Supongamos que la filosofía más parmenídea y platónica está en lo cierto. Lo real es absoluta Unidad, sin rastro ya de extensión ni de cambio. Una pregunta obvia es entonces: ¿y qué pasa con “este mundo” que veo y que parece a todas luces plural, extenso, corpóreo, cambiante, temporal...?
Una respuesta típica de este tipo de filosofías monistas es que “este mundo” es mera apariencia, una creencia errónea, un sueño o ilusión (una creación mágica o “mâyâ”, como se dice en el advaita vedânta, una antiquísima escuela de filosofía hindú).
Y este mundo es una creencia errónea no sólo porque las ideas de espacio y tiempo (de pluralidad, extensión, cambio, etc.), sean lógicamente inconcebibles (como se expuso en entradas anteriores), sino porque es igualmente erróneo que veamos nada así. Más bien parece que lo vemos. Nuestra experiencia sensible es pura ilusión. ¿O hay alguien por ahí que reconozca haber visto el espacio o el tiempo?
Ahora bien supuesto que el mundo que nos parece ver es ilusión, ¿no es REAL esta ilusión como tal ilusión? Si así fuera, el monismo sería falso: la absoluta unidad tendría que compartir realidad con eso que llamamos ilusión o apariencia. ¿Puede escapar el monismo a esta objeción? Veamos (quiero decir, pensemos).
¿Qué realidad tiene la apariencia? El monista replica: realmente, ninguna. Lo aparente es lo que “parece ser”, no “lo que es”. ¿Y esta apariencia de ser no es de algún modo? Sí, repite el monista: es de modo aparente, es aparentemente apariencia. Y así hasta... La apariencia es siempre apariencia de ser, luego nunca es de verdad. Desde la perspectiva de un conocimiento perfecto (y absolutamente verdadero) la apariencia, el error, no existen. ¿Pero entonces existe el conocimiento imperfecto y erróneo? ¿Existen distintas perspectivas (una perfecta y otras imperfectas)?... La respuesta del monista es idéntica: realmente, no. Desde la única perspectiva absolutamente verdadera, toda perspectiva diferente no existe, salvo como parte de la única (como verdad parcial)… ¿Entonces existe la parcialidad? ¿Cómo va a haber partes en lo único?...Parece que el monista tuviera que aceptar que la apariencia, el error, lo parcial, es y no es. Es decir: es contradictorio, que es la manera de ser de lo imposible. Pero entonces lo imposible (lo contradictorio) es…
Sí y no (remata el monista). Lo imposible no es en sí mismo nada, sólo es en cuanto participa de lo posible. Del mismo modo, la apariencia sólo es en cuanto apariencia de lo real; y lo falso en cuanto participa de la verdad (en cuento es verdaderamente falso), etc.… En conclusión: la nada (lo imposible, la apariencia, lo falso, lo parcial…) es infinitamente relativa, porque, por supuesto, no puede ser ni siquiera absolutamente nada.
¿Es esto una solución aceptable? ¿O es un truco del monista para escabullirse de esta objeción?
"¿Es esto una solución aceptable?"
ResponderEliminarNo.
"¿O es un truco del monista para escabullirse de esta objeción?"
Si.
Pero fíjate que otro tanto le ocurre al monismo materialista cuando caracteriza lo mental como epifenómeno. ¿Lo epifenoménico no es real?. ¿Es solo aparerente?. ¿Pero entonces la apariencia no es real?, etc...
El monista tiene otra forma de salir del pozo. Jubilar a Parménides y asumir que lo real NO es absoluta Unidad, sin rastro de extensión ni de cambio, sino, por el contrario, devenir, inmanencia, contingencia, perspectiva. Claro que, para cuando acepta que la perspectiva es real, "monista" empieza a convertirse en una etiqueta de dudosa aplicación.
Masgüel:
ResponderEliminar"sí", "no"... Te tendré que decir lo que digo a mis alumnos: "...y explica tus razones".
Por lo demás, el asunto de la apariencia me parece un verdadero (no aparente) problema (aunque no me parece el mismo problema que el de lo epifenoménico, que yo lo situaría más bien en el ámbito -no mnos problmático- del dualismo).
Y me parece un problema ineludible. Porque del pozo no se sale apostando por la inmanencia (ese es más bien el pozo del que, por defecto, hay que salir hacia donde sea). No hay devenir, contingencia, perspectiva, etc., sin presuponer la identidad (del devenir mismo), la necesidad (de la contingencia misma), lo absoluto (de lo que es perspectiva la perspectiva), etc. En fin, nuestro tema de discusión favorito (aunque aquí hablábamos más bien de otro).
media hora leyendo este articulo para intentar comprenderlo en tu totalidad.La media hora mejor invertida en mucho tiempo.
ResponderEliminarMuchas gracias y espero leer muchos mas del mismo estilo o como las "escenas de la vida de las ideas platónicas".
Un saludo
Muchas gracias, Manuel Palmero, por compartirlo.
EliminarUn saludo.