Este artículo fue publicado originalmente por el autor en El Periódico Extremadura.
Alguna vez, y fuera de clase, me han preguntado los alumnos
que cómo he llegado yo a (según ellos) «triunfar
en la vida». ¿Y qué es eso de «triunfar en
la vida»?
– les suelto enseguida—. «Pues trabajar en lo que quieres y pasártelo bien
haciéndolo», dice uno. «Y que lo que haces sea útil, y que la gente te aprecie
por ello», dice otro en tono más social. Un momento – les digo –, ¿y lo de ser
famoso, o alguien con mucha pasta o poder? Yo no soy nada de eso. «No hace
falta ser rico, sino solo tener lo necesario», arguye el más sensato. «Sí, y
que te conozcan y te quieran de verdad, y no como a los famosos», añade otro.
Además – vuelve a decir el primero –, tú haces y dices lo que quieres y, a
veces, hasta te escuchamos (risas), ¿qué más poder hace falta? …
Bueno – les digo –, pues una vez hemos dejado claro lo que
es «triunfar en la vida», vayamos a la receta que me
pedís.
La primera indicación es esta: intentad dedicaros a lo que más os
entusiasme. El entusiasmo es motivador y contagioso, os hará trabajar con
muchas ganas y contribuirá a convencer a los demás del valor de lo que hacéis…
El entusiasmo no se reduce al gusto pasajero por hacer algo, sino a un estado
emocional más permanente, que nace de saber que lo que hacemos es significativo
o necesario para uno mismo y para otros, y que podemos aportar algo (por ínfimo
que sea) valioso y distintivo al respecto. A mí me pasó con la filosofía y la
educación; a vosotros – les digo – os pasará con otras cosas.
La segunda regla de oro para «triunfar en la vida» – sigo
con el rollo – es confiar en el propio talento. Incluso aunque uno no
sea muy listo (yo no lo soy), es muy difícil que, estando bien motivado, no se haga
cada vez mejor lo que ya se sabe hacer más o menos bien... Desde luego, os
habrán dicho – les digo, anticipándome a lo que algunos piensan – que el mérito
no siempre importa, y que poco se logra a veces sin ser «hijo de» o tener un «buen
padrino»
(como en las películas de mafiosos), especialmente en esta vieja tierra, donde
todavía ser pariente, camarada o fiel servidor son vía de acceso privilegiado
para algunos puestos o cargos (que a veces sufrimos y pagamos todos). Esto solo
es – les digo, cruzando los dedos – un residuo de viejos y oscuros tiempos;
aquellos en los que, bajo la parafernalia burocrática y el torcido manejo de
las leyes, mandaban bajo cuerda, y con la connivencia de casi todos (unos por
miedo y otros por servil gratitud), ciertos prohombres o «caciques».
Pero incluso si así no fuera – sigo diciéndoles, esforzándome en creer en lo
que digo –, no dejéis por ello de cultivar y demostrar vuestro talento (vuestro
talento, también, para cambiar las cosas), pues al final el mérito y la
competencia acaban casi siempre imponiéndose, y que vuestros logros sean
mayormente vuestros, y no debidos a favores o privilegios, es otro motivo para
que os tengáis por triunfadores…
Una tercera cosa que os aconsejo si de verdad queréis
triunfar en la vida – y algunos me matarían por deciros esto – es que no
seáis mansos o indiferentes, que os «signifiquéis»,
que «deis
problemas» cuando sea preciso darlos, y que os metáis en
política, como es, por otra parte, vuestra obligación como ciudadanos. «Meterse
en política»
no quiere decir (necesariamente) que os afiliéis a ningún partido, sino que
razonéis (actuando en consecuencia) sobre lo que nos debemos unos a otros (y
cada cual a sí mismo), de manera que contribuyamos a crear un mundo en que la
amistad, la honestidad, la lucidez y la justicia prevalezcan sobre el odio, la
manipulación, la astucia, la humillación y el abuso… Muchos os dirán entonces
que sois unos ingenuos, que esto no hay quien lo cambie. Y os aconsejarán que,
caso de no querer ser como lobos, os mostréis serviles y aceptéis con alegría
limosnas, favores o el pan (o el jamón) y circo con el que intentarán comprar
vuestro silencio. Pero vosotros ni caso. Prostituir el alma no es triunfar en
la vida, e incluso en la cima del poder y la riqueza os dará una vergüenza tan
profunda que no habrá champagne (o vino añejo) capaz de lavarla. Humillaciones
tan grandes no son fáciles de superar, ni con la ayuda del más caro de los
psiquiatras…
Así que ya sabéis – termino por decirles –, más allá de lo
que os suelen aconsejar (que si el esfuerzo, la disciplina, el trabajo duro…)
yo os recomiendo que hagáis lo que racionalmente más os entusiasme, que
confiéis en vuestro talento, y que aquello que elijáis contribuya a haceros
mejores y a construir un mundo más justo.
«Recordad
(y acabo, lector, con la moralina que le suelto a estos
pobres míos) que triunfar en la vida también consiste en poder ir por la calle
(y por el laberinto de uno mismo) con la cabeza muy alta. Y ojo que digo con la
cabeza y no con el morro. Ojalá lo logréis. Saberlo es el primero y más
importante de los pasos…»
Pues yo hice un test de aptitudes y como quería hacer algo de ciencias, encamine, los resultados del test a eso. Luego hice el Bachillerato Tecnológico LOGSE, que me resultó muy difícil el primer curso, me quedaron 4 asignaturas para Septiembre ( matemáticas, filosofía, análisis de oraciones y química); y el segundo curso, lo saque en 3 años, la última, por la opción de Tecnología Industrial, para Ciclos Formativos de FP.
ResponderEliminarAntes de terminar el 2° curso, hice un test visual ( hacia donde tira un carro tirado por bueyes, cual es la línea más corta, ... ); y me salio una nota muy baja en matemáticas y lógica. Me dijo la orientadora, que tenía que haber hecho otro bachillerato, no el de ciencias.
En casa volví a hacer de nuevo el test, que nos mandaron a finales de 4° ESO, pero contestando más sinceramente o imparcialmente. Me salió al final, que valía para cuidar animales y para cosas artisticas. Quizás tenía que haber hecho un Ciclo Formativo de Bellas Artes , de ilustrador, y haber trabajado dibujando concept art, para videojuegos: plataformas, beat'em up/ brawlers, shoot' em up y run'n gun. Creo que es un trabajo bastante facilon, dibujas unos pocos dibujos de concepts, los coloreas, y a cobrar por el trabajo; ademas es un trabajo muy comodo, te sientas en una mesa, con lapiz, goma, rotuladores y creyones para dibujar. ( programar se me da bastante mal ).
Cuando termine la básica ( EGB ), con 16 años, hicimos un test orientación, que me salió, que triunfaría en los estudios, si hacía letras, y por FP, olvidándome del instituto de BUP/COU ( Administrativo ). Cuando termine el Bachillerato Tecnológico, hice un Ciclo Formativo de Electrónica, que me fue muy complicado superar; y que al final, no me gustó ( reparación de sonido, TV, telefonía e informática, antenista ). Después hice algunos cursos de FPO: electricista de edificios ( 350 h ), auxiliar de montajes electronicos ( 110 h ), climatizacion ( 500 h ), informática ( configuración) ( 500 h ), y agua caliente sanitaria ( 350 h ). Al final he trabajado desde 2001 hasta 2022, 8 meses y 8 días. 1 semana en la obra, 1 semana de auxiliar operario de una impresora offset, 2 meses instalando cable para ordenadores en un instituto IES, con una empresa ( Sermicro ), limpiando y ordenando cajas de material, y de chico de los recados ( ir al bar a por cervezas, agua, tabaco, bocadillos ); y 4 meses con una empresa de material: limpieza, poniendo tubos corrugado, revisando, tubos grapados para cables, cajas de mecanismos, para enchufes e interruptores ( trabajos auxiliares ); y de chico de los recados ( ir al bar a por cervezas, agua, tabaco, bocadillos ). Cuando termine Bachillerato Tecnológico, mis padres querían que yo hiciese un Ciclo Formativo de Auxiliar Administrativo; pero yo quice hacer algo Tecnológico. Ahora hubiese hecho algo de Bellas Artes, en un Ciclo Formativo ( relacionado con dibujar y videojuegos ); pero ya es un poco tarde para esto.