martes, 10 de abril de 2012

¡Al fin podremos diseñar genéticamente a nuestros hijos!


Una de las características del animal que somos es la capacidad técnica. Podemos operar con el medio ambiente para producir objetos o procedimientos que favorecen nuestra supervivencia. Esto es también frecuente en otros animales (pájaros que utilizan piedras para romper huevos, monos que fabrican y usan palos para "pescar" termitas, etc.). Pero el caso del animal humano parece especial. Nuestra capacidad técnica es incalculablemente mayor que la de cualquier otro animal. Durante siglos, la técnica humana (la agricultura, la minería, la ingeniería, etc., etc.) ha logrado transformar radicalmente el medio ambiente (cambiando bosques por campos de cultivo, horadando montañas, cambiando el curso de los ríos...). Pero más aún, desde hace muy poco tiempo la relación entre la técnica, la ciencia moderna, y las empresas y Estados que se benefician de los nuevos descubrimientos, ha dado lugar a la "tecnología" o "tecnociencia". La tecnología actual nos dota de unas capacidades inauditas y que dan mucho que pensar. Una de ellas es la capacidad de diseñar genéticamente el físico de nuestros hijos. Sin embargo, éste y otros "adelantos" provocan un gran rechazo en la gente.
¿Por qué crees que se produce ese rechazo, en concreto al diseño genético de los hijos, y en general a todo lo que hoy promete la tecnología?
¿No es mejor que controlemos los rasgos físicos con que van a nacer nuestros hijos, en lugar de dejarlos al "azar" natural? ¿Por qué, si nadie deja al azar el aspecto, color, etc., del automóvil que va a comprar, va a dejar al azar el aspecto físico de algo mucho más importante, como es su hijo? ¿Por qué resulta tan escandaloso diseñar el cuerpo de nuestros hijos y no diseñar su "alma", que es lo que hacemos cuando los educamos?
¿Qué pensáis de esto? ¿Preferirías diseñar a vuestro hijo o mejor dejarle esto a la "naturaleza"? ¿Por qué sí o por qué no?

10 comentarios:

  1. Desde mi punto de vista, que no sé si es el más acertado, considero que los humanos en sí no vemos bien la programación de nuestra descendencia porque es algo vivo, al igual que nos quejamos sobre el aborto, o mejor dicho, se quejan. Consideramos demasiado "desarrollado" el poder programar a un hijo, más que despreocupación hacia sus rasgos genéticos y a diseñar su cuerpo rechazamos tanto avance, nos parece escandaloso ir contra natura.
    Personalmente opino que si estamos tan dispuestos a bautizar a un hijo mucho antes de que sea capaz siquiera de decir "mamá" deberíamos plantearnos diseñar su cuerpo, al fin y al cabo sólo es un envoltorio, no tenemos ningún problema en controlar sus ideas, sus acciones, su pensamiento en sí, ¿cuál es el problema entonces a la hora de programarlos físicamente?
    Aunque este tema puede resultar muy
    peliagudo dado que cada uno tendrá su propio punto de vista el cual no puedes cambiar, a menos que descubra algo de verdad en tus palabras. Las mías se resumen en que cada individuo es libre, y tal vez programarlo es algo que iría en contra de esa libertad, cada uno nace como debe nacer.

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  2. El problema sería la desigualdad, imaginemos que la siguiente generación se modifica de tal modo que aprenda mucho más rápido, corran los 100m en la mitad que la media, en definitiva, la siguiente generación es mejor en todos los aspectos. Si valoramos "mejor" a la generación modificada, hemos de ser "peores" con respecto a la nueva generación. A mí por lo menos no me gusta hablar de mejores y de peores, me gusta hablar de personas, sin ese tipo de valoraciones, sin ese tipo de atribuciones. Yo no rechazo una modificación genética que conlleve evitar contraer cáncer o cualquier sufrimiento, pero si hemos de competir en un mismo medio, quiero que todos tengamos más o menos las mismas posibilidades y la búsqueda genética para hacer personas "mejores" me recuerda un episodio de la historia muy desagradable. Sobre el cambio gradual a lo largo del tiempo y no asintótico tampoco me opondría.

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  3. Pero si la única manera que tenemos de desarrollarnos, de crecer, de ser mejores es esa, ¿te opondrías? Serías capaz de atrasar el desarrollo de toda la humanidad por intereses tan egoístas como "no quiero que haya gente mejor que yo".
    Somos personas todos, claro que sí, pero a la hora de comparar para peor siempre estamos dispuestos a hacerlo, a ser sinceros, entonces¿ cuál es el problema?
    Si la siguiente generación tiene tantas posibilidades de ser mejor, y de intentar reparar errores que nosotros observamos con los brazos cruzados adelante, yo doy mi visto bueno.

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  4. Filoalmafanía:

    ¿Estás de acuerdo o no con el diseño genético? Primero dices (o dices que dice la gente) que es ir "contra natura". Pero muchas cosas son "contra natura" (tomar antibióticos, usar un marcapasos, ponerse en huelga de hambre por una causa justa...) y las aceptamos.

    Luego dices que te parece bien porque, dado que formamos el alma del niño (a través de la educación) ¿por qué no (ya puestos) formarles también el cuerpo antes de nacer?

    Y luego dices otra vez que no, porque programar el físico de un niño te parece que puede ir contra su libertad. Pero, ¿contra qué libertad? ¿qué libertad tiene un feto para autodiseñar su físico? Ninguna. O lo diseñas tú, o lo "diseña" el azar natural. Si dejamos que nazca "naturalmente" no nace como "debe", porque la naturaleza no es un ser moral que tome decisiones acerca de cómo van a ser sus criaturas; confiar en la naturaleza es confiar en el mero azar, y es curioso que no hagamos esto (confiar en el azar) en asuntos infinitamente menos importantes que el aspecto de un hijo (como el aspecto de la casa o el coche que vamos a comprar).
    Saludos!

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  5. Humildeestudiante:

    Coincido con Filoalmafanía: ¿por qué te parece mal que las personas mejoren? Esto no es solo moralmente deseable, sino incluso un hecho natural (sobreviven los mejores, los más aptos para adaptarse el medio). ¿Qué padre, por ejemplo, no querría (o debería querer) que sus hijos fueran mejores (al menos, más guapos) que él mismo?
    Naturalmente, esto presupone que aceptamos la distinción entre personas "mejores" y "peores". ¿Pero cómo no hacerlo? Sin esa distinción no tendría sentido aprender (hacernos mejores porque antes éramos peores), elegir amigos, valorar las acciones propias y ajenas, imitar a unos y rechazar a otros, etc.
    Saludos!

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  6. Que conste que yo estoy más a favor de la modificación, lo que pasa es que no creo que todo fuera a ir sobre ruedas, véase el desarrollo de la energía nuclear, entre dinero, tensiones geopolíticas, egoísmo y empresas... Por eso quiero mirar desde otro lado, pues lo que parece oro se queda en eso, en parecer, no todas las consecuencias tienen por qué ser buenas, ¿Cómo valoramos "bueno" o "malo"? Yo vivo en un relativismo absoluto con respecto a esa cuestión y no creo que nunca pueda resolver esa duda. Volviendo al hilo, ¿Quién haría las modificaciones? ¿Quién controlaría a quien hace las modificaciones genéticas?

    El desarrollo de la humanidad, ¿hacia dónde? ¿hacia la estratificación genética en lugar de la estratificación social? si ya me parece un drama vivir alienado socialmente, cuán alienante sería para mi vivir alienado genéticamente, los hijos de científicos podrían modificar a sus hijos para que fueran parecidos a ellos, al igual que los obreros y los deportistas, los padres alienarían a los hijos antes de nacer para tener unas características, que NO tienen que ir acorde al desarrollo. Sería la libertad de los padres sobre algo que aún no ha nacido, empezar a estrechar un camino que aún no se ha empezado. Y si vamos acorde con el desarrollo ¿por qué no se prohíben AHORA y multan los viajes de menos de x kilómetros para alargar la vida de los combustibles fósiles y así poder con esa energía desarrollar nuevas fuentes de energía?

    El desarrollo de la humanidad ¿qué es? ¿disfrutar de un teléfono móvil sin saber nada del coltán? ¿ser más inteligentes? de esto ya dijo algo que me pone los pelos de punta un tal William Bradford Shockley.

    Se que todo lo que he expuesto está disociado con la entrada, por eso pido disculpas, no me gustaría ver solo los aspectos positivos, quizá me tildéis de paranoide, pero antes de disfrutar tirando una pequeña bola de nieve por la montaña y ver si esta se hace enorme, me gustaría saber si hay casas al final de ésta.

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  7. Humilde Estudiante:

    Entiendo perfectamente tus temores, pero un pesimismo antropológico y un relativismo moral como los tuyos podrían aplicarse a cualquier innovación tecnológica o o cualquier otra previsible mejora. La misma invención del fuego (dirías) podría utilizarse para quemar herejes, fundir armas más mortíferas y, desde luego, para discriminar entre poseedores y no poseedores de las técnicas (la técnica de dominar el fuego quizás fue un privilegio de casta durante siglos, igual que la metalurgia después, etc.).

    De otro lado, no se acompasan bien tu pesimismo con tu relativismo absoluto sobre lo bueno y lo malo. Si no es posible determinar objetivamente esos valores, ¿cómo estás tan seguro de que es mala la alienación o la selección o estratificación genética?

    ¿Quién haría las modificaciones y quién controlaría a éstos? La sociedad, nosotros, como hacemos con todo, en orden a criterios que decidiéramos entre todos y asesorados por expertos o por gente que considerásemos valiosa y competente. Al fin y al cabo, ¿quién diseña los programas escolares y quién controla estos diseños? Políticos (elegidos por nosotros), expertos pedagogos, comisiones de profesores, asociaciones de padres... Pues igual o algo parecido.

    En cuanto al argumento de la libertad, piensa que la educación que DECIDEN los padre dar a sus hijos condiciona mucho más su vida que su mera forma física (que es lo que se puede diseñar genéticamente). De todo modos, insisto en que la libertad de los padres no se impone, en el caso del diseño físico, a la supuesta libertad del hijo, pues este no tiene ninguna libertad para diseñar físicamente su propio organismo mientras permanece en estado fetal. Es, o el diseño paterno o el azar natural, no hay otra opción.

    En cuanto a la "alienación genética" respondo lo mismo que al principio. La desigualdad en el acceso a un presumible bien (sea el uso del fuego, la propiedad de tierras o -supongamos- el diseño genético) no compromete su presupuesta bondad. No porque la distribución de las vacunas sea injusta vamos a negar el valor de las mismas.

    Un saludo!

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  8. Hola a todos. Hola Victor.

    Yo trabajo en una escuela como auxiliar educativo, he pertenecido durante años al Consejo Escolar de la misma, tengo dos hijos en el instituto, puedo votar cada cuatro años; y os aseguro que jamás, nunca, he decidido lo más mínimo acerca de la política educativa de nigún sitio.
    Decir que actualmente decidimos todo en común, como sociedad, a través de representantes y técnicos, es un ejercicio de optimismo tal que yo mas bien pensaría que en realidad es un ejercicio de ceguera absoluta, voluntaria o inconsciente, no sé.
    Por otro lado el canon de belleza o bondad (que también lo hay, lo que es políticamente correcto lo es moralmente), ese canon, actualmente, es la concepción de unos pocos extendida a través de la publicidad y la educación en todos los campos, al resto de los habitantes del planeta, (canones además no aleatorios sino que buscan el beneficio económico y de poder de esos pocos), con lo que la nueva generación sería diseñada toda por igual (mismas medidas, mismo tipo de cuerpo...), y no sé donde quedaría eso de que en la variedad está el gusto, y lo bueno de ser diferentes.
    Desgraciadamente también se diseñarían aptitudes físicas como por ejem. "para los que van a producir más músculos", para la casta de los pensantes "más cerebro", para las mujeres "atributos sexuales más prominentes".
    Sinceramente, tal y como nos comportamos hoy en día los seres humanos (dignos descendientes de los chiflados monos), creo que, de momento, confío más en el azar, es menos cruel que nosotros.

    Saludos y abrazos.

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  9. Hola Sandra, y bien hallada de nuevo entre estos comentarios.
    Analicemos tu pertinaz pesimismo:

    Dices que individuos como tu o yo no decidimos nada, por ejemplo, en política educativa. Yo sin embargo creo que sí, y mucho. Sea mucha o poca la diferencia de planteamientos entre partidos políticos, tales partidos y políticas están ahí porque los elige la gente. En países tan liberales como el nuestro, además, lo que marcan las leyes educativas son mínimos muy genéricos. La autonomía de los centros educativos, dirigidos por consejos escolares, es mucha. De hecho, es Estado permite multitud de instituciones educativas muy diferentes entre sí, de los colegios religiosos a los de tinte libertario, pasando por los público en los que la autonomía de los profesores y departamentos es muy amplia. Pero, sobre todo, la ideología liberal que encarnan nuestros Estados deja el mayor peso y responsabilidad educativa (sobre todo en asuntos esenciales como los valores, creencias, etc.) en manos de las familias. En eso consiste el liberalismo: en que todos los asuntos esenciales concernientes a la formación como personas son asuntos privados, del propio individuo y, cuando son menores, de su familia. La intervención del Estado ha de ser mínima, y la que es se elige democráticamente (otro asunto es el de la imperfección de nuestras democracias, que podemos tratarlo como asunto aparte).

    En cuanto a lo de los cánones de belleza o morales y su homogeneización te digo lo mismo. Incluso aceptándote (que no te lo acepto) que la gente sea tan estúpida y acrítica para dejarse manipular como crees, no me imagino una época tan heterogénea en cuanto a cánones estéticos o morales como la nuestra (piensa por ejemplo en tí, o en mí, que somos sumamente críticos y rara vez conformistas con lo que hay). La gente tiene donde elegir. Además, insisto, la médula del pensamiento liberal es justamente negar toda interferencia estatal en el asunto de las preferencias estéticas o morales del personal (eso sería "absolutismo", "estalinismo", etc.). Así que, igual que, en nuestras sociedades, cada familia puede educar a sus hijos como le plazca (dentro de ciertos mínimos), también podría diseñar el físico de sus hijos como le dé la gana (también, cabe imaginar, dentro de ciertos márgenes o mínimos morales que serían objeto de un consenso social).
    Fíjate que yo, si veo razones para el pesimismo no es en la homogenización o control estatal, sino en lo contrario: en esta misma suposición de que los criterios estéticos o (peor aún) los morales son relativos a cada individuo, grupo, cultura, etc., sin que éstos tengan que justificarlos y verlos aprobados públicamente. Aunque esto, aun suponiendo muchos riesgos, sea preferible, en mi opinión, a dejar el asunto en manos de la suerte o el azar natural
    Un abrazo.

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  10. Tienes razón Víctor, la verdad es que en este tema me entran en conflicto varios principios, pero viéndolo desde la perspectiva del desarrollo y si todo este fuese de manera equitativa y alcanzable para todos, yo estaría a favor de la programación genética.

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