Enseñar valores cívicos o derechos humanos fuera de un contexto
ético y filosófico en que se traten y discutan las razones para
sustentarlos – si es que estas existen – no es más que
catequesis (laica, democrática, humanista... pero catequesis). Y
hacerlo de “forma activa”, “práctica”, “lúdica”, etc.,
no lo convierte en algo menos dogmático (solo cambia la retórica
por la acción, que es una forma aún más eficaz de rehuir la
reflexión). Pues la pregunta sigue ahí, como un tabú
impronunciable, tras la cara de circunstancias del adolescente y la
filípica enardecida (o el activismo entusiasta) del catequista: ¿por
qué narices habrá que ser solidarios o respetar los DD.HH (sobre
todo si, aparentemente, nos trae más a cuenta no hacerlo)?
Cuando planteo este problema en clase de ética
(que es donde debe plantearse), muchos alumnos enmudecen, otros se
escandalizan, y la mayoría se pone a pensar. ¿Por qué hay que
ayudar a los demás? ¿Qué obligación moral tenemos – les provoco
– con los muertos de hambre que vienen en las pateras? ¿O con los
niños que trabajan en Asia para que aquí podemos comprar productos
más baratos? ¿Por qué no aprovecharnos de los más débiles si así
podemos vivir mejor nosotros?… De todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
He leído tu artículo sobre por qué ser solidario y creo que hay muchos puntos de vista desde los que abordar este tema. Por ejemplo, empezando por la solidaridad y su contrario, ¿el egoísmo?, que diferencia hay con el altruismo y si la solidaridad es o no interesada: los obreros del XIX se unieron interesadamente para reivindicar sus derechos. ¿Podemos deshacernos del egoísmo plenamente o salpica todas nuestras acciones? ¿Por qué el egoísmo tiene tan mala prensa cuando es fundamental para la supervivencia? Hasta Adam Smith reconocía que todo hombre tiene derecho a buscar la felicidad (no especificaba si lícitamente) y la suma de las felicidades
El poema de Zenón
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Sentí que me llamaba tu silencio,
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Estábamos tú y yo, y, alrededor,
espacio, espacio...
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He leído tu artículo sobre por qué ser solidario y creo que hay muchos puntos de vista desde los que abordar este tema. Por ejemplo, empezando por la solidaridad y su contrario, ¿el egoísmo?, que diferencia hay con el altruismo y si la solidaridad es o no interesada: los obreros del XIX se unieron interesadamente para reivindicar sus derechos. ¿Podemos deshacernos del egoísmo plenamente o salpica todas nuestras acciones? ¿Por qué el egoísmo tiene tan mala prensa cuando es fundamental para la supervivencia? Hasta Adam Smith reconocía que todo hombre tiene derecho a buscar la felicidad (no especificaba si lícitamente) y la suma de las felicidades
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