lunes, 26 de octubre de 2009

Taller de enigmas lógicos II


De nuevo tres enigmáticos enigmas lógicos. ¿Seréis capaces de resolverlos?

Enigma 1. El señor López y su hijo Antonio iban en un coche. Tuvieron un accidente. El padre murió en el acto y el hijo quedó herido de gravedad y lo ingresaron en el hospital. Al verlo, el jefe del departamento de cirugía dijo: "Yo no le puedo operar. ¡Si es mi hijo Antonio!". ¿Cómo te explicas esto?

Enigma 2. Aquellos de vosotros que sepáis algo de catolicismo, ¿sabéis si la iglesia católica permite que un hombre se case con la hermana de su viuda?

Enigma 3. El Señor Smith, un comerciante londinense, llamó al famoso detective Sherlock Holmes para denunciar un robo en su tienda. Se capturaron tres sospechosos, A, B y C, para su interrogatorio. Y se establecieron los siguientes hechos:

(1) Cada uno de los tres hombres, A, B y C, había estado en la tienda el día del robo, y nadie más había estado en ella ese día.
(2) Si A era culpable, entonces tenía un cómplice, y solo uno.
(3) Si B es inocente, también lo es C.
(4) Si dos y sólo dos, son culpables, entonces A es uno de ellos.
(5) Si C es inocente, también lo es B.

¿A quién inculpó finalmente Sherlock Holmes?

jueves, 22 de octubre de 2009

La "discoteca" de Dios y el laboratorio de los hombres


Oscuridad y luces parpadeantes, música (un chill out a base de órgano y voz), un olor muy especial (a incienso, claro), palabras misteriosas y poéticas (no en inglés, pero a veces en latín) que se repiten, rítmicamente, como un mantra, como un rezo... A veces (en algunas "discotecas" sagradas) un animador o varios que bailan frenéticamente, como posesos... ¿Es para entrar en trance o no?...





Los ritos religiosos tienen como finalidad excitar las emociones, provocar entusiasmo o temor, a veces incluso visiones, y desde luego, fortalecer la fe (ese modo de creernos algo porque sí, por pura voluntad). El objetivo es purificar a los fieles de su entendimiento racional, liberarlos de su razón. Porque la razón (el pecado de querer saber por su cuenta y riesgo) es lo que separa al hombre del Creador. Una vez purificado, el creyente está preparado para recibir a Dios y a su Verdad revelada a traves de la fe, la emoción, la visión...

Cambiemos de escenario: luz abundante y clara, silencio, un olor a desinfectante, palabras para nada poéticas entre un grupo de personas que discute y toma notas en sus ordenadores... No es una iglesia, es un laboratorio o aula. Los científicos intentan ser objetivos en su trabajo, de lo que han de purificarse no es de su razón, sino justo lo contrario: de la mera fe, de las emociones particulares de cada uno, de sus subjetivas visiones... El objetivo no es recibir la Verdad revelada por Dios, sino descubrir la Verdad desvelándola mediante la razón...




¿Tienes claras las diferencias entre religión y ciencia (entre saber irracional o racional)? Ambos buscan la Verdad. Pero no del mismo modo. Ahora responde: ¿qué tipo de búsqueda te parece que es más apropiada? ¿En cual de ellas (la religiosa o la científica) se "realiza" más un ser humano?

sábado, 17 de octubre de 2009

Taller de enigmas lógicos.



Dicen los que saben que hay dos formas de saber las cosas (al menos, por el lado sensato de la vida, ya hablaremos del otro lado, el de la religión y los otros oscuros extravíos del alma). Dos formas de saber: cerrando los ojos o abriéndolos mucho; pensando o mirando; la lógica o la experiencia. También hablaremos un día (o una noche) de la lógica de la experiencia, y de la experiencia lógica. Ahora vamos a limitarnos a experimentar ese tipo de conocimiento en el que el pensamiento se basta y se sobra a sí mismo. El saber lógico. Y nada mejor que practicarlo para empezar a entenderlo...

Os propongo unos cuantos enigmas lógicos, clasificados según su grado de difultad (según el animal que aparezca bajo el enigma así de difícil es).
Además de resolverlos (y poned vuestro nombre o seudónimo, para que recibáis vuestra merecida ración de fama), podéis también proponernos enigmas a los demás. ¡A ver como andáis de lógica!


Enigma 1. Un enorme botín ha sido robado de un almacén. El delincuente (o delincuentes) ha (n) transportado los géneros robados en un coche. Tres famosos delincuentes, A, B y C, fueron conducidos a comisaría para ser interrogados. Se establecieron los siguientes hechos: (1) Nadie más, fuera de A, B y C, está implicado; (2) A no trabaja nunca sin contar con al menos un cómplice; (3) C es inocente. ¿Es B inocente o culpable?


Enigma 2.
En El mercader de Venecia, de Shakespeare, Porcia tendía tres cofres –uno de oro, otro de plata y otro de plomo—, dentro de uno de los cuales estaba su retrato. El pretendiente tenía que elegir uno de los cofres y si tenía suerte (o inteligencia) elegiría el que tenía el retrato, pudiendo así tomar a Porcia por esposa. En la tapa de cada cofre había una inscripción para ayudar al pretendiente a elegir sabiamente. Imagina que las incripciones son las que siguen.
COFRE DE ORO : "EL RETRATO ESTÁ EN ESTE COFRE".

COFRE DE PLATA: "EL RETRATO NO ESTÁ AQUÍ"
COFRE DE PLOMO: "EL RETRATO NO ESTÁ EN EL COFRE DE ORO"

Porcia explicó al pretendiente que de las tres inscripciones solo una de ellas era verdad. ¿Cuál de los tres cofres debe elegir el pretendiente?



Enigma 3. Un hombre estaba mirando un retrato y alguien le preguntó: "¿De quién es esa fotografía?" A lo que él contestó: "Ni hermanos ni hermanas tengo, pero el padre de este hombre es el hijo de mi padre" ("El padre de este hombre" quiere decir, claro, el padre del que está en la fotografía). ¿De quién es la fotografía que estaba mirando el hombre?

¿Qué le diría el tocino a la velocidad?


Parece claro que los saberes son múltiples, distintos unos de otros (matemáticas, física, historia, psicología...). Y que cada uno se especializa en entender y explicar un "trocito" de la realidad. Pero yo esto no lo entiendo. ¿Hay trocitos de realidad? ¿Se puede dividir la realidad en trocitos como si fuera una tarta? ¿Quién lo hace? ¿Y cómo? (¿Se puede dividir REALMENTE la REALIDAD? Si no podemos dividir el agua con agua, ni la mantequilla con un cuchillo hecho de la misma mantequilla que dividimos... ¿Podríamos dividir "realmente" la realidad?)... ¿Puede haber distintas verdades: la verdad del físico, la verdad del artista, la verdad del historiador, las verdades del psicólogo...? ¿Podemos dividir VERDADERAMENTE la VERDAD? Si la REALIDAD ES UNA (¿O no?), ¿PUEDE HABER TANTAS VERDADES DISTINTAS E INCONEXAS?... (Encima, los cavernicolas suelen decir que sobre un mismo asunto o realidad puede haber varias opiniones distintas y verdaderas. ¿Es esto cierto? Si mi verdad es distinta que la tuya, ¿porque llamamos a las dos "verdad"? ¿Es "verdad" que hay muchas verdades?)... ¡Vaya lío!... Por el contrario, hay unos pocos cavernícolas que opinan que dado que la realidad es una, y la verdad sobre la realidad sólo puede ser también una, TODOS LOS SABERES Y VERDADES TIENEN QUE ESTAR, EN EL FONDO, RELACIONADOS (Y más en el fondo aún, ser el MISMO Y ÚNICO SABER). Pero esto no es fácil pensarlo. ¿Qué tiene que ver la matemática con el arte? ¿El derecho con la sexología? ¿La física cuántica con la psicología o la historia? ¿Debería haber un saber único que lo explicase todo a la vez, relacionando todo con todo?... ¿Alguien puede aportar algo de luz a esta oscura confusión cavernaria en la que me hallo?

viernes, 9 de octubre de 2009

¿Es la muerte un truco de magia?



La mayor parte de la gente piensa que la muerte es un mal inevitable ante el cual nada puede hacer la sabiduría. ¿Es esto cierto?

Quizás, al menos, el saber proporcione alivio. Epicuro, un viejo sabio griego, decía que el hombre jamás ha de preocuparse de lo que no puede hacerle daño, y la muerte –decía— no puede dañarnos pues cuando ella llega nosotros ya...no estamos. No es mal consuelo ¿Pero, de todas formas, es sólo consuelo lo que puede ofrecer la filosofía?

Pensemos por un momento lo que es la muerte. La muerte de X supone que X deja de existir. ¿Pero es esto lógicamente posible? ¿Es posible que algo que es deje de ser? ¿Dónde “van” nuestros sueños, deseos, recuerdos o ideas cuando nuestro cuerpo muere? ¿A la nada? Hay que ser muy ingenuo para creer que algo puede desaparecer como desaparece un conejo en la chistera de un mago…¿O dónde “va” nuestro cuerpo cuando se transforma en huesos y polvo? ¿Puede realmente transformarse una cosa (A) en otra (B)? Supongamos que sí. ¿Qué pasa entonces con lo que ha sido transformado (con A)? ¿Desaparece? ¿Es cosa de magia o qué?... La verdad es que la muerte es algo incomprensible, ilógico. Y lo ilógico, para algunos filósofo, no puede ser… más que un truco de feria.

De otro lado, el conocimiento actual sugiere la posibilidad de vencer a la muerte. La idea es verosímil: los seres son organismos, estructuras, y no pueden morir si vamos substituyendo cada una de sus partes conforme van desgastándose (la estructura o forma del organismo siempre se mantendrá idéntica). Los filósofos, sabios mucho más viejos que los modernos científicos, han dicho lo mismo desde hace siglos: la estructura, la forma de los seres, lo que concebimos como su esencia, es inmaterial y, como tal, inmortal. …


Entonces (además de comentar lo que quieras) contesta si quieres (y sigues vivo):
1. ¿Es posible que algo tan absurdo como la muerte sea tan real?
2. Algunos filósofos creen que la muerte es lo que da sentido a la existencia humana. Ahora bien: ¿Podría dar sentido a la vida algo tan absurdo como la muerte?
3. ¿Crees que sería posible la inmortalidad? ¿Cómo, por favor?
4. Por cierto, no sólo la muerte resulta ilógica, también el nacimiento, y cualquier otra transformación en que aparece o desparece una cosa. ¿Estás de acuerdo, o mejor pasar de la lógica?

jueves, 8 de octubre de 2009

Breve demostración lógica de que la vida es maravillosa...


Pensemos: si NADA tuviera sentido, ni siquiera tendría sentido la PREGUNTA POR EL SENTIDO, y por tanto no podríamos entenderla. ¡Pero es un hecho que entendemos la pregunta! ¿No? (igual que entendemos la contradictoria afirmación del desesperado cuando dice que “NADA tiene sentido” –de lo cual hemos de deducir que al menos esa frase suya sí que lo tiene—). Ahora bien, si entendemos la pregunta hay que reconocer que hay en el mundo ALGO que tiene sentido: la propia pregunta...Algo es algo…

Pero si en la realidad hay al menos UNA COSA CON SENTIDO, ¿no HAN DE TENERLO TAMBIÉN EL RESTO DE LAS COSAS? …Suponer lo contrario equivale a afirmar que LA REALIDAD es a la vez absurda y no absurda, que TIENE EN PARTE SENTIDO Y EN PARTE NO.... Ahora bien: ¿QUÉ SENTIDO TENDRÍA ESTA DISTINCIÓN? …

SI LA PROPIA DISTINCIÓN NO TUVIERA SENTIDO (fuera incomprensible e ilógica), no habría forma de comprender nada: todo sería absurdo; pero esto no es cierto pues, como hemos visto al menos la pregunta por el sentido no es absurda, la comprendemos.

SI LA PROPIA DISTINCIÓN TUVIERA SENTIDO podríamos separar de forma comprensible lo absurdo de lo no absurdo. PERO SI PODEMOS DISTINGUIR LO ABSURDO es que LO ABSURDO es distinguible, posee una forma que lo distingue y le presta identidad, y en esa misma medida ES COMPRENSIBLE, no absurdo, por lo que NADA PODRÍA SER REALMENTE ABSURDO…

(Si alguien respondiera a esto que lo absurdo es en parte comprensible y en parte no –como cuando se piensa en números irracionales o cosas así— nos obligaría a repetir de nuevo el argumento: ¿tiene sentido que algo sea en parte absurdo y en parte no? ¿La distinción es en sí misma absurda o no absurda?)...

¡Hala, pues ahí tenéis la demostración, listillos! ¡Y sin fe ni nada!...A ver si los pesimistas sois capaces de echarla por tierra… Si no, ya hemos dado un gran paso: TODO TIENE SENTIDO. Ahora... sólo hace falta saber…¿CÚAL?... Mientras tanto piensa si quieres en lo siguiente:
1. ¿Estas de acuerdo con el razonamiento? ¿Encuentras algún error en él?
2. ¿Incluso si no fuera erróneo podríamos seguir diciendo que hay cosas sin sentido?





miércoles, 7 de octubre de 2009

Dialoguillo de otoño sobre el sentido de la vida


Otoño. Un recreo como tantos. Cali (de Calixto) y Sofía discuten después de una clase de filosofía. Al rato aparece Ágata, una compañera de otra clase.

Cali-... Venga, no me digas... No sólo estás todo el día encerrado en el Instituto estudiando como un enano, sino que encima viene el de filosofía y dice que nada tiene sentido y que qué hacemos aquí... ¡Pues que lo digan antes y no venimos!
Sofía -. Ese es un truco. Él quiere que pensemos y nos demos cuenta de lo guay que es estudiar. Típico.
Cali-. Eso es lo que fastidia. Encima quiere el tío que vengamos contentos.
Sofía -. O no. Lo que este quiere es que pensemos. Que lo de filosofía es de pensar, vamos.
C -. Sí, de pensar en la hora de salir, no te j...
S -. Pues no vengas tío.
C-. ¡Tú también con ese rollo! En la vida ha visto un profesor que te diga que no vengas si no quieres. ¡Pues que no venga él...!
S -. O sea que en el fondo sí quieres venir...
C-. J..., yo vengo porque tengo que venir. Porque si no mis padres pasan de mí... Mira, yo aguanto aquí dos años, y después me piro con mi primo, y montamos los dos un pedazo taller de motos. Voy a tener una cacho de burra que vas a flipar, colega. Y pelas a mogollón. ¡Y de fiesta de jueves a domingo, sin parar! ¡Playita, tías buenas...! Jajaja...
S.- Eres más simple que una persiana. ¿Vas a pasarte la vida de fiesta en fiesta?
C.- ¡Pues sí, con mis colegas! Nos hacemos unas juergas alucinantes. Y ligamos, marisabidilla, veinte veces más que tú...
S.- ¿Qué colegas? Si son los que yo conozco, solo saben hablar de fútbol. Y para ligar, te recuerdo, tienes que tener una pizca de conversación, y algo en la mollera que no sea calimocho...
C-. ¿Qué diiices?
S.- Qué tu y tus colegas sois menos interesantes que una patata...
C.- ¿Y tú qué, premio nobel? ¿Estás investigando la vida de los delfines? ¿Compones música? ¿Estarás filmando ahora mismo, supongo, una película genial?...
S.- Todavía no... Pero... Sí, me gustaría... No sé, levantarme todas las mañanas con la ilusión de hacer algo realmente valioso, y no simplemente pensando que me espera un trabajo aburrido y esperando que llegue el fin de semana ... Mira, leí una vez una frase, algo así como: “vivir no merece la pena, si no hay algo por lo que estés dispuesto a morir”.
C.- ¡Puff!... Eso es un rollo. Lo que hay que hacer es vivir a tope el momento y pasar de comerse el tarro. Como dice mi madre, para cuatro días que vamos a estar aquí...
S.- No te entiendo. ¿Vivir a tope es venir sin ganas al Instituto o al trabajo, mirar la tele e irse de marcha todos los viernes con los colegas? Así, un año tras otro... ¿Crees que cuando tengas cuarenta años no vas a pensar que has desperdiciado tu vida, y que no has hecho más que poner tornillos en el taller y beber cerveza?
C.- Y mantener a mi familia, ojo. ¿Es que eso no es suficiente?
S.- Para mí, no. Mucha gente tiene familia porque todo el mundo la tiene, por no estar sólo. O yo qué sé. Para que sus hijos tengan hijos y así una y otra vez, como hormiguitas, todos por el mismo camino...¡¡Eso no tiene sentido!!
C.- ¿Y lo que tú quieres hacer sí? ¿Para qué te vas a romper la cabeza haciendo cosas? Te vas a morir igual. Bueno, igual le ponen tu nombre a una calle, pero tú no te vas a enterar... Y cuando haya una guerra, o se acabe el planeta, ni calle vas a tener.
S.- ... Mira, ahí viene la Ágata. ¿Qué pasa, Aga, qué tal el examen de mates?
A.- Yo qué sé, no tengo muy buena impresión. ¿Y vosotros, de qué habláis, que os veía discutir desde lejos?
C.- ¡Del sentido de la vida, jaja!
A.- Hala, sí que os ha dado fuerte la filosofía, ¿no?
C.- Esta, que no sabe qué hacer con su triste existencia.
S.- De triste nada, melón. Lo que quiero es no ser un cacho ladrillo como tú...Hablaba de saber qué sentido tiene lo que hacemos, estudiar y todo eso. Y de qué me gustaría encontrar algo por lo que luchar y que diera significado a mi vida...
A.- Yo ya he decidido que voy a hacer medicina. Mi hermana ya ha empezado y dice qué es superduro pero mola tía, salvar a los demás y todo eso.
S.- Ya pero, ¿para qué? Al final van a morir también.
A.- Sí tía, pero los médicos cada vez saben más cosas. Y además yo quiero ayudar a los demás. Yo creo que sería feliz así...
C.- ¿Feliz? Vas a estar todo el día con enfermos deprimidos, rodeada de sangre y de gente gritando... Y además, como dice ésta, al final todo el mundo se muere.
A.- Sí, pero gracias a mi van a sufrir menos, y van a vivir más tiempo. Los médicos son más necesarios que cualquier otra cosa. Además, la mayoría acaban siendo buenísimas personas, y con mucha experiencia. Mi tío es médico jubilado y cuenta historias superbonitas; yo hasta lloro a veces...
C.- (Con ironía) Tía, qué buena vas a ser. Seguro que vas al cielo.
A.- Eso no lo sé. Pero si sé que Dios me ha puesto en este mundo para hacer el bien a los demás.
C.- Sí, hombre, que Dios está ahí arriba organizándolo todo desde su oficina... ¿Y eso como lo sabes?
A.- Ya estamos. No todo tiene explicación, Cali. Con estas cosas o se tiene fe o no. Y punto.
C.- Vale, pues yo no me creo esos rollos de curas. Paso.
S.- (Un poco cabreada) ¿Y por qué sigues aquí y no pasas de hablar con nosotras? ¿No dices que pasas de todo?... Pues venga...
C.- Bueno, tía, no te sulfures. ¿Qué pasa, que tu también le das al incienso y al agua bendita?
S.- No. Yo tampoco creo mucho en Dios. Y eso de que hizo el mundo en siete días, y que si el hijo crucificado, y la virgen... Buf. A mi al menos no me entra en la cabeza...Pero yo también creo, como Aga, que tengo que estar aquí para algo. Qué todo esto tiene algún sentido. El de filosofía dice que todo tiene que tener alguna explicación lógica.
A.- ¿Sí? ¿Cuál? Explícamela, anda.
C. Macho, estáis flipando las dos. O sea: no me puedo creer que estéis teniendo esta conversación. Que no...


1. En el relato se muestran tres actitudes distintas ante el problema del sentido de la vida. ¿Cuáles son? ¿Con qué personaje relacionas cada una?
2. ¿Con qué personaje te identificas más? ¿Podrías continuar el diálogo como sí tu fueras ese personaje? O continualo, si quieres, creando un personaje nuevo. (Igual hasta nos sale una obrilla de teatro...).

lunes, 5 de octubre de 2009

El espejo de Matsuyama


Por sugerencia de Rocío os presento este hermoso cuento japonés. Tiene mucho que ver con algo que hemos discutido en clase: ¿es mejor una mentira que nos haga felices a saber la verdad?...

El espejo de Matsuyama
Anónimo japonés (Texto completo aportado por Miguel Díaz R.)

En Matsuyama, lugar remoto de la provincia japonesa de Echigo, vivía un matrimonio de jóvenes campesinos que tenían como centro y alegría de sus vidas a su pequeña hija. Un día, el marido tuvo que viajar a la capital para resolver unos asuntos y, ante el temor de su mujer por viaje tan largo y a un mundo tan desconocido, la consoló con la promesa de regresar lo antes posible y de traerle, a ella y a su hijita, hermosos regalos.
Después de una larga temporada, que a la esposa se le hizo eterna, vio por fin a su esposo de vuelta a casa y pudo oír de sus labios lo que le había sucedido y las cosas extraordinarias que había visto, mientras que la niña jugaba feliz con los juguetes que su padre le había comprado.

-Para ti -le dijo el marido a su mujer- te he traído un regalo muy extraño que sé que te va a sorprender. Míralo y dime qué ves dentro.

Era un objeto redondo, blanco por un lado, con adornos de pájaros y flores, y, por el otro, muy brillante y terso. Al mirarlo, la mujer, que nunca había visto un espejo, quedó fascinada y sorprendida al contemplar a una joven y alegre muchacha a la que no conocía. El marido se echó a reír al ver la cara de sorpresa de su esposa.

-¿Qué ves? -le preguntó con guasa.

-Veo a una hermosa joven que me mira y mueve los labios como si quisiera hablarme.

-Querida -le dijo el marido-, lo que ves es tu propia cara reflejada en esa lámina de cristal. Se llama espejo y en la ciudad es un objeto muy corriente.

La mujer quedó encantada con aquel maravilloso regalo; lo guardó con sumo cuidado en una cajita y sólo, de vez en cuando, lo sacaba para contemplarse.

Pasaba el tiempo y aquella familia vivía cada día más feliz. La niña se había convertido en una linda muchacha, buena y cariñosa, que cada vez se parecía más a su madre; pero ella nunca le enseñó ni le habló del espejo para que no se vanagloriase de su propia hermosura. De esta manera, hasta el padre se olvidó de aquel espejo tan bien guardado y escondido.

Un día, la madre enfermó y, a pesar de los cuidados de padre e hija, fue empeorando, de manera que ella misma comprendió que la muerte se le acercaba. Entonces, llamó a su hija, le pidió que le trajera la caja en donde guardaba el espejo, y le dijo:

-Hija mía, sé que pronto voy a morir, pero no te entristezcas. Cuando ya no esté con ustedes, prométeme que mirarás en este espejo todos los días. Me verás en él y te darás cuenta de que, aunque desde muy lejos, siempre estaré velando por ti.

Al morir la madre, la muchacha abrió la caja del espejo y cada día, como se lo había prometido, lo miraba y en él veía la cara de su madre, tan hermosa y sonriente como antes de la enfermedad. Con ella hablaba y a ella le confiaba sus penas y sus alegrías; y, aunque su madre no le decía ni una palabra, siempre le parecía que estaba cercana, atenta y comprensiva.

Un día el padre la vio delante del espejo, como si conversara con él. Y, ante su sorpresa, la muchacha contestó:

-Padre, todos los días miro en este espejo y veo a mi querida madre y hablo con ella.

Y le contó el regalo y el ruego que su madre la había hecho antes de morir, lo que ella no había dejado de cumplir ni un solo día.

El padre quedó tan impresionado y emocionado que nunca se atrevió a decirle que lo que contemplaba todos los días en el espejo era ella misma y que, tal vez por la fuerza del amor, se había convertido en la fiel imagen del hermoso rostro de su madre.

FIN


Y ahora podemos preguntarnos:
¿sería más feliz la muchacha si supiera la verdad?
¿aunque no fuera tan feliz "merecería" saberla?
¿Crees que la muchacha sabe en el fondo la verdad pero se engaña a sí misma?
Y, sobre todo: ¿qué hariaís vosotros si fueráis el padre? ¿Le diriáis la verdad o no?

sábado, 3 de octubre de 2009

Taller de monstruos



La falta de sentido y razón en las cosas puede generar un sentimiento de terror ante lo que, por carecer justamente de sentido, nos resulta extraño, incomprensible (contrario a lo entrañablemente conocido y familiar)...En otras palabras: monstruoso... El monstruo es lo otro, lo ajeno a nosotros, aquello cuya forma o cuya conducta nos resulta extraña. Monstruoso puede ser así el deforme, el engendro, el loco de imprevisible conducta...

O la propia naturaleza en su aspecto más salvaje e inhumano (un terremoto, el mar embravecido bajo la tormenta, una jungla oscura e impenetrable, o un inofensivo insecto que deja ver lo extraño de sus formas y movimientos)...
Más monstruosa aún es la conversión repentina de lo entrañable en extraño (lo que ocurre de noche bajo nuestra querida cama, el dulce pero malvado oso de peluche, el niño asesino o poseído, el rostro muerto de alguien que conociamos, una conducta extraña, de repente, en quién menos lo esperamos...)...




Pero lo más terrible es siempre lo que, por ser tan “otro”, tan distinto y tan extraño a nosotros, es inimaginable, carece o cambia constantemente de forma (quizás lo situamos en la oscuridad, que es el reino imaginario de lo informe). Este monstruo está en todas partes y parece, por indefinible, imposible de vencer (y es, quizás, el que mejor se identifica con lo absurdo)...



¿Será cierta esta teoría sobre lo monstruoso y terrorífico?... Me gustaría que me ayudases a ponerla a prueba. El ejercicio es el siguiente. Recuerda y cuenta tus peores pesadillas. Confiesa lo que te dé más miedo. Invéntate o recuerda el peor monstruo, historia o experiencia de miedo que conozcas... Veremos entre todos si encaja o no en todo lo que hemos dicho.

viernes, 2 de octubre de 2009

El sentido de la vida.



Hace años, después de una clase en la que habíamos estado hablando de las teorías físicas sobre el Universo, un alumno esperó que todo el mundo se fuera y se acercó, se sentó frente a mi mesa, y sacando las palabras de algún lugar muy remoto de sí mismo, me dijo, mientras me miraba absolutamente aturdido: “Profesor...QUÉ RARO ES TODO”... La frase no es nada especial, pero sí lo era la intensidad con que la dijo. Ese alumno no sólo estaba diciendo una frase, la estaba viviendo, padeciendo, estaba invadido por ella...Casi parecía que era la frase la que le estaba diciendo a él... Jamás se me olvidará la manera en que la dijo...
....Y a vosotros. ¿No os parece también raro todo esto? ¿De dónde ha salido este Mundo? ¿Por qué existe? ¿Para qué?... ¿Y nuestra propia vida? Nacemos y vivimos en el tercer planeta de una estrella perdida en un rincón de uno de los brazos de una de las miles de millones de galaxias, viajando a toda velocidad hacia los confines del Universo... ¿Por qué? ¿Para qué?...¿Tenemos alguna misión especial en este mundo? ¿Qué pintamos aquí?...
Decía el filósofo José Ortega y Gasset que nuestra vida es como un “fenómeno deportivo”, un mero juego sin más sentido que el de jugar por jugar... Al fin y al cabo, para qué esforzarse seriamente en nada, si todo acaba en la nada de la muerte... Por eso decía otro filósofo (Jean Paul Sartre) que el hombre es una “pasión inútil”. ¿Estas de acuerdo? ¿Es inútil tu vida o tiene algún sentido? ¿Cuál?

jueves, 1 de octubre de 2009

¿Por qué queremos lo que queremos?


Crecer (salir del Jardín de infancia del Edén), ser como los mayores, tiene cierta relación con ser libres. ¿Qué es ser libres? Esta claro. Hacer lo que queramos (dentro de ciertos límites, parece, no puedo crecer quince metros, por ejemplo, por mucho que quiera). Pero la pregunta más interesante es: ¿por qué queremos lo que queremos?...Es obvio que (si no estamos locos) queremos lo que es mejor para nosotros, lo bueno. ¿Pero cómo sabemos lo que es bueno y nos conviene? ¿Por qué nos lo han dicho otros (los padres, los amigos, la publicidad, los profesores, los cuentos que nos contaban de niños y que nos siguen contando de mayores...)? Todos tenemos ideas, imágenes, ensueños... acerca de lo que es guay, bueno, chachipiruli... Pero esas ideas, imágenes..: ¿Son nuestras? ¿Las hemos elegido conscientemente nosotros? ¿O nos la han metido a traición en la cabeza?...Quizás esté aquí el meollo del problema de la libertad. Quizás somos libres no cuando hacemos lo que queremos, sino cuando sabemos (por nosotros mismos) qué es eso que queremos... ¿Y tú? ¿Sabes por ti mismo lo que quieres o quieres lo que otros quieren que quieras?


ACTIVIDADES

1. ¿Hay alguna circunstancia en la vida en que no podemos escoger entre, al menos, dos opciones?
2. Un filósofo del siglo pasado (Jean Paul Sartre) dijo que “el hombre está condenado a ser libre”. ¿Qué crees que puede significar esta frase?
3. ¿Es lo mismo "ser libre" que actuar "por capricho"?
4. ¿Puede uno escoger querer lo que quiere? ¿Somos libres para escoger lo que nos gusta?
5. ¿De qué depende que nos guste lo que nos gusta?
6. Tal vez queremos o nos gusta algo porque tenemos la idea de que va a ser bueno para nosotros. Ahora bien: ¿Tenéis ideas propias acerca de lo que es bueno querer? ¿O son prestadas (de vuestros padres, amigos, profesores, libros o películas favoritas...)? ¿Cuándo diríamos que nuestras ideas son nuestras y no inculcadas por otros?
7. ¿Sabés realmente lo que TÚ quieres y por qué lo quieres?

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