miércoles, 13 de febrero de 2019
El mito de la inteligencia artificial.
miércoles, 6 de febrero de 2019
Zombis sin ética
martes, 5 de febrero de 2019
Ética para ‘postmillenials’ y responsabilidad educativa
miércoles, 30 de enero de 2019
Ética para noruegos

Estas dos ideas de justicia, la «ley del talión» que citan mis alumnos, y el principio de reinserción de las cárceles noruegas, no solo están en las antípodas en cuanto a cómo hay que responder al mal (con lo mismo –la venganza–, o con lo otro –el bien de rehabilitar al preso–), sino también en cuanto a cómo interpretar ese mismo mal.
Para tratar este asunto empecemos por un sencillo dilema. Veamos... (Para leer el artículo completo pulsar aquí).
miércoles, 23 de enero de 2019
¿Qué mérito tiene "tener mérito"?
Nadie triunfa por méritos propios (ni es culpable de su fracaso). Nadie tiene la culpa ni el mérito de nacer rico o pobre, ni de estar más o menos capacitado para aquello que más se valora en su entorno social. Sin embargo, esta idea, la de que uno es el principal responsable de su éxito o fracaso, la del "hombre hecho a sí mismo", por falsa que sea, es el pilar ideológico -- el nuevo opio del pueblo -- de un sistema (el nuestro) -- incluyendo la educación que damos a nuestros alumnos -- que se disfraza de meritocracia para justificar su iniquidad... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
miércoles, 16 de enero de 2019
¿Pero no son los tontos más felices?
El anti-intelectualimo moderno, con su raíz religiosa (rebrotada en el fideísmo protestante y sus variantes contemporáneas –como el evangelicalismo–), es consustancial al populismo conservador (sus valores –la familia, la patria, la tradición...– formarían parte de ese presunto «estado de naturaleza» presto a corromperse por el exceso de sofisticación intelectual). El problema es que también es consustancial a la casi totalidad de la cultura moderna, especialmente la anglosajona (tan tradicionalmente recelosa de la «intelectualidad» como apegada a la religión y la democracia). Hoy día, el anti-intelectualismo es el nexo de unión entre movimientos tan dispares como el neoconservadurismo y el ecologismo radical, y empapa y vertebra la cultura de masas (de inspiración, justamente, anglosajona), la espiritualidad «new age», los movimientos alternativos o el «pensamiento postmoderno»... De todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
miércoles, 9 de enero de 2019
El sentido de la vida.
A mucha gente las preguntas filosóficas les parecen cosas de niños, una pérdida de tiempo, un ocuparse de algo irreal o, cuando menos, imposible de resolver. ¡La economía, la técnica, la política, la ciencia: eso sí que son cosas serias de las que merece la pena hablar!... Pues fíjense que es la ciencia –por no hablar de las necesidades inmediatas, los artilugios técnicos o las trifulcas políticas– lo que me parece a mi cosa de chiquillos. ¿Qué más dará de qué estén hechas o cómo se muevan las cosas –clamaba el viejo Sócrates tras leer a los ‘físicos’ de su época– si no sabemos por qué ni para qué son o se mueven?... Galileo hizo bien al retractarse –decía Albert Camus–: nadie se suicida porque sea la Tierra o el Sol lo que gire alrededor del otro (pero sí por no encontrarle sentido a la vida)... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
miércoles, 2 de enero de 2019
¿Qué pasa con la caza?
¿Es comparable el dolor del animal que se acosa y mata con el placer que obtiene el cazador al acosar y matar (y hablo de la caza deportiva, donde no hay otro fin que ese placer)? ¿Cómo es posible obtener placer del sufrimiento de otro ser capaz de gozar y sufrir? ¿Y, dado que parece posible, se debe plegar uno a ese placer? ¿Y debería permitirse que otros si se entregaran a él? Es curioso, pero se prohíbe, por ejemplo, la conducta de aquel que obtiene placer destrozando la propiedad de otros, o deteriorando bienes públicos (como el que "grafitea", o el que expolia, o destroza patrimonio...), pero no aquel que lo obtiene destrozando a un ser vivo. ¿Es más valiosa una pared, un cuadro, o cualquier otro objeto, que un ser vivo capaz de sentir placer y dolor?... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
miércoles, 26 de diciembre de 2018
La Navidad explicada a los ateos.
Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico de Extremadura.
Entre mis amigos ya no se estila el “feliz Navidad”, ni el neutro “felices fiestas”; ahora lo que mola es el “feliz solsticio”. Te lo sueltan así, con un poco de sorna y provocación adolescente, y un mucho de la seriedad que aureola al ateo cuando condesciende a desengañar a los pobres creyentes – y ya que condesciende, a compartir la fiesta con ellos, porque mis amigos del “feliz solsticio”, aun refunfuñando, celebran las navidades como todo cristo – .
Pero vamos a lo del “feliz solsticio”, que es lo más entretenido de todo. ¿Qué pretenderán celebrar mis amigos ateos cuando celebran el solsticio de invierno? Digo yo que no celebran que la Tierra siga en su órbita, y que, por eso, haya más o menos luz solar en determinadas partes de la superficie del planeta (todo lo cual, así contado, da para algún documental, pero no para dos semanas de jolgorio). Tampoco creo que se refieran a lo que se celebra popularmente como solsticio de invierno en todas partes del mundo (y que tanto tiene que ver con el rito cristiano de la Natividad): el renacimiento de la Luz y la Vida en su batalla anual con las Tinieblas de la Muerte, etc., etc. (todo lo cual, dicho así, suena demasiado a mitología y religión). Así que, por eliminación, supongo que lo que mis solsticiales amigos celebran es que el mundo obedezca unas ciertas leyes astronómicas que regulan su comportamiento y nos libran, así, del caos y la extinción. Esto es – al menos – lo más científico y menos religioso que se me ocurre que podrían celebrar. Cierto que esto lo podrían hacer en cualquier otro momento del año (pues en todos rige el mismo conjunto de leyes astronómicas), pero igual, por deferencia a nosotros, lo festejan especialmente en Navidad. Vete tú a saber.
En cualquier caso, los ateos del solsticio tiene razones de sobra para celebrar que el mundo esté regido por las leyes que descubre la ciencia. ¡Vaya si lo están! ¿Habrá algo más grande y extraordinario que estas leyes? Dense cuenta. En primer lugar, las leyes científicas no cambian (¡ni aún las propias leyes del cambio cambian!); son eternas, como los vampiros. En segundo lugar, no ocupan espacio (¡ni siquiera las de la geometría!), por lo que son incorpóreas, como los fantasmas. En tercer lugar, determinan y permiten predecir los sucesos (¡hasta los que ocurren en el cerebro de los sabiondos que las descubren!), así que son omnipotentes – o casi – , y preexisten a todo lo que pasa. ¡No es, pues, para adorarlas como a un Dios – aunque sea con toda la razón – !...
De otro lado, piensen ustedes en lo que es un solsticio. El recomenzar de un ciclo, la repetición de lo mismo, la renovación de lo que, aparentemente, murió de viejo. ¿No reconocen en todo esto algo? Recapaciten: si algo es regular es porque se repite, y si se repite es porque, en algo, no cambia. Y lo que no cambia, lo que siempre está igual, está necesariamente fuera del tiempo. ¡Esto celebra el solsticio: el triunfo anual sobre los años, el recuerdo de que no todo se lo lleva el tiempo! O la certeza de que el tiempo, tal vez, no se lleva nada. Porque a ver. Piensen ustedes en ustedes. ¿Podrían ser quienes son si no se repitieran un poco -como los solsticios- de año en año? Pues eso que se repite en ustedes -su «identidad» o «esencia» dicen los filósofos- no puede ser puro tiempo. Si lo fuera jamás podrían decir aquello tan divino de «yo soy el que soy» (sin que el primer «soy» se pudriese enseguida en un «era»), y si no pueden decir siquiera eso, es que no pueden decir -ni ser- nada de nada.
Lo siento (y a la vez me alegro) por mis amigos ateos. Pero lo que el solsticio y la Navidad celebran son idéntica cosa: el milagro de que aquí en la Tierra, donde todo parece tiempo y cambio, logremos bañarnos dos veces en un río que es -aunque no lo parezca- el mismo. Esta maravillosa conmensurabilidad entre lo eterno y divino -de las leyes o el ser de las cosas- y lo fugaz -del mundo y sus apariencias- es lo que nos recuerdan el dios que se hace humano y las leyes inmateriales que dan forma a la materia. Bienvenida sean, pues, como cada Navidad y cada solsticio, la luz y la verdad al mundo. ¡Y ustedes que las disfruten!
jueves, 20 de diciembre de 2018
¿Quién debe educar a los hijos?
Quién debe ocupar el lugar prioritario en la educación moral de los hijos: la familia o el Estado? Ninguno de los dos, Lo que se debe procurar desde ambas instancias es que el "adoctrinamiento" inevitable que supone la educación familiar (y, para equilibrar a este, la "educación en valores cívicos" estatal, que es otro tipo de adoctrinamiento) se vea a su vez compensado con la promoción del pensamiento crítico y autónomo de los alumnos. Porque no es ni la familia ni el Estado los que tienen, al fin, que decidir cómo pensamos y vivimos, sino nosotros mismos. Y esa capacidad de cada uno para decidir libremente cuáles han de ser sus valores y creencias tendría que ser lo que más y mejor fomentase la escuela. Así, en esta no solo se han de impartir los famosos y polémicos "valores cívicos", sino también y sobre todo, la reflexión ética en torno a todos los valores. Sin el desarrollo educativo de esa capacidad –que es la que proporciona el hábito de la reflexión y el análisis racional de todos los valores–, no hay democracia que valga; hay manipulación y demagogia, de la familia o del Estado, de derechas o de izquierdas, o, por resumir, de todos aquellos cuyos intereses o arrogancia moral no admiten instancia crítica alguna. De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
miércoles, 12 de diciembre de 2018
¿Por qué diablos hay que ser solidario?
jueves, 6 de diciembre de 2018
Ética, moral y publicidad.
La publicidad se ha convertido, de modo subrepticio, en educadora moral, eclipsando como vía de selección y transmisión de valores a la familia, la iglesia, la política o la escuela, y compitiendo en ello con la industria del entretenimiento (cuyos productos adoptan a menudo el formato y el lenguaje publicitario, cuando no se convierten, ellos mismos, en un producto promocional más). ¿Qué se puede hacer frente a esto, si es que hay que hacer algo? De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.
domingo, 2 de diciembre de 2018
Presentación de Historietas de la Filosofía Griega en el Ateneo de Cáceres.
El próximo martes, a las 20.30, en el Ateneo de Cáceres (Palacio Camarena, C/General Ezponda, 9, junto a Plaza Mayor), presentamos junto a Esteban Cortijo Parralejo, Daniel Gil Segura, Marien Sauceda, Jonathan González Gómez e Inma Morillo este juguetón compendio de literatura y filosofía clásica escrito al alimón con Juan Antonio Negrete Alcudia. Habrá dramatizaciones, algo de radio, todo el debate que queráis, y vino y filosofia, como en los banquetes griegos. Para más información aquí. Y para adquirir el libro abrir este enlace.