sería más feliz la muchacha si supiera la verdad?
ResponderEliminarNo, ella siempre podrá verse a sí misma, pero jamás podrá volver a contemplar a su madre. Le daría felicidad al menos hasta que brotaran sus arrugas. Pero aún así seguirá contemplando a su madre, no tan bella pero sí su madre. Y estoy seguro de que eso, le gustaría.
¿aunque no fuera tan feliz "merecería" saberla?
La verdad no se merece, la verdad se obtiene.
Por eso dejaría que el tiempo le dijera esa verdad. Ya que aún no es lo suficiente madura, si tanto observa el espejo de su madre es por que aún no se ha separado de ella.
¿Crees que la muchacha sabe en el fondo la verdad pero se engaña a sí misma?
Creo que uno se cuenta las desgracias a uno mismo y no necesita un espejo para hablarse, por eso creo que ella realmente ve a su madre ahí, y no hay que buscarle el sentido enrevesado. Hay que pensar que la concepcion que tenemos de espejo nosotros no es la que tenían ellos, nosotros sabemos con total fiabilidad que ese tipo que nos mira al otro lado somos nosotros, ellos lo veían de otra manera. Dandole el sentido magico que tiene claro.
Y, sobre todo: ¿qué hariaís vosotros si fueráis el padre? ¿Le diriáis la verdad o no?
Dejaría que el tiempo le diera esa verdad, no tengo porqué quitarle la ilusión a alguien que aún la conserva. Ella se dará cuenta, tarde o temprano. Soy su padre, no su tirano.
Un saludo y siento no ser mas preciso pero las horas no me lo permiten.
PD: Seguiré el blog.
Hola Literature y bienvenido.
ResponderEliminarSi según tú, la muchacha se dará cuenta tarde o temprano del engaño, ¿cómo crees que se sentira tras saber que ha vivido tanto tiempo bajo una falsa ilusión? Máxime cuando podría haber "visto" a su madre en el espejo sin negarse a sí misma ni a la verdad: en su propio rostro (parecido al de su madre)...
A lo que me refería diciendo que la verdad se merece es esto: ¿hasta qué punto tenemos derecho a mantener a alguien en una mentira? ¿Te indignarías si descubrieras qe alguien te ha estado ocultando la verdad, por muy bien intencionado que haya sido? ¿Qué derecho tiene alguien a "protegernos" de una verdad dolorosa? ¿Qué derecho a imponerme lo que él cree que me conviene?...¿No son justamente estas imposiciones las que definen a cierto tipo de tirano paternalista?... Un saludo.
pd. Yo tb seguiré tu blog, está dpm. Y una pregunta técnica: ¿cómo se hace para ponerle música al blog? ¿Es muy difícil? Gracias.
hola como estais?
ResponderEliminarwo wo gracias por poner mi historia en tu blog. No sabía que te gustara tanto.
bueno a la preguntas...
¿sería más feliz la muchacha si supiera la verdad?
No, como ya dijeron algunos compañeros, vivir con mentiras es malo , pero si la verdad es más dura que una simple mentira, yo preferiría no saberlo.
¿aunque no fuera tan feliz "merecería" saberla?
Por supuesto que merecía saberla , pero en ese caso sufriría ,lo que el padre no quiere.
¿Crees que la muchacha sabe en el fondo la verdad pero se engaña a sí misma?
Yo creo que si , la historia habla de un espejo pero realmente ese espejo seria como la "comunicación" entre la madre y la hija , más bien enfoca al amor de una madre hacia a su hija. Por eso se engaña a si misma , piensa que su madre cada día la ve , le sonríe ...en resumen el amor de una madre.
¿qué hariaís vosotros si fueráis el padre? ¿Le diriáis la verdad o no?
Si yo fuera el padre , esta mal no decirselo , pero preferir a hacerlo y ver a mi hija sufriendo , dejaría que la mentira siguiera, no es lo correcto , de todas formas... es una mentira que hace feliz a una persona ¿no?, pero sabría que algún día sabrá la verdad.
Me despido, hasta luego
hola!
ResponderEliminar-¿sería más feliz la muchacha si supiera la verdad?
No creo que fuese ni más feliz ni menos, simplemente no viviría engañada que yo creo que es peor porque todos tenemos derecho de saber la verdad aunque sea dura.
-¿aunque no fuera tan feliz "merecería" saberla?
Si yo creo que todo el mundo tiene el derecho de saber la verdad sin ningún tipo de engaño, saber la verdad yo creo que te prepara para lo peor y te enseña a ser más maduro.
-¿Crees que la muchacha sabe en el fondo la verdad pero se engaña a sí misma?
Yo creo que no, porque este cuento esta situado en la antiguedad y antes la gente era mas ingenua y la muchacha se creería lo que le dijo su madre quedando fascinada con tal invento.
-¿qué hariaís vosotros si fueráis el padre? ¿Le diriáis la verdad o no?
Yo por muy duro que sea, intentaría decirle la verdad de la manera más adecuada para que no le duele tanto en el instante y le haría comprender que aunque la verdad no sea esa si puede recordar a su madre mirándose al espejo, ya que la joven se parece mucho a la madre.
Elena d.l.gala
Hola Rocío. Es cierto que la verdad, a veces, es dura, pero igual merece la pena pagar ese precio y no vivir engañados (y, además, engañados por otro que, aunque lo haga con toda su buena intención, te trata como una niña, protegiéndote de lo que ÉL cree que no te conviene). ¿A tí te gustaría que no te dijesen la verdad de las cosas para que así vivieras (según ellos) más feliz?... El caso de tu cuento es parecido al de la pastilla de la felicidad que planteamos hace tiempo. ¿Por qué la gente no se tomaría esa pastilla? ¿Será porque antepone la autenticidad y la verdad a la felicidad? ¿Qué crees?...
ResponderEliminarUn saludo.
pd. me ha gustado mucho tu idea del espejo como una forma de comunicacón...
Elena, totalmente de acuerdo contigo. Es cierto que hay que tener cuidado de cómo se dicen las verdades, y tratar a cada uno según su grado de madurez (igual no conviene decirle todas las verdades de golpe a un niño o a un enfermo). Pero ocultar sistemáticamente una verdad impide, como tú dices, que la persona engañada crezca y madure (es decir, que vaya siendo más sabia, pues el saber solo lo es de verdades). ¿No?
ResponderEliminarUn saludo
si lo se , merece la pena saber la verdad... pero si en el caso es tu hija te da que pensar...
ResponderEliminarNo , claro que no me gustaría que me ocultaran cosas , aún asi lo harian , para seguir feliz.
¿Nunca has mentido sobre la verdad para que siguiera feliz , aunque lo supiera después ?
La verdad...
¿Existe la verdad completa?
Es como el silencio y la confianza , nada es completo solo llega a un límite , pero nunca completa .
Y ahora si sabes que nada llega al "completo".No hay nada puro , y si no hay nada puro no hay nada perfecto ¿o si?
Ah si ! fijate en el yin y el yang ( el yin es el negro y el yang es el blanco , no es al revés) vamos a ver este símbolo representa que nada es "perfecto" y si te fijas cada uno tiene un color inverso y un punto del otro color, Esto quiere decir aparte de que uno no puede vivir sin el otro, tambien es como... si yin tiene el corazon tan malvado y mucha maldad pero dentro de él, hay una parte buena , lo mismo pasa con yang tiene el corazon muy bueno pero dentro tambien hay un poco de maldad .
(Sé que pongo muchos temas)
Claro el espejo en la historia es una "comunicación" ,es lo que piensa la muchacha , la historia no resalta ignorancia , imaginación,amor..etc, yo me sabía otra historia , pero ahora no recuerdo...intentaré recordarla.
Sobre la pastilla , mm.. las personas deseamos aquello que es imposible.Nadie se cree lo de la pastilla ( que puede ser verdad) la gente inteligente prefiere ser feliz a su manera y solo con sus queridos , no quieren una píldora para serlo , porque es estúpido.
un saludo
me gusta tu blog
Hola Rocío.
ResponderEliminarTienes razón, yo alguna vez he mentido un poco creyendo que así alguien iba a ser más feliz (por ejemplo, no te apetece mucho salir con un amigo, pero le haces creer que sí porque sabes que lo está pasando mal), y a la vez no he dejado de preguntarme si estaba bien lo que hacía (a mi, por ejemplo, no me gustaría nada que alguien saliese conmigo por lástima o por hacerme un favor)… Así que, al final, creo que es mejor (a largo plazo) decir la verdad. Como dicen los castizos, a veces la verdad jode, pero curte. En ocasiones no puedes decirla del todo ni de pronto, pues la persona a la que se la dices aún no está (según tú) preparada; en ese caso tendrías que esperar e incluso preocuparte de prepararla para poder así decirle toda la verdad (Por ejemplo, un profe no podría decirle, de golpe, todas las verdades de la física a un alumno de primero, pues éste no se enteraría de nada, se agobiaría, etc.).
También te doy la razón en que, para nosotros al menos (los cavernícolas humanos), la verdad completa, pura o perfecta es imposible. Una verdad perfecta no se parecería a lo que ahora entendemos como verdad (de hecho, una verdad perfecta sería tan igual a la realidad, que no sería distinguible de la realidad, no sería nada)… Pero aunque quizás no podamos lograr esta verdad perfecta, yo si creo que es posible obtener verdades cada vez mayores (y así, ser cada vez más sabios)… Veámoslo con lo del yin y el yang. Este símbolo oriental significa que siempre hay dos polos opuestos y a la vez complementarios, y que son igual de poderosos, por ejemplo la falsedad y la verdad. Pero yo creo que esto no es del todo así. La falsedad no es igual de poderosa que la verdad, pues algo falso tiene siempre que ser verdaderamente falso (no falsamente falso, pues en ese caso no sería falso, sino verdadero), lo cual indica que la falsedad es siempre dependiente de la verdad y que, por tanto, es más numerosa y fundamental la verdad que la falsedad (si la verdad fuera el yin, habría más yin que yang)… ¿No te parece?
Sobre la pastilla tienes que imaginar que funciona perfectamente y que en la alucinación permanente que te proporciona tú vas a seguir soñando cosas imposibles (pero vas a lograr muchas más cosas de las que probablemente lograrías en el mundo real), vas a creer que todo es por tu esfuerzo, vas a convivir con tus seres queridos, etc. (y desde luego te vas a olvidar de que todo es por efecto de una pastilla)…
Y a mi me gustan tus historias. Venga, acuérdate y nos la cuentas.
Un saludo!
Pues sí, es un problema muy delicado pero fácil de entender(gracias a tus explicaciones ^^)
ResponderEliminar“¿Y no es más feliz un niño al que le dejan crecer que otro al que se lo impiden? ¿No querría la propia madre que la muchacha fuera ella misma?...”
-Sí, pero depende de cómo crezca, puede haber algunas personas… que les dejan crecer pero por sí mismos no crecen para nada xD
-Wi wi ¡si! La madre en verdad querría que fuera ella misma.
Wi wi ahora me voy a otra *______*
Hola Mizu. Crecer (sea como sea) siempre es mejor que no crecer ¿no?
ResponderEliminarMata ne
Hi. Sí es mucho mejor crecer que no crecer; aunque sea duro, pero, vale la pena. ¡¡Tenemos que esforzarnos todos por crecer!! ¡Yo quiero crecer! T.T
ResponderEliminarUn saludo
Situación inicial del cuento de matsuyama y situación final
ResponderEliminarSituación inicial del cuento de matsuyama y situación final
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