jueves, 28 de octubre de 2010

La felicidad no es cosa de tontos...Sino de sabios.


Podemos empezar por suponer que la felicidad es esa emoción que tenemos cuando creemos que las cosas nos van muy bien. Ahora bien: ¿cuándo diremos que las cosas nos van muy bien?...
Algunos filósofos piensan que a los seres humanos les va muy bien (y son felices) cuando desarrollan plenamente lo que ellos mismos son. Es decir: cuando logran crecer hasta rozar la plenitud o perfección como seres humanos.
¿Pero qué es la “plenitud” de un ser humano? Si consideramos que lo humano de un ser humano es, ante todo, su vida mental (es decir, ese compendio de facultades que llamamos sensibilidad, emotividad, voluntad, entendimiento…), parece claro que la plenitud de un ser humano equivale a la plenitud de su vida mental.
¿Y cómo se logra crecer mentalmente para lograr esa plenitud? Pues del mismo modo que crecemos físicamente: “comiendo”, uniéndonos a todo lo que puede acrecentar nuestra mente, y disfrutando, claro, del placer que esta unión procura (a este deseo de unión se le llama, en general, amor).


Hay muchas formas de unirnos al mundo (de amarlo) y, así, de “engordar” nuestra vida mental. Una de las más inmediatas es a través de los sentidos, por eso nos gusta contemplar un paisaje, comer, o hacer el amor. Otra puede ser a través de la imaginación y las emociones, por eso disfrutamos tanto de las obras de arte que contemplamos o creamos, pues en ellas nos unimos a un mundo más pleno (el de la imaginación, en que nuestros deseos apenas se distinguen de la realidad)...

Pero también podemos unirnos al mundo y a los demás de una forma aún más rica: a través de proyectos y acciones, transformando el mundo para darle la forma de nuestros deseos… Pero en cualquier caso, la forma más profunda de unirnos al mundo y a los otros es comprendiéndolos. No hay forma de unión y crecimiento más ilimitada y completa que esa…



Ahora bien: si todo esto es la felicidad, LA FELICIDAD ES INSEPARABLE DEL SABER. Hay que EDUCAR los sentidos para disfrutar de ellos; hay que SABER unir lo que imaginamos a lo matérico para crear o interpretar una obra de arte; hay que SABER cómo y en qué sentido transformar el mundo para poder hacerlo; y hay que SABER, que dialogar con los demás o con uno mismo (eso es pensar) para comprender la realidad…
La plena felicidad nunca es una cosa de tontos, inocentes o niños, el modelo de ser humano feliz no puede ser el bobo de Homer Simpson, ni Peter Pan, el niño que no quiere crecer. La plenitud en la felicidad sólo está al alcance del sabio. Por eso, si deseamos ser felices, también deseamos saber, y ese deseo de saber es justamente a lo que se refiere filosofía.


1. ¿Qué dirías tú que es la felicidad? ¿Crees que podemos tener una idea compartida acerca de lo que ella sea? ¿Qué es lo que te hace más feliz a ti?
2. ¿Aumenta el saber la capacidad para disfrutar de la comida, la música, el sexo y cosas así? ¿Quién puede disfrutar más conduciendo una moto: un gran piloto o un conductor normal? ¿Crees que un juego o una afición es tanto más divertido cuanto más experto se es? ¿Quién crees que se aburre más en un partido de fútbol: el que sabe de fútbol o el que no sabe?
3. ¿Basta con ser rico o hay que saber ser rico? ¿Por qué crees que el hecho de comprar cosas hace feliz a tanta gente? ¿Basta con ser guapo o millonario para tener verdaderos amigos? ¿Qué hay que hacer para tener amigos? ¿Puedes ser importante o divertido para los demás si no sabes nada?
4. ¿Sigues pensando que la felicidad es cosa de ignorantes y no de aquellos que buscan la sabiduría?
5. ¿Te parece justificado que sigamos dándole vueltas a los problemas filosóficos? ¿No reside ahí el secreto de la mayor felicidad?



lunes, 25 de octubre de 2010

¿Es la muerte un truco de magia?



La mayor parte de la gente piensa que la muerte es un mal inevitable ante el cual nada puede hacer la sabiduría. ¿Es esto cierto?

Quizás, al menos, el saber proporcione alivio. Epicuro, un viejo sabio griego, decía que el hombre jamás ha de preocuparse de lo que no puede hacerle daño, y la muerte –decía— no puede dañarnos pues cuando ella llega nosotros ya...no estamos. No es mal consuelo ¿Pero, de todas formas, es sólo consuelo lo que puede ofrecer la filosofía?

Pensemos por un momento lo que es la muerte. La muerte de X supone que X deja de existir. ¿Pero es esto lógicamente posible? ¿Es posible que algo que es deje de ser? ¿Dónde “van” nuestros sueños, deseos, recuerdos o ideas cuando nuestro cuerpo muere? ¿A la nada? Hay que ser muy ingenuo para creer que algo puede desaparecer como desaparece un conejo en la chistera de un mago…¿O dónde “va” nuestro cuerpo cuando se transforma en huesos y polvo? ¿Puede realmente transformarse una cosa (A) en otra (B)? Supongamos que sí. ¿Qué pasa entonces con lo que ha sido transformado (con A)? ¿Desaparece? ¿Es cosa de magia o qué?... La verdad es que la muerte es algo incomprensible, ilógico. Y lo ilógico, para algunos filósofo, no puede ser… más que un truco de feria.

De otro lado, el conocimiento actual sugiere la posibilidad de vencer a la muerte. La idea es verosímil: los seres son organismos, estructuras, y no pueden morir si vamos substituyendo cada una de sus partes conforme van desgastándose (la estructura o forma del organismo siempre se mantendrá idéntica). Los filósofos, sabios mucho más viejos que los modernos científicos, han dicho lo mismo desde hace siglos: la estructura, la forma de los seres, lo que concebimos como su esencia, es inmaterial y, como tal, inmortal. …


Entonces (además de comentar lo que quieras) contesta si quieres (y sigues vivo):
1. ¿Es posible que algo tan absurdo como la muerte sea tan real?
2. Algunos filósofos creen que la muerte es lo que da sentido a la existencia humana. Ahora bien: ¿Podría dar sentido a la vida algo tan absurdo como la muerte?
3. ¿Crees que sería posible la inmortalidad? ¿Cómo, por favor?
4. Por cierto, no sólo la muerte resulta ilógica, también el nacimiento, y cualquier otra transformación en que aparece o desparece una cosa. ¿Estás de acuerdo, o mejor pasar de la lógica?

viernes, 22 de octubre de 2010

Breve demostración lógica de que la vida es maravillosa...


Pensemos: si NADA tuviera sentido, ni siquiera tendría sentido la PREGUNTA POR EL SENTIDO, y por tanto no podríamos entenderla. ¡Pero es un hecho que entendemos la pregunta! ¿No? (igual que entendemos la contradictoria afirmación del desesperado cuando dice que “NADA tiene sentido” –de lo cual hemos de deducir que al menos esa frase suya sí que lo tiene—). Ahora bien, si entendemos la pregunta hay que reconocer que hay en el mundo ALGO que tiene sentido: la propia pregunta...Algo es algo…

Pero si en la realidad hay al menos UNA COSA CON SENTIDO, ¿NO HAN DE TENERLO TAMBIÉN EL RESTO DE LAS COSAS? …Suponer lo contrario equivale a afirmar que LA REALIDAD es a la vez absurda y no absurda, que TIENE EN PARTE SENTIDO Y EN PARTE NO.... Ahora bien: ¿QUÉ SENTIDO TENDRÍA ESTA DISTINCIÓN? …

SI LA PROPIA DISTINCIÓN NO TUVIERA SENTIDO (fuera incomprensible e ilógica), no habría forma de comprender nada: todo sería absurdo; pero esto no es cierto pues, como hemos visto al menos la pregunta por el sentido no es absurda, la comprendemos.

SI LA PROPIA DISTINCIÓN TUVIERA SENTIDO podríamos separar de forma comprensible lo absurdo de lo no absurdo. PERO SI PODEMOS DISTINGUIR LO ABSURDO es que LO ABSURDO es distinguible, posee una forma que lo distingue e identifica, y en esa misma medida ES COMPRENSIBLE, y lo comprensible no es absurdo, por lo que NADA PODRÍA SER REALMENTE ABSURDO…

(Si alguien respondiera a esto que lo absurdo es en parte comprensible y en parte no –como cuando se piensa en números irracionales o cosas así— nos obligaría a repetir de nuevo el argumento: ¿tiene sentido que algo sea en parte absurdo y en parte no?...)...

¡Hala, pues ahí tenéis la demostración, listillos! ¡Y sin fe ni nada!...A ver si los pesimistas sois capaces de echarla por tierra… Si no, ya hemos dado un gran paso: TODO TIENE SENTIDO. Ahora... sólo hace falta saber…¿CÚAL?... Mientras tanto piensa si quieres en lo siguiente:
1. ¿Estas de acuerdo con el razonamiento? ¿Encuentras algún error en él?
2. ¿Incluso si no fuera erróneo podríamos seguir diciendo que hay cosas sin sentido?




jueves, 21 de octubre de 2010

Dialoguillo de otoño sobre el sentido de la vida


Otoño. Un recreo como tantos. Cali (de Calixto) y Sofía discuten después de una clase de filosofía. Al rato aparece Ágata, una compañera de otra clase.

Cali-... Venga, no me digas... No sólo estás todo el día encerrado en el Instituto estudiando como un enano, sino que encima viene el de filosofía y dice que nada tiene sentido y que qué hacemos aquí... ¡Pues que lo digan antes y no venimos!
Sofía -. Ese es un truco. Él quiere que pensemos y nos demos cuenta de lo guay que es estudiar. Típico.
Cali-. Eso es lo que fastidia. Encima quiere el tío que vengamos contentos.
Sofía -. O no. Lo que este quiere es que pensemos. Que lo de filosofía es de pensar, vamos.
C -. Sí, de pensar en la hora de salir, no te j...
S -. Pues no vengas tío.
C-. ¡Tú también con ese rollo! En la vida ha visto un profesor que te diga que no vengas si no quieres. ¡Pues que no venga él...!
S -. O sea que en el fondo sí quieres venir...
C-. J..., yo vengo porque tengo que venir. Porque si no mis padres pasan de mí... Mira, yo aguanto aquí dos años, y después me piro con mi primo, y montamos los dos un pedazo taller de motos. Voy a tener una cacho de burra que vas a flipar, colega. Y pelas a mogollón. ¡Y de fiesta de jueves a domingo, sin parar! ¡Playita, tías buenas...! Jajaja...
S.- Eres más simple que una persiana. ¿Vas a pasarte la vida de fiesta en fiesta?
C.- ¡Pues sí, con mis colegas! Nos hacemos unas juergas alucinantes. Y ligamos, marisabidilla, veinte veces más que tú...
S.- ¿Qué colegas? Si son los que yo conozco, solo saben hablar de fútbol. Y para ligar, te recuerdo, tienes que tener una pizca de conversación, y algo en la mollera que no sea calimocho...
C-. ¿Qué diiices?
S.- Qué tu y tus colegas sois menos interesantes que una patata...
C.- ¿Y tú qué, premio nobel? ¿Estás investigando la vida de los delfines? ¿Compones música? ¿Estarás filmando ahora mismo, supongo, una película genial?...
S.- Todavía no... Pero... Sí, me gustaría... No sé, levantarme todas las mañanas con la ilusión de hacer algo realmente valioso, y no simplemente pensando que me espera un trabajo aburrido y esperando que llegue el fin de semana ... Mira, leí una vez una frase, algo así como: “vivir no merece la pena, si no hay algo por lo que estés dispuesto a morir”.
C.- ¡Puff!... Eso es un rollo. Lo que hay que hacer es vivir a tope el momento y pasar de comerse el tarro. Como dice mi madre, para cuatro días que vamos a estar aquí...
S.- No te entiendo. ¿Vivir a tope es venir sin ganas al Instituto o al trabajo, mirar la tele e irse de marcha todos los viernes con los colegas? Así, un año tras otro... ¿Crees que cuando tengas cuarenta años no vas a pensar que has desperdiciado tu vida, y que no has hecho más que poner tornillos en el taller y beber cerveza?
C.- Y mantener a mi familia, ojo. ¿Es que eso no es suficiente?
S.- Para mí, no. Mucha gente tiene familia porque todo el mundo la tiene, por no estar sólo. O yo qué sé. Para que sus hijos tengan hijos y así una y otra vez, como hormiguitas, todos por el mismo camino...¡¡Eso no tiene sentido!!
C.- ¿Y lo que tú quieres hacer sí? ¿Para qué te vas a romper la cabeza haciendo cosas? Te vas a morir igual. Bueno, igual le ponen tu nombre a una calle, pero tú no te vas a enterar... Y cuando haya una guerra, o se acabe el planeta, ni calle vas a tener.
S.- ... Mira, ahí viene la Ágata. ¿Qué pasa, Aga, qué tal el examen de mates?
A.- Yo qué sé, no tengo muy buena impresión. ¿Y vosotros, de qué habláis, que os veía discutir desde lejos?
C.- ¡Del sentido de la vida, jaja!
A.- Hala, sí que os ha dado fuerte la filosofía, ¿no?
C.- Esta, que no sabe qué hacer con su triste existencia.
S.- De triste nada, melón. Lo que quiero es no ser un cacho ladrillo como tú...Hablaba de saber qué sentido tiene lo que hacemos, estudiar y todo eso. Y de qué me gustaría encontrar algo por lo que luchar y que diera significado a mi vida...
A.- Yo ya he decidido que voy a hacer medicina. Mi hermana ya ha empezado y dice qué es superduro pero mola tía, salvar a los demás y todo eso.
S.- Ya pero, ¿para qué? Al final van a morir también.
A.- Sí tía, pero los médicos cada vez saben más cosas. Y además yo quiero ayudar a los demás. Yo creo que sería feliz así...
C.- ¿Feliz? Vas a estar todo el día con enfermos deprimidos, rodeada de sangre y de gente gritando... Y además, como dice ésta, al final todo el mundo se muere.
A.- Sí, pero gracias a mi van a sufrir menos, y van a vivir más tiempo. Los médicos son más necesarios que cualquier otra cosa. Además, la mayoría acaban siendo buenísimas personas, y con mucha experiencia. Mi tío es médico jubilado y cuenta historias superbonitas; yo hasta lloro a veces...
C.- (Con ironía) Tía, qué buena vas a ser. Seguro que vas al cielo.
A.- Eso no lo sé. Pero si sé que Dios me ha puesto en este mundo para hacer el bien a los demás.
C.- Sí, hombre, que Dios está ahí arriba organizándolo todo desde su oficina... ¿Y eso como lo sabes?
A.- Ya estamos. No todo tiene explicación, Cali. Con estas cosas o se tiene fe o no. Y punto.
C.- Vale, pues yo no me creo esos rollos de curas. Paso.
S.- (Un poco cabreada) ¿Y por qué sigues aquí y no pasas de hablar con nosotras? ¿No dices que pasas de todo?... Pues venga...
C.- Bueno, tía, no te sulfures. ¿Qué pasa, que tu también le das al incienso y al agua bendita?
S.- No. Yo tampoco creo mucho en Dios. Y eso de que hizo el mundo en siete días, y que si el hijo crucificado, y la virgen... Buf. A mi al menos no me entra en la cabeza...Pero yo también creo, como Aga, que tengo que estar aquí para algo. Qué todo esto tiene algún sentido. El de filosofía dice que todo tiene que tener alguna explicación lógica.
A.- ¿Sí? ¿Cuál? Explícamela, anda.
C. Macho, estáis flipando las dos. O sea: no me puedo creer que estéis teniendo esta conversación. Que no...


1. En el relato se muestran tres actitudes distintas ante el problema del sentido de la vida. ¿Cuáles son? ¿Con qué personaje relacionas cada una?
2. ¿Con qué personaje te identificas más? ¿Qué dirías tú? .

viernes, 15 de octubre de 2010

El sentido de la vida



Hace años, después de una clase en la que habíamos estado hablando de las teorías físicas sobre el Universo, un alumno esperó que todo el mundo se fuera y se acercó, se sentó frente a mi mesa, y sacando las palabras de algún lugar muy remoto de sí mismo, me dijo, mientras me miraba absolutamente aturdido: “Profesor...QUÉ RARO ES TODO”... La frase no es nada especial, pero sí lo era la intensidad con que la dijo. Ese alumno no sólo estaba diciendo una frase, la estaba viviendo, padeciendo, estaba invadido por ella...Casi parecía que era la frase la que le estaba diciendo a él... Jamás se me olvidará la manera en que la dijo...
....Y a vosotros. ¿No os parece también raro todo esto? ¿De dónde ha salido este Mundo? ¿Por qué existe? ¿Para qué?... ¿Y nuestra propia vida? Nacemos y vivimos en el tercer planeta de una estrella perdida en un rincón de uno de los brazos de una de las miles de millones de galaxias, viajando a toda velocidad hacia los confines del Universo... ¿Por qué? ¿Para qué?...¿Tenemos alguna misión especial en este mundo? ¿Qué pintamos aquí?...
Decía el filósofo José Ortega y Gasset que nuestra vida es como un “fenómeno deportivo”, un mero juego sin más sentido que el de jugar por jugar... Al fin y al cabo, para qué esforzarse seriamente en nada, si todo acaba en la nada de la muerte... Por eso decía otro filósofo (Jean Paul Sartre) que el hombre es una “pasión inútil”. ¿Estas de acuerdo? ¿Es inútil tu vida o tiene algún sentido? ¿Cuál?

miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Por qué queremos lo que queremos?


Crecer (salir del Jardín de infancia del Edén), ser como los mayores, tiene cierta relación con ser libres. ¿Qué es ser libres? Esta claro. Hacer lo que queramos (dentro de ciertos límites, parece). Pero la pregunta más interesante es: ¿por qué queremos lo que queremos?...Es obvio que (si no estamos locos) queremos lo que es mejor para nosotros, lo bueno. ¿Pero cómo sabemos lo que es bueno y nos conviene? ¿Por qué nos lo han dicho otros (los padres, los amigos, la publicidad, los profesores, los cuentos que nos contaban de niños y que nos siguen contando de mayores...)? Todos tenemos ideas, imágenes, ensueños... acerca de lo que es guay, bueno, chachipiruli... Pero esas ideas, imágenes..: ¿Son nuestras? ¿Las hemos elegido conscientemente nosotros? ¿O nos la han metido a traición en la cabeza?...Quizás esté aquí el meollo del problema de la libertad. Quizás somos libres no cuando hacemos lo que queremos, sino cuando sabemos (por nosotros mismos) qué es eso que queremos... ¿Y tú? ¿Sabes por ti mismo lo que quieres o quieres lo que otros quieren que quieras? ¿Qué es para tí la libertad? ¿Será verdad eso de que el saber nos hará libres, o más bien al contrario, de manera que un ser más inconsciente (como un animal o un niño) será más libre que nosotros?...

lunes, 4 de octubre de 2010

El mito del nacimiento del amor



Cuentan que Platón cuenta, en su cuento titulado "El Banquete", como una panda de amigos, durante un banquete bien provisto de vino y alegría, comenzaron a discutir sobre ese tremendo demonio que es el amor. De todo lo que allí contaron os extraigo el cuento que Socratés contó sobre el nacimiento de Eros, el dios del Amor...

"(...) Cuando nació Afrodita (diosa de la belleza), los dioses celebraron un banquete y, entre otros, estaba también Poros (dios de la abundancia),el hijo de Metis (diosa de la prudencia). Después que terminaron de comer, vino a mendigar Penía (diosa de la pobreza), como era de esperar en una ocasión festiva, y se quedo cerca de la puerta. Mientras, Poros, embriagado de néctar -pues aún no había vino-, entró en el jardín de Zeus y, entorpecido por la embriaguez, se durmió. Entonces Penía, maquinando, impulsada por su carencia de recursos, hacerse un hijo de Poros, se acostó a su lado y concibió a Eros. Por esta razón es Eros, por una parte, acompañante y escudero de Afrodita, al ser engendrado en la fiesta del nacimiento de la diosa y es por naturaleza un amante de lo bello. Siendo hijo, pues, de Poros y Penía, Eros se ha quedado con las siguientes características. En primer lugar, es siempre pobre, y lejos de ser delicado y bello, como cree la mayoría, es,más bien, duro y seco, descalzo y sin casa, duerme siempre en el suelo y descubierto,se acuesta a la intemperie en las puertas y al borde de los caminos, compañero siempre inseparable de la indigencia por tener la naturaleza de su madre. Pero, por otra parte, de acuerdo con la naturaleza de su padre, está al acecho de lo bello y de lo bueno; es valiente, audaz y activo, buen cazador, siempre urdiendo alguna trama, ávido de sabiduría y rico en recursos, un amante del conocimiento a lo largo de toda su vida, un formidable mago, hechicero y hábil con las palabras. No es por naturaleza ni inmortal ni mortal, sino que en el mismo día unas veces florece y vive, cuando está en la abundancia, y otras muere, pero recobra la vida de nuevo gracias a la naturaleza de su padre. Mas lo que consigue siempre se le escapa, de suerte que Eros nunca ni está falto de recursos ni es rico, y está, además,en el medio de la sabiduría y la ignorancia (...)"

¿Qué creeis que nos quiere decir Sócrates con este mito? ¿Qué significa que el amor o el deseo (Eros) sea hijo, a la vez, de la carencia y la abundancia, de la indigencia y la riqueza, de la ignorancia y la sabiduría...? ¿Tiene algo que ver este mito con lo que vosotros pensáis que es el amor? Avivemos el fuego y celebremos un banquete de (como mínimo) palabras para discutirlo...

viernes, 1 de octubre de 2010

¿Van las neuronas en bicicleta? El problema mente-cerebro.


Hay una vieja polémica en la filosofía y en la ciencia acerca de lo que llamamos fenómenos mentales (sensaciones, emociones, deseos, ideas...). Algunos (quizás la mayoría) piensan que estos fenómenos ocurren en el cerebro. Otros afirman que tales fenómenos no pueden explicarse totalmente en términos cerebrales, por lo que opinan que hay algo así como una "mente" distinta al cerebro que es "dónde" ocurren las sensaciones, emociones, etc. ¿Quién tiene razón? Podemos empezar por una pregunta muy sencilla (de plantear, no de responder): ¿dónde "están" las cosas que imaginamos? Suponed que cerráis los ojos e imagináis un objeto rojo, por ejemplo, una bicicleta. ¿No es cierto que la "veís" (con todo el detalle que queráis si os concentráis un poco)? La pregunta es: ¿dónde está esa bicicleta roja que estáis viendo? No está fuera de vosotros, pues la estáis imaginando. ¿Estará en el cerebro? Si así fuera, algo en nuestro cerebro debería ponerse rojo y adoptar la forma de bicicleta, ¿no? ¿Ocurre eso? ¿O más bien el cerebro permanece del mismo color gris de siempre y las neuronas, aunque corran de un lado a otro, siguen haciéndolo sin usar bicicletas? ¿Qué pensáis? ¿"Dónde" están entonces esas cosas que imaginamos?

Entradas por categorias

acoso escolar (1) alienación (6) alma (7) amor (24) Antropología y psicología filosóficas (92) Año nuevo (4) apariencia (1) arte (54) artículos ciencia (8) artículos ecología (19) artículos educación (142) artículos educación filosofía (58) artículos educación religiosa (3) artículos estética (28) artículos Extremadura (5) artículos libertad expresión (16) artículos nacionalismo (9) artículos parasofías (2) artículos política (185) artículos prensa (70) artículos sexismo (24) artículos sociedad (45) artículos temas filosóficos (26) artículos temas morales (126) artículos toros (3) Ateneo Cáceres (20) belleza (4) bioética (13) Blumenberg Hans (1) bulos (1) Byung-Chul Han (1) cambio (1) carnaval (6) carpe diem (1) ciencia y religión (11) cientifismo (5) cine (2) ciudadanía (6) conciencia (4) conferencias (4) Congresos (2) constructivismo social (1) consumo (2) Conversaciones con el daimon: tertulias parafilosóficas (2) Correo Extremadura (49) Cortazar Julio (1) cosmopolitismo (1) creativamente humano. (1) Cuentos filosóficos (21) curso 2017-2018 (1) Curso filosofia 2009-10 (1) Curso filosofia 2010-11 (47) Curso filosofía 2011-2012 (73) Debates en la radio (1) decrecimiento (3) Defensa de la Filosofía (38) deporte (5) derechos humanos (1) Descartes (1) Día mundial de la filosofía (2) diálogo (3) Diálogos en la Caverna (19) Didáctica de la Filosofía (7) dilemas morales (17) Diógenes (1) Dios (4) drogas (2) dualismo inmanentista (4) dualismo trascendentalista (1) ecología y derechos de los animales (29) economía (19) Educación (254) El País (3) El Periódico Extremadura (279) El Salto Extremadura (1) eldiario (31) emergentismo (2) emotivismo ético (2) empirismo (2) enigmas lógicos (4) entrevistas (3) envejecimiento (2) Epicuro (1) Epistemología (13) escepticismo (1) espacio (1) Estética (83) Etica (7) Ética (211) eurocentrismo (1) Europa (2) evaluación (1) Eventos (1) existencialismo (3) falacias (2) familia (2) fe y razón (7) felicidad (8) feminismo (32) fiesta (4) Filosofía (29) Filosofía de la historia (3) filosofía de la religión (13) Filosofía del derecho (3) Filosofía del lenguaje (7) filosofía fuera del aula (1) Filosofía para cavernícolas en la radio (15) Filosofía para cavernicolas. Radio. (1) Filosofía para niños (5) Filosofía política (285) Filosofía social (52) filosofía y ciencia (17) filosofía y patrimonio (1) filósofos (1) flamenco (3) Gastronomía (1) género (21) Hermeneútica (1) Hipatia de Alejandría (1) Historia de la filosofía (4) Historietas de la filosofía (2) horror (1) Hoy (2) Humano (1) Humano creativamente humano (4) Humor (7) idealismo subjetivo (2) ideas (3) identidad (4) ilustración (1) Imagen y concepto (6) inmigrantes (5) intelectualismo moral (5) inteligencia artificial (5) Introducción a la filosofía (30) Juan Antonio Negrete (5) justicia (7) Kant (4) laicismo (1) libertad (5) libertad de expresión (20) libros propios (3) literatura (1) Lógica (9) Los Simpsons (2) Marx y marxismo (3) matemáticas (4) materia y forma (5) materialismo (13) Medios de comunicación (495) memoria histórica (3) mente (7) metáfora (1) miedo (4) mito de la caverna (1) Mitos (11) modernidad (9) monismo inmanentista (10) monismo trascendentalista (2) movimiento (1) muerte (4) multiculturalismo (2) música (5) nacionalismo (22) natalidad (1) naturalismo ético (5) navidad (9) Nietzsche (2) nihilismo (2) nominalismo (1) ocio (1) olimpiadas (2) Ontología (46) orden (1) Paideia (2) pansiquismo (3) Paradoxa (1) Paradoxa. (1) parasofía (2) Parménides (2) PDFEX (10) pensamiento catedral (1) pensamiento crítico (6) Pensar Juntos (1) platonismo (16) podcasts (1) positivismo (1) postmodernidad (1) pragmatismo (2) Presocráticos (2) problema mente cerebro (6) prostitución (5) psicopolítica (14) publicidad (1) público-privado (1) racionalismo ético (3) rap (2) Red Española de Filosofía (1) relativismo (4) religión (26) respeto (1) Reuniones en el cavernocafé (28) Revista Ex+ (2) romanticismo (1) ruido (2) salud mental (1) Schopenhauer (1) Semana santa (3) sentido de la vida (6) sexismo (20) sexo (4) Sócrates (3) sofistas (2) soledad (1) solipsismo (1) Taller estética (6) Talleres filosofía (5) teatro (9) tecnología (14) Teología (7) terrorismo (5) tiempo (2) tolerancia (1) Trascendentalismo (6) turismo (3) utilitarismo ético (1) Vacío existencial (1) viajes (2) violencia (16)

Archivo del blog

Cuevas con pasadizo directo

Cavernícolas

Seguir en Facebook