miércoles, 11 de enero de 2023

El cerdo ibérico


La Casa de Campo de Mérida hace unos días
 Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico Extremadura.



Si quieren conocer el desarrollo cívico o moral de un país miren la cantidad de basura que encuentran esparcida por sus lugares públicos. Por ejemplo, en las cunetas de sus carreteras; si ven que están repletas de latas, botellas, envoltorios, colillas, restos de neumáticos, escombros y porquería en general, es probable que estén ustedes en España, el país – en más de un sentido – del cerdo ibérico.

En Extremadura, además de observando las cunetas, puede uno hacer una prueba similar paseando por el campo, especialmente por algún camino o paraje público. La cantidad de basura es ingente, y desproporcionada en relación con la densidad de población. ¿Cómo puede ser que en pleno siglo XXI, tras varias décadas de educación obligatoria, y con el grado de sensibilidad global hacia el medio ambiente que hay hoy, todavía existan tantos guarros en este país?

Y conste que no me refiero a la mayoría de la gente, esa que sabe usar las papeleras, que no tira colillas o desperdicios por la ventanilla del coche, que lleva bolsas de basura cuando se va a comer al campo, que recoge las heces de sus perros y que lleva los escombros donde debe…  Me refiero a la minoría, especialmente vistosa por el rastro de podredumbre que deja, que parece, hoy y siempre, inmune a toda consideración hacia lo que es de todos.  

Porque la primera y principal explicación de la asquerosa conducta del guarro hispánico es la del desprecio por lo común. Pues si se fijan, el gorrino ibérico no tiene ningún problema en general con la limpieza: no padece del síndrome de Diógenes ni de ningún otro trastorno parecido. De hecho, suele ser exigir la mayor limpieza y cuidado con lo que es estrictamente suyo: su casa, su ropa, o no digamos su coche, que posiblemente lava a conciencia cada semana (esparciendo toda la porquería posible alrededor, como demuestra la periferia de casi cualquier lavadero de coches, tenga las papeleras que tenga). El problema es con lo que no es (solo) suyo, sino de todos: la cuneta, la acera, el campo, el parque… Allí parece que vale tirarlo todo.

Las raíces de este desprecio por lo común no pueden estar, obviamente, más que en una pésima educación. Yo no sé, a este respecto, cómo puede haber todavía gente que se resista a implantar masivamente materias obligatorias relacionadas con la educación cívica y ética. ¿Cómo esperan, si no, convencer (porque se trata de convencer) a esta minoría para que acepte los más básicos estándares de civilización? Ni hay policías para tanto cochino, ni sirve de mucho colocar carteles y papeleras ante gente que ni los lee ni las usa.

Sin esa educación ética, lo que irremediablemente prevalece en esa minoría porcina es el particularismo tribal (ya saben: en casa somos limpios y cuidadosos, y fuera y con los de fuera unos bárbaros), amén de ese liberalismo castizo, tan español y patilludo, del «yo hago lo que quiero y nadie tiene que decirme a mí (¡a mí!) lo que tengo que hacer». Un «liberalismo» este que nada tiene que ver con haber leído a Adam Smith o Robert Nozick, sino, a lo sumo, con haber oído a tipos como Aznar reclamar el individualísimo derecho a hacer lo que a uno le dé la real gana (beber lo que se quiera antes de coger el coche, correr sin limitaciones, contaminar sin límites – que ya se sabe que lo del cambio climático es cosa de rojos –, etc.)

Luego está el tópico (que igual es cierto) de la dificultad real para abstraer de aquellos que no entienden que algo (un camino, una calle, un parque…) sea de «todos». De hecho, me temo que para algunos de mis conciudadanos, fieros nominalistas sin saberlo, el «ser de todos» tiene mucha menor entidad moral e incluso real que el «ser de Fulanito o Menganito Pérez». ¿Qué es eso del «todos» sino una abstracción vacía? – piensan o, más bien, sienten – ¿Quiénes son concretamente «todos»? ¿Cómo se llaman? ¿Me tocan algo? Pues entonces: ¿Qué le importa a nadie lo que le pase a lo que es de «todos»?

Al desinterés por lo común y a la imposibilidad de entender conceptos y derechos abstractos se le une igualmente, a esta facción gorrinera, el desprecio a la naturaleza en general. Así, si otros salen a contemplar la naturaleza (¡qué sosos!), estos salen, más bien, a usarla sin contemplaciones. Por ejemplo, para tirar basura, para limpiar o poner a punto el coche, para dejar el campo sembrado de cartuchos, o para montarse una juerga de padre y muy señor mío sin recoger nada, como la que delata la foto.

¿Y es esto irremediable? No. Simplemente hace falta mucha (muchísima) más educación. Y, mientras tanto, denunciarlo con el mismo desparpajo y falta de reparos con que ellos ensucian lo que es nuestro (y suyo, aunque no parezcan saberlo). ¡Cerdos!

 

3 comentarios:

  1. Extraordinario, magnífico, como siempre. Totalmente de acuerdo con lo que dices. Acabo de compartirlo en mi muro de Facebook . Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Faustino. Un abrazo fuerte

    ResponderEliminar

Entradas por categorias

acoso escolar (1) alienación (6) alma (7) amor (24) Antropología y psicología filosóficas (93) Año nuevo (4) apariencia (1) arte (54) artículos ciencia (8) artículos ecología (19) artículos educación (143) artículos educación filosofía (58) artículos educación religiosa (3) artículos estética (30) artículos Extremadura (6) artículos libertad expresión (16) artículos nacionalismo (9) artículos parasofías (2) artículos política (189) artículos prensa (70) artículos sexismo (24) artículos sociedad (45) artículos temas filosóficos (26) artículos temas morales (127) artículos toros (3) Ateneo Cáceres (20) belleza (4) bioética (13) Blumenberg Hans (1) bulos (1) Byung-Chul Han (1) cambio (1) carnaval (6) carpe diem (1) ciencia y religión (11) cientifismo (5) cine (2) ciudadanía (6) conciencia (5) conferencias (4) Congresos (2) constructivismo social (1) consumo (2) Conversaciones con el daimon: tertulias parafilosóficas (2) Correo Extremadura (49) Cortazar Julio (1) cosmopolitismo (1) creativamente humano. (1) Cuentos filosóficos (21) curso 2017-2018 (1) Curso filosofia 2009-10 (1) Curso filosofia 2010-11 (47) Curso filosofía 2011-2012 (73) Debates en la radio (1) decrecimiento (3) Defensa de la Filosofía (38) deporte (5) derechos humanos (1) Descartes (1) Día mundial de la filosofía (2) diálogo (4) Diálogos en la Caverna (19) Didáctica de la Filosofía (7) dilemas morales (17) Diógenes (1) Dios (4) drogas (2) dualismo inmanentista (4) dualismo trascendentalista (1) ecología y derechos de los animales (29) economía (20) Educación (255) El País (3) El Periódico Extremadura (284) El Salto Extremadura (1) eldiario (31) emergentismo (2) emotivismo ético (2) empirismo (2) enigmas lógicos (4) entrevistas (3) envejecimiento (2) Epicuro (1) Epistemología (13) escepticismo (1) espacio (1) Estética (85) Etica (7) Ética (212) eurocentrismo (1) Europa (2) evaluación (1) Eventos (1) existencialismo (3) falacias (2) familia (2) fe y razón (7) felicidad (8) feminismo (32) fiesta (4) Filosofía (29) Filosofía de la historia (3) filosofía de la religión (14) Filosofía del derecho (3) Filosofía del lenguaje (8) filosofía fuera del aula (1) Filosofía para cavernícolas en la radio (15) Filosofía para cavernicolas. Radio. (1) Filosofía para niños (5) Filosofía política (288) Filosofía social (52) filosofía y ciencia (17) filosofía y patrimonio (1) filósofos (1) flamenco (3) Gastronomía (1) género (21) Hermeneútica (1) Hipatia de Alejandría (1) Historia de la filosofía (4) Historietas de la filosofía (2) horror (1) Hoy (2) Humano (1) Humano creativamente humano (4) Humor (7) idealismo subjetivo (2) ideas (3) identidad (4) ilustración (1) Imagen y concepto (7) inmigrantes (5) intelectualismo moral (5) inteligencia artificial (5) Introducción a la filosofía (30) Juan Antonio Negrete (5) justicia (7) Kant (4) laicismo (1) libertad (5) libertad de expresión (20) libros propios (3) literatura (2) Lógica (9) Los Simpsons (2) Marx y marxismo (3) matemáticas (4) materia y forma (5) materialismo (13) Medios de comunicación (500) memoria histórica (3) mente (7) metáfora (1) miedo (4) mito de la caverna (1) Mitos (12) modernidad (9) monismo inmanentista (10) monismo trascendentalista (2) movimiento (1) muerte (4) multiculturalismo (2) música (5) nacionalismo (22) natalidad (1) naturalismo ético (5) navidad (9) Nietzsche (2) nihilismo (2) nominalismo (1) ocio (1) olimpiadas (2) Ontología (46) orden (1) Paideia (2) pansiquismo (3) Paradoxa (1) Paradoxa. (1) parasofía (2) Parménides (2) PDFEX (10) pensamiento catedral (1) pensamiento crítico (6) Pensar Juntos (1) platonismo (16) podcasts (1) positivismo (1) postmodernidad (1) pragmatismo (2) Presocráticos (2) problema mente cerebro (6) prostitución (5) psicopolítica (14) publicidad (1) público-privado (1) racionalismo ético (3) rap (2) Red Española de Filosofía (1) relativismo (4) religión (26) respeto (1) Reuniones en el cavernocafé (28) Revista Ex+ (2) romanticismo (1) ruido (2) salud mental (1) Schopenhauer (1) Semana santa (4) sentido de la vida (6) sexismo (20) sexo (4) Sócrates (3) sofistas (2) soledad (1) solipsismo (1) Taller estética (6) Talleres filosofía (5) teatro (9) tecnología (14) Teología (7) terrorismo (5) tiempo (2) tolerancia (1) Trascendentalismo (6) turismo (3) utilitarismo ético (1) Vacío existencial (1) viajes (2) violencia (17)

Archivo del blog

Cuevas con pasadizo directo

Cavernícolas

Seguir en Facebook