domingo, 17 de enero de 2010

¿Alguien ha visto a la mujer?



Para conocer algo de poco (o de nada) sirve saber su nombre propio. Decir de una chica que no conocemos que se llama Ana es decir nada. Indicarle a un ignorante que existe la Tierra es igualmente inútil. En seguida se preguntarán: ¿Quién es Ana? ¿Qué es la Tierra?... Para conocer algo tenemos que usar nombres “comunes”. Es decir, tenemos que atribuir propiedades o predicados al sujeto: Ana es… Inteligente, Pianista, Atrevida… O: La Tierra es… Un Planeta, Esférico, Habitado… Cuando hacemos esto, incluimos a una cosa (Ana, la Tierra) dentro de ciertos “conjuntos”: el de los Inteligentes, los Pianistas, los Planetas, etc...De esta forma, “delimitamos” o definimos lo que esa cosa es, identificándola con otros seres… (Y eso es conocer: definir e identificar).

El problema es el siguiente. Es fácil saber a qué se refiere un nombre propio. Para quién la conozca es fácil saber a que se refiere el nombre Ana: a una chica, de carne y hueso, que existe aquí y ahora, y a la que podemos señalar con el dedo… ¿Pero a qué se refiere un nombre común? ¿A qué se refiere, por ejemplo, la palabra “pianista”?...

La respuesta parece obvia: “pianista” se refiere a algo que tienen en común ciertos seres (saber tocar el piano). O sea: que existe algo (la capacidad de tocar pianos) que está (¡a la vez!) en varios seres. Está en cada pianista que hay en el mundo. Y también está en los pianistas del pasado, y en los del futuro. ¿Qué será esta extraña cosa que puede estar en varios sitios y momentos a la vez? ¿Hay algo físico que pueda estar en más de un sitio a la vez y que sea lo mismo en todo momento?... ¡Raro, eh!

A esto se le suele llamar en filosofía “el problema de los universales”. Los nombres comunes se refieren a un rasgo “universal” o “común” que no puede existir como las cosas físicas “normales”, que ocupan siempre un lugar concreto en el espacio y el tiempo, y a las que se puede ver. Yo puedo ver a Ana, incluso a Bethoveen (en un retrato). Pero no puedo ver “al pianista”. Yo puedo dar la mano o tomar un café con Ana. Pero no puedo hacerlo con “la mujer”…



A este problema se le han dado varias soluciones. Los filósofos NOMINALISTAS, que están muy próximos al materialismo, afirman que cosas tales como “el pianista” o “la mujer” no son más que nombres, abstracciones lingüísticas, palabras (“flatus vocis”, sonidos de la voz). Mucha gente es hoy nominalista. Cuando se les pregunta a qué se refieren los nombres comunes (o las leyes o las fórmulas matemáticas, que son también nombres comunes), dicen que no se refieren a nada real. Dirán que "el hombre", "la fuerza gravitatoria" o "el dos" no son más que palabras inventadas por nosotros para entender mejor la realidad”…



El nominalismo no es una teoría fácil de justificar. Si alguien sostiene que “la mujer” no es más que un nombre que no significa nada real, tendrá que admitir que no hay diferencia entre los nombres y cualquier otro sonido o garabato sin significado. Y si admiten que “la mujer” significa algo real, tendrán que admitir que hay algo real (convencional o no) que está a la vez en cada uno de los lugares en que hay una mujer, por lo que ese “algo” no podrá ser nada físico (lo cual repugna a los nominalistas, que niegan que exista ninguna realidad fuera del espacio y el tiempo)...

Un posible solución, dada por muchos nominalistas, consiste en situar ese “algo” común que es “la mujer” en la mente. Los filósofos CONCEPTUALISTAS afirman que los nombres comunes se refieren a “conceptos” mentales. Es decir: a esquemas abstractos que nuestra mente origina gracias a la experiencia. Por ejemplo: yo veo a Ana, a Julia y a Rocío. Observo que se parecen y produzco, por abstracción, el concepto mental de “mujer”…

Ahora bien: esta solución no soluciona nada, más bien lo complica. Si observo que Ana y Julia se parecen, es porque tienen “algo en común”, es decir, algo real que está en las dos a la vez, con lo cual vuelve el problema de admitir realidades no físicas... Además: ¿qué es un concepto? Si según el conceptualista todo lo real es algo concreto, existente en un espacio y un tiempo determinado, también lo será el concepto. Pero, en ese caso, el concepto no puede ser una abstracción aplicable, a la vez, a múltiples objetos situados en lugares y momentos distintos.

El problema, pues, sigue abierto. ¿A qué se refieren los nombres comunes, las leyes, las fórmulas matemáticas, etc.? Si no se refieren a nada real, no podrían servir para conocer las cosas. Y si se refieren a algo real, ha de existir algo distinto a la materia. ¿Qué podrá ser eso tan misterioso capaz de estar en muchos sitios a la vez y de ser lo mismo en todo momento?

8 comentarios:

  1. Con repecto al lugar de donde sale el concepto, ¿podria ser una posible respuesta que el concepto no creamos despues de observar determinados rasgos de cualquier cosa fisica? Me explico: Ana es un ser fisico y le atribuyo caracteristicas o adjetivos como alta, lista, guapa..., cuando conozco que es lo que significa cada uno de estos adjetivos no? A lo que me refiero es que , quizas, el conceptualista se refiera a que nosotros conocemos ya al nacer que es el ser alta, lista o guapa, solo que no hemos experimentado u observado en la realidad estos conceptos y es cuando ya los vemos cuando podemos reconocer y poner nombre a aquello que ya conociamos ( como lo que discutiamos hoy en clase de que un recien nacido sabe matematicas).

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  2. Hola Mª Ángeles:

    De acuerdo. Nosotros conocemos ya al nacer lo que es "alta", "mujer", etc. Estos "conceptos" los tendríamos ya preinstalados al nacer (innatos). Pero entonces no son producto de la mente (pues existen antes de que exista mi mente), ni, por tanto, son conceptos "mentales", que es lo que dice el conceptualista.

    Hay otros muchos problemas, claro. Por ejemplo. Dices que reconocemos los conceptos con los que venimos al mundo, al verlos en la realidad. ¿Pero cómo se puede ver en la realidad física lo "alto", la "mujer, etc., si todo esto no son realidades físicas? (Quizás más bien lo que yo veo son ejemplos de cosas altas, ejemplos de mujeres, etc. Y viéndolos, recuerdo lo que es "alto", "mujer"...)

    ¿O qué?
    Saludos.

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  3. Yo creo que no es que sepamos lo que son estos conceptos, por que en sí sólo son palabras con significado que nosotros le hemos atribuido, mediante una abstraccion del concepto siendo la esencia de lo que realmente son. Por ejemplo,los primitivos no denotaban el 2 como hoy lo conocemos, ni tampoco lo llamaban así, pero si sabían cuando un grupo de cosas estaba formada por 2 o 3 elementos, por tanto conocían la esencia del significado, y con el tiempo lo único que hicierón fue asignarle un nombre a un significado que ya tenían creado en su mente. De esta forma se van creando todos los conceptos de nuestra mente, pues desde pequeños nos van haciendo la correspondencia entre el nombre y el significado real. Creo no sé a ver que pensais vosotros. Un saludo

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  4. pero.. si no podemos ver esos conceptos , tampoco estaria del todo bien decir que vemos ejemplos de esos conceptos, porque sean conceptos , nombres o ejemplos, si no son fisicos, no los podemos ver no?
    entonces, que vemos? como llegamos a definir lo fisico sin usar la mente??

    yo creo que los conceptos eben estar relacionados con algo de la mente, al fin y al cabo sin la mente, no podriamos razonar k son las cosas , o k estamos viendo o dejando de ver... no?
    Que papel juega entonces la mente en la realidad?

    un salûdo^^

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  5. Hola!
    A mi estas dos teorías materialistas la verdad es que no me parecen nada convincentes porque nada más que empiezas a pensarlas un poco te encuentras con bastantes contradicciones. Por ejemplo, el nominalista dice que los nombres comunes nada más que son palabras que utilizamos para conocer la realidad, pero que por ejemplo "el pianista" no es nada real (no está en un único lugar) sino que nos sirve para reconocer a una persona con las características del pianista, pero entonces están diciendo que a partir de algo no real (el nombre de “pianista”) designamos a algo real (una persona con las características del pianista); y esto es bastante absurdo ¿no?
    Además, si del nominalismo pasamos al conceptualismo estamos más o menos en las mismas porque supuestamente conocemos las cosas gracias a los conceptos que aparecen en nuestra mente, pero estos conceptos deberán ser entonces inmateriales porque pueden estar en muchas mentes a la vez, y ¿cómo es posible que algo inmaterial nos permita conocer algo material? No les queda otra que aceptar que hay algo distinto de la materia…!
    Lo que me resulta más raro es lo que nos has dicho en clase de que ya nacemos conociendo por ejemplo el concepto de "dos" y que aprender es recordar, porque ¿cómo es posible que cuando nacemos ya tengamos en la mente esos conceptos? Y además, entonces antes de que existiese ningún hombre la idea de "dos" sería tan real y verdadera como ahora, pero ¿dónde se encontraban entonces esos conceptos?
    Elena dl.g

    Un saludo!

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  6. Hola Anónimo.
    Es muy interesante tu teoría. ¿Quieres decir entonces que los significados los tenemos en la mente desde siempre? Te hago una pregunta un poco rara: ¿un niño recién nacido "trae" ya en la mente todos los significados (aunque aún no sepa que los tiene ni el nombre que le demos)? ¿Qué piensas?
    Un saludo!

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  7. Hola Mª Ángeles: has dado en el clavo. Unos de los mayores problemas de la filosofía es cómo relacionar el concepto o idea (que no parece que sea nada físico) con las cosas físicas a las que se refiere (los "ejemplos" o ejemplares). ¿Cómo se relacíona la "mujer" con las mujeres concretas de carne y hueso? O, si quieres: ¿cómo se relaciona una fórmula matemática, que parece algo "abstracto", con todos aquellos casos que explica?... ¿Misterioso, eh?...
    Por otra parte, si los conceptos fueran algo mental, el problema sería: ¿cómo puede relacionarse la mente (que no ocupa ningún espacio) con las cosas físicas que ocupan espacio y que son comprendidas por ella?
    Una posible solución sería, quizás, pensar que todo es mente, también el mundo físico. Esto es el idealismo subjetivo de la siguiente entrada. A ver que te parece esta teoría.
    Un saludo!

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  8. Hola Elena:
    Tienes toda la razón en tus críticas al nominalismo y conceptualismo. En cuanto a tu última pregunta, no es fácil de contestar. Pero si lo pensamos veremos que quizás no hay más remedio que aceptar que conocer es recordar. Lo que nos permite conocer (los significados o ideas a los que se refieren los nombres comunes) no pueden ser aprendidos por experiencia, porque, como has visto, no son cosas físicas que podemos ver con los ojos. Por otra parte, es imposible conocer nada que nos sea fundamentalmente desconocido. Si yo conozco "algo" es que ya sé lo que es "algo" (ya tengo el concepto o idea); si veo un caballo por la calle es que ya sé lo que es un caballo, etc. ¿Quiere decir todo esto que "algo", "caballo", "dos", etc., existen con anterioridad a las mentes? No parece que haya más remedio que pensar esto. ¿"Donde" se encontraban entonces? En ningún sitio, porque los significados o ideas no ocupan espacio, ni tiempo. Y sin embargo, existen. Es más: para algunos filósofos son lo que REALMENTE existe...
    Un saludo!

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