Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico Extremadura.
Hay que empezar por reconocer que el lema de la campaña extremeña de VOX, «Vota sentido común», es magnífico. Con él no solo te olvidas de que se trata de un grupo ultra y antisistema (¡uno de cuyos objetivos fundacionales era acabar con los gobiernos autonómicos!), sino que consigue que lo asocies a esa supuesta «sensatez apolítica» que valoran muchos ciudadanos hartos de que se confunda la política con el abuso partidista y sectario del poder.
¿Pero qué nos quiere vender Vox bajo ese lema de campaña? Veamos. Su primera propuesta es «acabar con la corrupción» de los partidos mayoritarios, aunque no nos dice cómo. Se limita a pedir que creamos que, cuando ellos sean un partido mayoritario, no se van a corromper. Pero esto es fe, no sentido común (menos aún cuando sabemos que Vox ha sido sancionado ya varias veces por financiación irregular).
Otras propuestas de Vox son derogar las «leyes ideológicas» y garantizar una «educación libre de adoctrinamiento». Pero tampoco está claro de qué va esto. ¿Van a eliminar, por ejemplo, la enseñanza de la «doctrina» católica en las escuelas? ¿Van a derogar todas las leyes inspiradas en alguna ideología política (es decir, todas, incluidas las suyas)? Lo dudo.
También prometen (como todos los partidos) la mejora de las infraestructuras y los servicios públicos; pero tampoco aquí te explican de qué manera. ¿Cómo van a mejorar, por ejemplo, la atención sanitaria a la vez que bajan drásticamente los impuestos? ¿Privatizándola? ¿Eliminando inmigrantes del sistema de salud? ¿Incluirán en ese caso a los miles de médicos extranjeros que nos atienden en mutuas y hospitales? ¿Quién va a trabajar entonces en el campo, en la construcción o en la industria (al menos mientras las políticas de natalidad no surtan efecto y nazcan miles de españoles de pura sangre que, además, quieran poner ladrillos o recoger aceitunas)? ¿Es factible traer a los inmigrantes solo para trabajar y esconderlos luego, para que no «contaminen» nuestras costumbres? Todo esto no está claro.
Otro asunto es la regeneración de las zonas rurales. Vox insiste en proteger las tradiciones, la caza y rechazar el «fanatismo climático» y la burocracia medioambiental, pero los jóvenes no se quedan en los pueblos para poder cazar, la crisis climática (abrumadoramente avalada por la ciencia) es una amenaza real para nuestra tierra, y la burocracia (mejorable, sin duda) es un mal necesario para, por ejemplo, evitar corruptelas o epidemias masivas …
Yo no veo, en fin, que las propuestas de Vox sean de «sentido común»; son más bien ambiguas, simplonas y, si uno las piensa, bastante malas (o, como poco, muy discutibles). Otra cosa es que uno las vote sin pensarlo mucho o porque no quiera votar a los «mismos de siempre». Pero entonces el lema apropiado tendría que ser otro: «¡Vota sin darle muchas vueltas!», o «¡Prueba con nosotros!» … Pero no «Vota sentido común». Porque no lo tiene.

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