jueves, 21 de noviembre de 2024

Jugar en la calle

 

Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico Extremadura.


Mucho se habla de la extinción de las abejas o los gorriones, pero muy poco de la de los niños. Si se fijan, se han volatilizado de nuestras calles y plazas sin apenas advertirlo. Ahora solo los ves tras el cristal oscuro de los coches, llevados de una actividad a otra por padres que parecen más «coaches» que padres, o tras la verja de las urbanizaciones o el parapeto de las zonas de juego, como animales casi extintos vigilados por una tribu de celosos progenitores.

¿Será bueno que ya no haya niños y niñas solos por las calles, corriendo a todo meter entre los transeúntes, dando balonazos a las farolas, trasteando en los escampados o jugando a las prendas en un banco? No lo sé. Y lo último que quisiera es inventarme un paraíso perdido y analógico. Pero mucho me temo que sin niños hechos a habitarlo, el espacio común que son las plazas y calles esté condenado a desaparecer (en cuanto se vayan los ancianos que aún hoy lo ocupan), es decir: a reconvertirse del todo en lugares puramente comerciales o turísticos.

Que los niños ya no revoloteen como vencejos por las plazas no es solo motivo de nostalgia, sino también síntoma de que la calle ya no es el lugar de sociabilidad y educación que siempre ha sido, especialmente en las culturas del llamado «sur global». Los que somos más viejos recordamos que en la calle aprendías rudimentos básicos de economía (y moral) haciendo recados, de geografía yendo solo al cole, o de matemáticas y ciudadanía cambiando cromos o discutiendo sobre los avatares del juego. Esas eran nuestras «situaciones interdisciplinares de aprendizaje». No había que incubarlas arficialmente en clase porque las cultivábamos naturalmente fuera. Igual que el trabajo en equipo (necesario para jugar y hacer trastadas), la convivencia con gente distinta (en la calle nos mezclábamos más o menos todos) o la autonomía personal, competencia suprema que se lograba gracias a que tu andabas por ahí (sin móvil ni marcado con un chip como los perros) y tus padres en su casa y a sus cosas.

Es cierto que los niños de hoy en día también juegan; y tal vez a juegos más educativos e interesantes. Pero me parece que lo hacen menos, ocupados como están en mil actividades formativas. Y que juegan más solos, ni con amigos ni con hermanos (si es que los tienen). Y, sobre todo, que lo hacen en entornos privados: el cuarto de juegos, el parque de la urbanización, las redes y escenarios virtuales creados por empresas tecnológicas… Juegan, en suma, «en» (y «a») un mundo que, a diferencia del de las calles, ya no es el mundo compartido por el común de la ciudadanía, sino, a lo sumo, por un determinado tipo de cliente (el del nicho urbanístico de referencia, el de la plataforma de entretenimiento favorita…).

¿Es todo esto bueno? Pues depende. Si lo que queremos es una sociedad-hormiguero de productores-clientes inermes ante el poder y sin apenas vínculos sociales o políticos (ni siquiera los de la familia, también en decadencia) seguramente sí. Pero si lo que preferimos es una sociedad de ciudadanos acostumbrados a convivir y comunicarse con gente diferente, a confrontar opiniones con naturalidad, y a conocerse y cuidarse unos a otros desde la infancia, mucho me temo que la respuesta tenga que ser negativa.  

 

2 comentarios:

Entradas por categorias

acoso escolar (1) alienación (6) alma (7) amor (24) Antropología y psicología filosóficas (98) Año nuevo (4) apariencia (1) arte (55) artículos ciencia (9) artículos ecología (20) artículos educación (153) artículos educación filosofía (62) artículos educación religiosa (3) artículos estética (32) artículos Extremadura (6) artículos libertad expresión (16) artículos nacionalismo (9) artículos parasofías (2) artículos política (205) artículos prensa (70) artículos sexismo (24) artículos sociedad (45) artículos temas filosóficos (27) artículos temas morales (134) artículos toros (3) Ateneo Cáceres (21) belleza (4) bioética (13) Blumenberg Hans (1) bulos (2) Byung-Chul Han (1) cambio (1) carnaval (6) carpe diem (1) ciencia y religión (11) cientifismo (5) cine (2) ciudadanía (10) colonialismo (1) conciencia (6) conferencias (4) Congresos (2) constructivismo social (1) consumo (2) Conversaciones con el daimon: tertulias parafilosóficas (2) Correo Extremadura (49) Cortazar Julio (1) cosmopolitismo (1) creativamente humano. (1) Crónica de Badajoz (1) Cuentos filosóficos (21) curso 2017-2018 (1) Curso filosofia 2009-10 (1) Curso filosofia 2010-11 (47) Curso filosofía 2011-2012 (73) Debates en la radio (2) decrecimiento (3) Defensa de la Filosofía (39) deporte (6) derechos humanos (1) Descartes (1) desinformación (2) Día mundial de la filosofía (2) diálogo (6) Diálogos en la Caverna (19) Didáctica de la Filosofía (7) dilemas morales (17) Diógenes (1) Dios (4) drogas (3) dualismo inmanentista (4) dualismo trascendentalista (1) ecología y derechos de los animales (31) economía (23) Educación (264) El País (4) El Periódico Extremadura (308) El Salto Extremadura (1) eldiario (31) emergentismo (2) emotivismo ético (2) empirismo (2) enigmas lógicos (4) entrevistas (3) envejecimiento (2) Epicuro (1) Epistemología (14) escepticismo (1) espacio (1) Estética (88) Etica (9) Ética (220) eurocentrismo (1) Europa (2) evaluación (1) Eventos (1) existencialismo (3) falacias (5) familia (2) fe y razón (7) felicidad (8) feminismo (33) fiesta (4) Filosofía (30) Filosofía de la historia (3) filosofía de la religión (14) Filosofía del derecho (3) Filosofía del lenguaje (9) filosofía fuera del aula (1) Filosofía para cavernícolas en la radio (15) Filosofía para cavernicolas. Radio. (1) Filosofía para niños (5) Filosofía política (305) Filosofía social (56) filosofía y ciencia (18) filosofía y patrimonio (1) filósofos (1) flamenco (4) Gastronomía (1) género (21) Hermeneútica (1) Hipatia de Alejandría (1) Historia de la filosofía (4) Historietas de la filosofía (2) horror (1) Hoy (2) Humano (1) Humano creativamente humano (4) Humor (7) idealismo subjetivo (2) ideas (3) identidad (4) ilustración (1) Imagen y concepto (7) inmigrantes (8) intelectualismo moral (5) inteligencia artificial (6) Introducción a la filosofía (30) Juan Antonio Negrete (5) juego (3) justicia (7) Kant (4) laicismo (1) libertad (5) libertad de expresión (20) libros propios (3) literatura (2) Lógica (10) Los Simpsons (2) Marx y marxismo (3) matemáticas (4) materia y forma (5) materialismo (14) Medios de comunicación (526) memoria histórica (3) mente (7) metáfora (1) miedo (4) mito de la caverna (1) Mitos (12) modernidad (9) monismo inmanentista (10) monismo trascendentalista (2) movimiento (1) muerte (4) multiculturalismo (2) música (5) nacionalismo (22) natalidad (1) naturalismo ético (5) navidad (9) Nietzsche (2) nihilismo (2) nominalismo (1) ocio (1) olimpiadas (2) Ontología (47) orden (1) Oriente y Occidente (1) Paideia (3) pansiquismo (3) Paradoxa (1) Paradoxa. (1) parasofía (2) Parménides (2) PDFEX (10) pensamiento catedral (1) pensamiento crítico (8) Pensar Juntos (1) platonismo (16) podcasts (1) positivismo (1) postmodernidad (1) pragmatismo (2) Presocráticos (2) problema mente cerebro (6) prostitución (5) psicopolítica (14) publicidad (1) público-privado (1) racionalismo ético (3) rap (2) Red Española de Filosofía (1) relativismo (4) religión (27) respeto (1) Reuniones en el cavernocafé (28) Revista Ex+ (2) romanticismo (1) ruido (2) salud mental (1) Schopenhauer (1) Semana santa (4) sentido de la vida (7) sexismo (20) sexo (4) Sócrates (3) sofistas (2) soledad (2) solipsismo (1) Taller estética (6) Talleres filosofía (5) teatro (9) tecnología (14) Teología (7) terrorismo (5) tiempo (2) tolerancia (1) Trascendentalismo (6) turismo (3) utilitarismo ético (1) Vacío existencial (1) viajes (2) violencia (18)

Archivo del blog

Cuevas con pasadizo directo

Cavernícolas

Seguir en Facebook