A veces, la gente que vive en el campo muestra muy poco aprecio
por él. Cuando no sirve para sacarle rendimiento les parece algo sin
valor que habría que desbrozar y convertir cuanto antes en algo más
“moderno y bonito”. Para algunos el campo es “fusca”, una
palabra, por cierto, muy extremeña. “¡Vecino! ¿Cuándo va a
quitar toda esa fusca?”, me dicen los paisanos cuando pasan junto a
mi casa, en la que los árboles crecen como quieren y los arriates
rebosan, impacientes ya de primavera, por todos lados.
Si por mis vecinos fuese tendría la finca como una patena de
cemento pulido. Tal como muchas de sus casas, en las que apenas hay
nada – tierra, árboles, pájaros – que pueda estropear esa perla
gris de la civilización que es el gres o el hormigón impreso. O
como son las calles y plazas de muchos pueblos, sin un mísero árbol
de sombra que pueda “ensuciar” el suelo. Para parte de mis
paisanos la naturaleza es básicamente fusca, suciedad, oscuridad
selvática, el corazón de las tinieblas vaya.
Debe ser por eso (y por unos fondos que han llegado de la U.E.)
que, junto al bonito y aún recoleto pueblo en el que vivo –
Mirandilla se llama – y al Parque Natural de Cornalvo, a alguna
Consejería le ha dado por transformar la cañada real que por allí
serpentea – un bucólico sendero entre encinas y charcas – en una
pista de diez metros para el tráfico de camiones. Algunos paisanos
piensan que deberíamos estar contentísimos de que, a costa del
camino radiante de flores (entre ellas un narciso rarísimo) que
bajaba a la vieja Dehesa del Rincón – declarada “lugar de
interés científico” – y al rumoroso arroyo del lugar, nos estén
haciendo una pista por la que – dicen con entusiasmo – ¡pueden
pasar camiones en los dos sentidos! Pero yo, más que contento lo que
estoy es “enfuscao” o “enfurruscao”, rancias palabras,
también extremeñas, que mezclan la fusca (esa espesura insana que
para algunos parece ser el campo) con el mal humor. Sobre todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
Se debate estos días en Francia la legalización de la asistencia
sexual a personas con diversidad funcional incapaces de satisfacer
por sí mismas sus deseos o necesidades sexuales, algo que ya ocurre
– sufragado en ocasiones por el Estado – en otros países como
Suiza, Alemania, Bélgica, Holanda o Dinamarca. El Comité Consultivo
de Ética – una institución muy reputada en Francia – ya se
pronunció hace años en contra de este mismo proyecto, al afirmar
que tales prácticas suponían un uso mercantil del cuerpo humano
similar al de la prostitución. La actual secretaria de Estado de
Discapacidad, Sophie Cluzel, cree, sin embargo, que la percepción
social puede haber cambiado en cuanto a lo que supone “condenar a
las personas con discapacidad a una abstinencia no elegida”. Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
Los
motivos del Brexit y de otras tantas tendencias centrífugas en el
seno de la Unión Europea son complejos. Para algunas élites cabría
hablar de motivos puramente económicos o políticos (el rechazo del
modelo intervencionista europeo o la anteposición de alianzas más
prometedoras). Para sectores más amplios de población los motivos
parecen ser, en cambio, básicamente ideológicos (en el peor sentido
de la palabra): la creencia de que “Europa nos roba o empobrece”,
el miedo a una “invasión de inmigrantes”, la defensa de la
identidad nacional…
¿Cómo conjurar todos estos motivos? Con la legislación no
basta. Con el argumento pragmático – aquello de “juntos somos
más fuertes y competitivos” – tampoco (nuevas crisis o cálculos
estratégicos podrían dar al traste con esto en cualquier momento).
¿Entonces? Un amigo me decía en broma que lo que Europa necesita es
una buena “romería” para aunar a sus habitantes en torno a
símbolos comunes e idiosincráticos.
Lo de la romería es una boutade reveladora: el mayor problema de
la U.E. es el desapego de sus habitantes y la ausencia de referentes
culturales comunes y efectivos; algo que hace que, para la mayoría,
Bruselas no sea más que un negociado administrativo enorme,
complicado, costoso y lejano.
¿Por qué no existen esos referentes culturales? La falta de un
idioma común no es un obstáculo insalvable (hay naciones
cohesionadas y plurilingües); la “crisis de valores” asociada a
la globalización cultural tampoco (dado que los valores
“globalizados” son precisamente los europeos); la extinción de
la vieja educación humanística – sustituida por la “cultura-TED”
y la Wikipedia – tampoco es razón suficiente: estudiar a los
clásicos o conocer las vanguardias pictóricas está muy bien (nos
traen algo del “espíritu” europeo) pero por sí mismo no basta:
incluso si todo el mundo leyera por las noches a Zweig o a Kant, la
U.E. seguiría siendo algo culturalmente deslavazado y abstruso. ¿Por
qué? Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
La
nuestra no es la única “cultura audiovisual” que han visto los
siglos (de hecho, la mayor parte de las culturas han sido culturas
audiovisuales), pero sí es la primera en que ese imaginario
audiovisual va camino de ocupar la totalidad de la vida mental.
Fíjense que hoy son los medios – la tele, el móvil, Internet –
los que pueblan de imágenes y sonidos nuestra cabeza, configuran el
mundo de estímulos al que prestamos esa atención difusa que se
presta al “entorno real”, y emiten la “voz” que escuchamos
más a menudo. Los medios se han convertido, en fin, en una suerte de
conciencia impostada y colectiva: un mundo/mente en la que todo lo
proyectado lo identificamos naturalmente como “propio”, y en el
que los personajes virtuales con los que convivimos – Kobe Bryant y
muchos más – representan valores y presencias reales; hasta el
punto de que la muerte de uno de ellos nos convoca a todos como a
habitantes de una misma “aldea” virtual. Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
La revista Paideia publicó hace unas semanas este artículo mío sobre
didáctica de la filosofía en el que se cuestiona especialmente la
confusión (habitual entre políticos y no pocos docentes) entre la
filosofía y la educación en valores morales o cívico-democráticos. Para
leer la revista completa: https://drive.google.com/…/1NoRIm6ARI8uGs9wvceSI1YoHE…/view…
El poema de Zenón
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PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA PULSAR AQUÍ.
Sentí que me llamaba tu silencio,
y todo, alrededor, se evaporaba
Estábamos tú y yo, y, alrededor,
espacio, espacio...
"Educación socrática y emancipación"
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*A comienzos de enero de 2017 aparecía el nuevo volumen de la revista
VOCES DE LA EDUCACIÓN. Contribuí en ella con un artículo titulado
"Educación socráti...
¿Qué es la moral?
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Porque el mundo nos parece, a veces, algo misterioso o absurdo, algo sin
por qué ni para qué, nos preguntamos por lo que sea, en el fondo, LA
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Actuar como es "debido", pero... ¿cómo?
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Un comandante, en plena guerra, ordena a unos soldados que fusilen, sin
juicio previo, a unos prisioneros.
Ante esta situación:
El soldado McDonnald decid...
Cavernisofía premiada
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*Juan Antonio*.- ¡Hombre!, ¿de dónde vienes tan risueño? Y ¿qué es eso que
llevas bajo el brazo?
*Juan Antonio.*- ¡Me alegro de que me hagas esa pregunta!...